miércoles, 29 de septiembre de 2010
PROFETA DEL NOPAL 2
Más información acerca de El Profeta del Nopal
http://blogs.eluniversal.com.mx/weblogs_detalle12244.html
http://sangrepesada.blogspot.com/
http://www.rockdrigo.com.mx/
¿Quién dijo que murio?
martes, 28 de septiembre de 2010
EL POCHO MALDITO
Va:
Alejandro Baillet Ciudad de México (15 septiembre 2010).- Recién llegado de Nuevo Laredo, Tamaulipas, el Amo del Escándalo destacó que recibir un reconocimiento por su labor es una responsabilidad pues debe de tener una vida ejemplar. "Recibir un reconocimiento no es nada fácil, te lo dan porque quiere decir que hiciste bien tu trabajo, que todavía se preocupan de uno, ahora al ser parte de este evento, que también se encuentra dentro de los festejos de nuestros 200 años de independencia, tienes que tener una vida más ejemplar. "Tomamos en cuenta que somos parte de la afición, que al ser admirados el público en ocasiones sigue tu vida, tu comportamiento, entonces debes poner el ejemplo a muchas generaciones", expresó. El Pocho Maldito tiene 37 años como luchador profesional y perdió la máscara ante Fishman en la Arena México en 1977, todavía sigue en activo sobre todo en las plazas de la zona fronteriza con Estados Unidos. "Por allá seguimos luchando, incluso nos volvemos a reunir Mocho Cota y un servidor para luchar, el Mocho nos invita a las funciones que hace en Sonora o en otras partes, es más todavía hace un año iba La Fiera, que en paz descanse, a nuestro lado. "En la Arena México tendrá unos tres años que luché en una función especial y ojalá, no descarto, que nos den una oportunidad de revivir viejos encuentros, eso estaría muy bien. Aunque de mis rivales hay muchos que ya no luchan como El Perro Aguayo que era un gran enemigo, de esas luchas que dejaban al público impactado por meses y años", destacó. |
lunes, 27 de septiembre de 2010
GITANOS
Va:
Cada vez se les observa menos por las calles de la Ciudad de México, sobre todo a ellas, envueltas en sus enaguas largas y pañoletas en la cabeza, discretas, la voz baja, con esas preguntas que versan sobre el destino de cada persona, y hay quienes les rehúyen, como sucede en todo el mundo, y entonces se bifurcan los caminos.
En México, en 2000 se calculaba que había, oficialmente, 15 mil 850 gitanos.
Y queda la pregunta:
—¿Le echo las cartas?
El destinatario, entonces, acelera el paso, la mirada sesgada, pues la mayoría trae en mente la mala fama, cierta o no, de los gitanos, muchos de ellos originarios de Hungría, por eso el gentilicio de “húngaros”, aunque a México también llegaron de Rusia, Polonia, Grecia, Bosnia, Yugoslavia, Turquía, Francia y Rumania, allá por 1890, y más tarde se dejó venir otra oleada en la década de los 20.
En la República Mexicana se han establecido, entre otros estados, en Jalisco y Veracruz, además de Guerrero, donde, trashumante como han sido, su actividad principal era el cine ambulante: llegaban a bordo de sus carromatos y alquilaban algún lugar cerrado, o en mantas o en paredes, para exhibir películas en pueblos
y rancherías.
“¡Ahí vienen los húngaros!”, gritaban niños y adultos, y se preparaban para la función de cine. En los 80, sin embargo, apareció el videocasete, lo que disminuyó su modo de vivir, de modo que su actividad se amplió a comercializar ropa, chamarras, joyas y camiones, además de dedicarse al canto, la danza y “leer la fortuna”, oficio éste por el que más se les conoce.
—¿Le leo la fortuna?
—No, gracias.
La competencia también ha sido reñida en ese aspecto, porque cada vez más proliferan “adivinos” que ofrecen vislumbrar el futuro a través de una serie de artificios y cuya clientela ha crecido no sólo en lugares cerrados, sino en la vía pública, oficio que hace años era monopolizado por gitanas.
Los gitanos se han diseminado en la Ciudad de México; pero su principal asentamiento, quizá después de la colonia Juárez, es la Del Valle, donde incluso hay un templo —Aniceto Ortega 846—, que permanecía cerrado, a pesar de que el patriarca de la comunidad gitana en México, Pablo Luvinoff Arroniz, fue asesinado el pasado viernes en un hospital de Coyoacán.
Después de sobrevivir a tres atentados en años anteriores —en uno falleció su hija; en otro, fue baleado en el abdomen—, el líder gitano, finalmente, era ultimado. De nada sirvieron los guardias de la Policía de Investigación que, según versiones, hacían el cambio de guardia cuando sucedieron los hechos.
Luvinoff Arroniz recibió un disparo en la cabeza con un arma presuntamente calibre .22, la cual pudo haber tenido silenciador. Las sospechas recaen en Los Julupesty o Los Yankovich.
Las autoridades guardan hermetismo y no desmienten ni confirman si el hecho está ligado con la aprehensión, días antes, de Orsolva Sipos, Issa, y Jozsef Lendvai, Fernando, originarios de Hungría, acusados de trata de personas.
La pareja fue acusada por Lizeth, una joven sonorense radicada en Mexicali, Baja California, dedicada a la locución y al modelaje de prendas, quien el pasado 24 de agosto llegó a la Ciudad de México. Venía con la intención de actualizarse en un congreso de marketingdigital.
Lizeth había hecho contacto a través de una página de internet llamada “Agencia de modelos Londres”. Issa le dijo que tenía el trabajo idóneo para ella, pues era guapa, igual que “muchas” chicas europeas que trabajan en su empresa, entre ellas una joven húngara, con la que se llevaría “súper bien”.
Issa y Fernando fueron por ella al aeropuerto y ofrecieron su casa para hospedarla. Le dijeron que comprara lentes de contacto azules “para que pareciera europea”. Llegaron a un domicilio de la colonia Guerrero. Le dijeron que eran de Budapest y que tenían cinco años en México.
Fernando le pidió que se quitara la ropa. Lizeth se negó. El húngaro alzó la voz en su idioma. Issa le dijo que no había problema, pues iba a modelar ropa interior y que Fernando era el jefe y tenía que fotografiarla. Luego, éste quiso palparle los senos. Ella se negó. Issa detalló las diferentes formas de “hacer el sexo”. Le dijo que se iba a llamar Dora, nombre que significa “Regalito”.
Del 25 de agosto al 11 de septiembre, después de cambiarle el chip al teléfono celular, Lizeth fue obligada a prestar servicios sexuales en diferentes hoteles, entre éstos el Revolución. Tenía que cobrar 2 mil pesos. Fernando la esperaba afuera, a bordo de un taxi, en el que la trasladaba a otros lugares.
El 11 de septiembre Lizeth decidió narrarle su situación a uno de sus clientes, quien la llevó a su domicilio y desde ahí llamaron a la policía. Afuera la esperaban Issa y su hijo de 17 años.
EN http://impreso.milenio.com/node/8838260
El misterio de los gitanos
By tosto
Created 09/26/2010 - 02:16
Ilustración: Moisés Butze
En México, en 2000 se calculaba que había, oficialmente, 15 mil 850 gitanos.
Y queda la pregunta:
—¿Le echo las cartas?
El destinatario, entonces, acelera el paso, la mirada sesgada, pues la mayoría trae en mente la mala fama, cierta o no, de los gitanos, muchos de ellos originarios de Hungría, por eso el gentilicio de “húngaros”, aunque a México también llegaron de Rusia, Polonia, Grecia, Bosnia, Yugoslavia, Turquía, Francia y Rumania, allá por 1890, y más tarde se dejó venir otra oleada en la década de los 20.
En la República Mexicana se han establecido, entre otros estados, en Jalisco y Veracruz, además de Guerrero, donde, trashumante como han sido, su actividad principal era el cine ambulante: llegaban a bordo de sus carromatos y alquilaban algún lugar cerrado, o en mantas o en paredes, para exhibir películas en pueblos
y rancherías.
“¡Ahí vienen los húngaros!”, gritaban niños y adultos, y se preparaban para la función de cine. En los 80, sin embargo, apareció el videocasete, lo que disminuyó su modo de vivir, de modo que su actividad se amplió a comercializar ropa, chamarras, joyas y camiones, además de dedicarse al canto, la danza y “leer la fortuna”, oficio éste por el que más se les conoce.
—¿Le leo la fortuna?
—No, gracias.
La competencia también ha sido reñida en ese aspecto, porque cada vez más proliferan “adivinos” que ofrecen vislumbrar el futuro a través de una serie de artificios y cuya clientela ha crecido no sólo en lugares cerrados, sino en la vía pública, oficio que hace años era monopolizado por gitanas.
Los gitanos se han diseminado en la Ciudad de México; pero su principal asentamiento, quizá después de la colonia Juárez, es la Del Valle, donde incluso hay un templo —Aniceto Ortega 846—, que permanecía cerrado, a pesar de que el patriarca de la comunidad gitana en México, Pablo Luvinoff Arroniz, fue asesinado el pasado viernes en un hospital de Coyoacán.
Después de sobrevivir a tres atentados en años anteriores —en uno falleció su hija; en otro, fue baleado en el abdomen—, el líder gitano, finalmente, era ultimado. De nada sirvieron los guardias de la Policía de Investigación que, según versiones, hacían el cambio de guardia cuando sucedieron los hechos.
Luvinoff Arroniz recibió un disparo en la cabeza con un arma presuntamente calibre .22, la cual pudo haber tenido silenciador. Las sospechas recaen en Los Julupesty o Los Yankovich.
Las autoridades guardan hermetismo y no desmienten ni confirman si el hecho está ligado con la aprehensión, días antes, de Orsolva Sipos, Issa, y Jozsef Lendvai, Fernando, originarios de Hungría, acusados de trata de personas.
La pareja fue acusada por Lizeth, una joven sonorense radicada en Mexicali, Baja California, dedicada a la locución y al modelaje de prendas, quien el pasado 24 de agosto llegó a la Ciudad de México. Venía con la intención de actualizarse en un congreso de marketingdigital.
Lizeth había hecho contacto a través de una página de internet llamada “Agencia de modelos Londres”. Issa le dijo que tenía el trabajo idóneo para ella, pues era guapa, igual que “muchas” chicas europeas que trabajan en su empresa, entre ellas una joven húngara, con la que se llevaría “súper bien”.
Issa y Fernando fueron por ella al aeropuerto y ofrecieron su casa para hospedarla. Le dijeron que comprara lentes de contacto azules “para que pareciera europea”. Llegaron a un domicilio de la colonia Guerrero. Le dijeron que eran de Budapest y que tenían cinco años en México.
Fernando le pidió que se quitara la ropa. Lizeth se negó. El húngaro alzó la voz en su idioma. Issa le dijo que no había problema, pues iba a modelar ropa interior y que Fernando era el jefe y tenía que fotografiarla. Luego, éste quiso palparle los senos. Ella se negó. Issa detalló las diferentes formas de “hacer el sexo”. Le dijo que se iba a llamar Dora, nombre que significa “Regalito”.
Del 25 de agosto al 11 de septiembre, después de cambiarle el chip al teléfono celular, Lizeth fue obligada a prestar servicios sexuales en diferentes hoteles, entre éstos el Revolución. Tenía que cobrar 2 mil pesos. Fernando la esperaba afuera, a bordo de un taxi, en el que la trasladaba a otros lugares.
El 11 de septiembre Lizeth decidió narrarle su situación a uno de sus clientes, quien la llevó a su domicilio y desde ahí llamaron a la policía. Afuera la esperaban Issa y su hijo de 17 años.
EN http://impreso.milenio.com/node/8838260
viernes, 24 de septiembre de 2010
PROFETA DEL NOPAL
Va:
Los rocanroleros mexicanos sólo tienen compromisos con su ego
Víctor Roura
Martes, 21 de septiembre de 2010
· Rockdrigo González: a un cuarto de siglo de su muerte.
Las rebeldías poperas ahora son cronometradas. Quizá por eso el tamaulipeco Rockdrigo González (1952-1985) siga siendo hoy, aún, el icono del rock mexicano: enjundioso, cuestionador, talentoso, contracultural, ilustrado, de firmes principios.
Pese a su corta, inconclusa, carrera musical lo sitúa como una figura señera en el rock nacional, acaso por lo que dejó de hacer, que se intuía grandioso, de acuer- do a la escasa huella que nos dejó. Poco antes de su muerte tuvimos un largo diálogo. Aquí, un breve fragmento.
Botellas de cerveza vacías sobre la mesa. Tres guitarras dispersas a lo largo de la sala. Pocos discos. Grass, Jung, Toynbee, Koestler, Cocteau, Sabines, Huxley, Miller, Fromm, los libros ya no caben en el pequeño mueble. De fondo, un casete de Dire Straits.
-El principal problema que tuve fue la falta de relaciones. No conocía absolutamente a nadie. No sabía dónde estaban los núcleos artísticos, quiénes se encargaban de hacer ondas creativas diferentes. Porque yo traía unas canciones bien aceleradas, bien locochonas. Y empecé a trabajar en la calle. Así, de plano. Combinaba canciones mías con algunas de Serrat. Por todos lados. A talonearle por las calles...
Venía de Tampico, su ciudad natal. Ahí había integrado varios grupos; entre los que se cuentan Siglo XXI, Los Hongos y Los Géminis. Comenzó a tocar alrededor de los 15 años, al mediar los sesenta. Y al traspasar el lustro la década de los setenta decidió radicar en el Distrito Federal.
-Me iba bien por las calles -prosigue Rockdrigo González-. Era un buen talón el que te tenías que aventar, por supuesto. Pero si haces las cosas bien, la gente sabe responder. Yo podía vivir de la lana que sacaba. Porque uno aprende sus trucos. Me acuerdo que cuando los burócratas salían a comer, rápidamente yo recorría los restoranes de la colonia Cuauhtémoc y me aventaba las rolas en chinga para no darle chance a ninguno de que terminara su comida. De esa forma juntaba una buena lana... Sí, dos, tres veces me atra- paron. En Chapultepec la tira me agarró dos veces. Antes me situaba ahí. Ponía un letrero al lado mío que decía: "Para sostener mis estudios" (estaba haciendo mis estudios autodidactas de música y poesía, ya sabes). Y ahí me ponía. Y de repente llegaban los de la camioneta y a correr. Pero me cae que nunca me agandallaron, hasta eso. Nomás nos sacaban de onda. Una vez me agarraron unos batos de la tira y vieron que traía el morral lleno de luca. Me dijeron algo como que si este güey sacaba tanta lana era porque debía ser bueno. "A ver, échate una rola", me dijo uno de ellos. Y yo me aventé mis rolas adentro del carro. No, uta, qué a toda madre, que así comenzó Mike Laure y qué buena onda, me empezaron a decir. Y me soltaron y hasta me llevaron al mismo lugar donde me había recogido. Tuve suerte.
Al llegar al DF, Rockdrigo González se puso a trabajar en algunos ensayos de folk rock latinoamericano. Incluso llegó a construir una suite, que intituló "Yo no juego", misma que presentó enla Sala Manuel M. Ponce allá por los años de 76 o 77. Ahí en Bellas Artes estuvo acompañado de Jesús Luis Benítez, trabajaban juntos.
-Desde muy chavo, en Tampico, co- menzó a interesarme la poesía -dice Rock- drigo-. Ahora prácticamente ya no la escribo. Lo que hago hoy en día son rolas...
-La cual es una labor distanciada de la poesía...
-Pienso que sí. A menos que estés muy tronecas de máis y sepas manejar toda la semántica y todas las cadencias de la música y de la literatura. Usar a la perfección la sintaxis.
-Ahora hay muchos músicos interesados en mejorar sus letras...
-Por un lado es muy bueno. Pero, por otro, se halla la conocida "inercia del espíritu de la época". Lo bueno, en efecto, es que sí ya hay un núcleo más intelectualizado y más sensibilizado hacia las nuevas formas culturales. Por ello podemos vivir de nuestra música...
-¿Qué papel desempeñaría el rocanrolero?
-Para mí, recuperar la humanidad de la gente, su sensibilidad, su percepción, el amor. Recuperar todo lo que está bien madreado en esta sociedad. La capacidad de percibir bien las cosas...
Dire Straits termina con su pieza "Communiqué". Se acaba la música de fondo.
-Ahora, puedo hablarte de mis influencias musicales mediatas -sugiere Rockdrigo-. Elton John me influyó en el concepto de la melodía. Mi hermano Manuel me enseñó dos tres arpegios, él es ingeniero pero toca la guitarra en sus ratos libres. No puedo negar la influencia de Bob Dylan, ni de Donovan, ni de Neil Young. De esos tres batos, principalmente. Y de los Beatles. Ellos me apantallaron con tanta pinche creatividad.
-Dylan o Young tenían compromisos no sólo con su música sino con la sociedad. ¿Cuál es el compromiso del roquero mexicano?
-Por lo general sólo tienen uno: con su ego. De satisfacer la imagen que tienen por el solo hecho de ser rocanroleros. Yo los he escuchado. Por eso a veces no sé de qué se trata la onda. La nuestra es totalmente una ideología campechana. Yo creo que en parte la culpa la tiene el hecho de que el rocanrol no sea de nuestras raíces. Si no sabes de dónde proviene el rock, cómo vas a saber su significado. Lo único atractivo del asunto es la imagen que se forma el rocanrolero. Son músicos porque no saben hacer otra cosa y tienen que ganarse la vida. O de plano son necios y quieren vivir en la vagancia de la creatividad. Por lo general yo encuentro un vacío muy cabrón de ideología rocanrolera ante el personal.
-¿El músico, como artista, debe ven- der o sólo exponer sus piezas?
-Las dos cosas. Debe difundirlas para poder venderlas. Pero el asunto principal es ver qué es lo que estás vendiendo como músico. Es una cuestión extraña. Y va a seguir dándose. ¿Qué es más importante: el arte por el arte o el arte por el espectáculo? Para mí, el primero porque reúne todo. El otro arte es un arte mediatizado, incompleto, enajenado. Para vender tu música tienes que cumplir todos los cometidos. No sólo divertir a la gente por divertir sino provocarle emociones. Y, por otro lado, en- viarle un mensaje cognoscitivo, decirle algo al espíritu. No sólo mandar mensajes a la materia. Porque la diversión del espíritu también cuenta mucho...
Pese a su corta, inconclusa, carrera musical lo sitúa como una figura señera en el rock nacional, acaso por lo que dejó de hacer, que se intuía grandioso, de acuer- do a la escasa huella que nos dejó. Poco antes de su muerte tuvimos un largo diálogo. Aquí, un breve fragmento.
Botellas de cerveza vacías sobre la mesa. Tres guitarras dispersas a lo largo de la sala. Pocos discos. Grass, Jung, Toynbee, Koestler, Cocteau, Sabines, Huxley, Miller, Fromm, los libros ya no caben en el pequeño mueble. De fondo, un casete de Dire Straits.
-El principal problema que tuve fue la falta de relaciones. No conocía absolutamente a nadie. No sabía dónde estaban los núcleos artísticos, quiénes se encargaban de hacer ondas creativas diferentes. Porque yo traía unas canciones bien aceleradas, bien locochonas. Y empecé a trabajar en la calle. Así, de plano. Combinaba canciones mías con algunas de Serrat. Por todos lados. A talonearle por las calles...
Venía de Tampico, su ciudad natal. Ahí había integrado varios grupos; entre los que se cuentan Siglo XXI, Los Hongos y Los Géminis. Comenzó a tocar alrededor de los 15 años, al mediar los sesenta. Y al traspasar el lustro la década de los setenta decidió radicar en el Distrito Federal.
-Me iba bien por las calles -prosigue Rockdrigo González-. Era un buen talón el que te tenías que aventar, por supuesto. Pero si haces las cosas bien, la gente sabe responder. Yo podía vivir de la lana que sacaba. Porque uno aprende sus trucos. Me acuerdo que cuando los burócratas salían a comer, rápidamente yo recorría los restoranes de la colonia Cuauhtémoc y me aventaba las rolas en chinga para no darle chance a ninguno de que terminara su comida. De esa forma juntaba una buena lana... Sí, dos, tres veces me atra- paron. En Chapultepec la tira me agarró dos veces. Antes me situaba ahí. Ponía un letrero al lado mío que decía: "Para sostener mis estudios" (estaba haciendo mis estudios autodidactas de música y poesía, ya sabes). Y ahí me ponía. Y de repente llegaban los de la camioneta y a correr. Pero me cae que nunca me agandallaron, hasta eso. Nomás nos sacaban de onda. Una vez me agarraron unos batos de la tira y vieron que traía el morral lleno de luca. Me dijeron algo como que si este güey sacaba tanta lana era porque debía ser bueno. "A ver, échate una rola", me dijo uno de ellos. Y yo me aventé mis rolas adentro del carro. No, uta, qué a toda madre, que así comenzó Mike Laure y qué buena onda, me empezaron a decir. Y me soltaron y hasta me llevaron al mismo lugar donde me había recogido. Tuve suerte.
Al llegar al DF, Rockdrigo González se puso a trabajar en algunos ensayos de folk rock latinoamericano. Incluso llegó a construir una suite, que intituló "Yo no juego", misma que presentó en
-Desde muy chavo, en Tampico, co- menzó a interesarme la poesía -dice Rock- drigo-. Ahora prácticamente ya no la escribo. Lo que hago hoy en día son rolas...
-La cual es una labor distanciada de la poesía...
-Pienso que sí. A menos que estés muy tronecas de máis y sepas manejar toda la semántica y todas las cadencias de la música y de la literatura. Usar a la perfección la sintaxis.
-Ahora hay muchos músicos interesados en mejorar sus letras...
-Por un lado es muy bueno. Pero, por otro, se halla la conocida "inercia del espíritu de la época". Lo bueno, en efecto, es que sí ya hay un núcleo más intelectualizado y más sensibilizado hacia las nuevas formas culturales. Por ello podemos vivir de nuestra música...
-¿Qué papel desempeñaría el rocanrolero?
-Para mí, recuperar la humanidad de la gente, su sensibilidad, su percepción, el amor. Recuperar todo lo que está bien madreado en esta sociedad. La capacidad de percibir bien las cosas...
Dire Straits termina con su pieza "Communiqué". Se acaba la música de fondo.
-Ahora, puedo hablarte de mis influencias musicales mediatas -sugiere Rockdrigo-. Elton John me influyó en el concepto de la melodía. Mi hermano Manuel me enseñó dos tres arpegios, él es ingeniero pero toca la guitarra en sus ratos libres. No puedo negar la influencia de Bob Dylan, ni de Donovan, ni de Neil Young. De esos tres batos, principalmente. Y de los Beatles. Ellos me apantallaron con tanta pinche creatividad.
-Dylan o Young tenían compromisos no sólo con su música sino con la sociedad. ¿Cuál es el compromiso del roquero mexicano?
-Por lo general sólo tienen uno: con su ego. De satisfacer la imagen que tienen por el solo hecho de ser rocanroleros. Yo los he escuchado. Por eso a veces no sé de qué se trata la onda. La nuestra es totalmente una ideología campechana. Yo creo que en parte la culpa la tiene el hecho de que el rocanrol no sea de nuestras raíces. Si no sabes de dónde proviene el rock, cómo vas a saber su significado. Lo único atractivo del asunto es la imagen que se forma el rocanrolero. Son músicos porque no saben hacer otra cosa y tienen que ganarse la vida. O de plano son necios y quieren vivir en la vagancia de la creatividad. Por lo general yo encuentro un vacío muy cabrón de ideología rocanrolera ante el personal.
-¿El músico, como artista, debe ven- der o sólo exponer sus piezas?
-Las dos cosas. Debe difundirlas para poder venderlas. Pero el asunto principal es ver qué es lo que estás vendiendo como músico. Es una cuestión extraña. Y va a seguir dándose. ¿Qué es más importante: el arte por el arte o el arte por el espectáculo? Para mí, el primero porque reúne todo. El otro arte es un arte mediatizado, incompleto, enajenado. Para vender tu música tienes que cumplir todos los cometidos. No sólo divertir a la gente por divertir sino provocarle emociones. Y, por otro lado, en- viarle un mensaje cognoscitivo, decirle algo al espíritu. No sólo mandar mensajes a la materia. Porque la diversión del espíritu también cuenta mucho...
miércoles, 22 de septiembre de 2010
100 AÑOS UNAM
La UNAM en la prensa el dia de hoy:
EL UNIVERSAL
EL UNIVERSAL
FCH refrenda respaldo total a la UNAM
Arrancan festejos por los 100 años de la UNAM
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario en el Antiguo Colegio de San Idelfonso, el presidente Calderón consideró a la Universidad como piedra angular de la nación
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario en el Antiguo Colegio de San Idelfonso, el presidente Calderón consideró a la Universidad como piedra angular de la nación
Miércoles 22 de septiembre de 2010Jorge Ramos Pérez | El Universal
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jorge.ramos@eluniversal.com.mx
El presidente Felipe Calderón refrendó su apoyo total y respeto absoluto a la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México, al cumplir 100 años de existencia como “factor clave” y piedra angular en la construcción del México moderno.
“Ha contribuido a construir el país moderno y democrático en que hoy vivimos, a resolver muchos de sus problemas y a gestar un porvenir más promisorio para todos; a encontrar respuesta a los temas que más nos interesan, a formar nuevas generaciones en los ideales de razón, de justicia, de tolerancia y de democracia. A difundir las artes, las humanidades y los deportes, a ejercer la crítica vigorosa al poder y el impulso preciso a la sociedad; a construir, finalmente, país desde la libertad y desde el conocimiento”, dijo Calderón Hinojosa.
Acompañado por el rector José Narro Robles, Calderón inauguró la exposición Tiempo universitario en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde aprovechó para reiterar su apoyo presupuestal para la Universidad y a la educación superior.
Calderón, quien es egresado de la Escuela Libre de Derecho, vistió traje azul marino y una corbata del mismo color con rayas doradas, que son los colores de la máxima casa de estudios del país; su esposa, Margarita Zavala, lució un vestido azul marino y un rebozo dorado.
El Presidente recordó “la absurda represión” de que fueron objeto los universitarios en 1968, lo que dejó una profunda herida abierta al país.
Calderón hizo un repaso por la historia de la UNAM, como el periodo de la autonomía de la década de 1930, lo cual, dijo, le fue relatado por uno de sus estudiantes, su padre, quien le inculcó respeto por la Universidad.
“Gracias a ellos triunfaron la razón y la tolerancia sobre el autoritarismo y la cerrazón, y por siempre se cerró la puerta a las tentaciones de convertir a la Universidad en una institución militante y subordinada a una ideología o a un gobierno específico”.
El primer mandatario hizo un amplio reconocimiento a los aportes de la UNAM como el proyecto educativo, científico, cultural y social más importante de la nación, a sus ingenieros, arquitectos y médicos.
“En este primer centenario de la Universidad ellos son los que merecen el mayor de los reconocimientos. Los universitarios han atendido la encomienda de Justo Sierra de nacionalizar la ciencia y de mexicanizar el saber”. La UNAM, añadió el presidente Calderón, “ha sido actor principalísimo en la construcción del México contemporáneo. La historia de nuestro país está estrechamente ligada a la vida de la Universidad”.
La UNAM a través de los años
¿Por qué México sería otro sin la Universidad? Este ensayo responde la preguntaArrancan festejos por los 100 años de la UNAM
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario en el Antiguo Colegio de San Idelfonso, el presidente Calderón consideró a la Universidad como piedra angular de la nación
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario en el Antiguo Colegio de San Idelfonso, el presidente Calderón consideró a la Universidad como piedra angular de la nación
Miércoles 22 de septiembre de 2010Juan Ramón de la Fuente | El Universalcultura@eluniversal.com.mx
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La universidad surgió en México en 1551, consecuencia directa de lo que puede ser considerado como el primer fenómeno globalizador que se dio en nuestro planeta, cuando el viejo mundo descubría al nuevo mundo que en muchos aspectos era más antiguo y rico que el viejo.
Con las cédulas que Felipe II, en nombre de su padre Carlos I, emitió en ese año, México, Santo Domingo y Lima incorporaron a su acervo una de las instituciones culturales más importantes desarrolladas por la Europa Medieval: la universidad. Para ello se recurrió a los expedientes de Salamanca, Alcalá de Henares y Sevilla.
Desde entonces, en la universidad quedaron plasmados los valores de nuestras culturas prehispánicas, los principios de la filosofía aristotélica y del derecho romano, y las esclarecedoras ideas del Renacimiento.
Por la universidad llegaron a nosotros los principios renovadores de la Enciclopedia, de la Independencia de los Estados Unidos y de la Revolución francesa.
En medio de la lucha entre liberales y conservadores en el siglo XIX, la universidad quedó atrapada y se convirtió en una institución que no supo entender la dinámica de un país convulso. Sólo así se explica que en esa época la cerraran o la reabrieran personajes tan disímbolos como Antonio López de Santa Anna o Benito Juárez; actos que, por cierto, se hacían con bombo y platillo en ceremonias que ya desde entonces ocupaban los titulares de los diarios de la época.
No obstante, aquel injerto de una cultura ajena que en su origen fue la Universidad Real y Pontificia, se nos fue haciendo cada vez más propio, hasta volverse puntal en el espíritu de la patria.
En la universidad certificaron sus estudios iniciales los mayores capitanes de nuestra Independencia; y a pesar de que transcurrió casi un siglo entre guerras intestinas y asaltos extranjeros, la universidad, con carácter nacional, volvió a surgir con fuerza al tiempo que estalló la Revolución mexicana.
Se puede afirmar que hace cien años, en 1910, en medio de necesidades no resueltas y esperanzas seculares inspiradas en ideales democráticos, de justicia e igualdad, se entrelazaron dos grandes movimientos: uno con las armas de la guerra, otro con las armas aurorales de la educación. Así se gestó la Revolución mexicana y la Universidad Nacional de México, orientada por los nuevos objetivos de las ciencias y de las humanidades. Ahí se inició el México que ahora vivimos, y comenzó la más reciente historia de la universidad que, con sus permanentes luchas, se ha consumado como la gran institución que ahora es.
Desde que en 1929 adquirió su autonomía, la UNAM no ha dejado de aportar buenas cuentas: ha dejado su huella en el desarrollo del país, no sólo como la institución formadora de los cuadros humanos constructores de lo mejor del México actual y venero de óptimas manifestaciones docentes, de investigación y de difusión de la cultura. También, y sobre todo, ha sido defensora infatigable de los principios de libertad, solidaridad, verdad, democracia y justicia. De ahí que la universidad sea, ante todo, un proyecto social que ha dado respuestas a muchas de las grandes demandas educativas de la nación con una generosidad única.
A lo largo de su historia, para cumplir su misión, la universidad ha tenido que alternar con la indiferencia o la desmesura por parte del Estado. Hoy, cuando la institución es más plural y compleja, su misión es de nuevo objeto tanto de discusión como de admiración.
No elige entre transmitir conocimiento o producir investigación; entre extender la cultura o preparar profesionales; entre formar élites intelectuales o garantizar la igualdad de oportunidades. Asume que hay que hacer bien una cosa y otra.
¿Qué significa la autonomía universitaria?
Al igual que casi todo en el mundo actual, las relaciones entre la universidad, la sociedad y el Estado han cambiado, y se encuentran en un proceso continuo de redefinición que plantea enormes retos desde el punto de vista intelectual y conceptual, pero también desde la perspectiva económica y política. Han cambiado las estructuras y las formas del poder, las expresiones de la cultura, los principios de la soberanía, los conceptos de ciudadanía, identidad y derechos humanos.
Prácticamente se han trastocado, en mayor o menor grado, todas las ideologías que prevalecieron en el siglo xx: liberalismo, socialismo, anarquismo, marxismo, comunismo, conservadurismo, democracia cristiana y socialdemocracia, por mencionar algunas.
Desde la Edad Media, las primeras universidades europeas fueron autónomas de los poderes civiles y eclesiásticos. No los desafiaban, no los combatían, sólo los eludían. Las universidades eran favorecidas por la protección papal, pero esta protección no necesariamente significaba que las instituciones educativas tuvieran que rendir cuentas a los jerarcas de la Iglesia, o que se establecieran necesariamente en ellas, a cambio, prohibiciones para tratar ciertos temas.
Los universitarios del siglo XIV defendían celosamente su independencia, tal vez porque pensaban que el saber y la inteligencia necesitan, para desarrollarse, un margen de libertad que no siempre cabe en el ámbito de la política; o también porque desde entonces ejercían uno de los atributos más importantes de la actividad intelectual, que es el ejercicio crítico. De ahí que necesitaran la independencia como condición indispensable para ejercer su pensamiento autónomo.
Hoy la universidad ha dejado de ser el claustro cerrado que fue durante siglos. Ese espacio, antes casi exclusivamente destinado a la reflexión, sin perder su esencia, se ha convertido en un sitio abierto al debate de todas las ideologías; un punto de convergencia en el que la pluralidad y la tolerancia se han convertido en los ejes fundamentales que norman la vida de las comunidades universitarias.
Por ello, la relación entre universidad, Estado y sociedad, que se caracteriza por influencias recíprocas, se ha vuelto mucho más compleja. La universidad ejerce influencia importante sobre la sociedad, y la sociedad, que auspicia a las universidades, también influye sobre éstas y les plantea de manera permanente nuevas exigencias y demandas. El Estado democrático reconoce en sus leyes la autonomía universitaria, más allá de su obligación de contribuir a su financiamiento.
La universidad, por supuesto, tiene obligaciones claras con ambos pero, al mismo tiempo, debe mantener sus principios fundamentales, que le han dado no sólo la capacidad de sobrevivir durante muchos años, sino de adaptarse a los cambios continuos a lo largo de la historia.
Es posible definir la misión actual de la universidad con las mismas palabras que dijera Alfonso Reyes: “En la universidad cabe todo, menos lo absurdo”. A pesar de ser una definición amplia y abstracta, refleja muy bien lo que hoy en día deben ser las universidades: espacios en los que, en efecto, quepa todo, menos aquello que por absurdo no pueda tener un lugar en una casa donde la razón, la crítica, el análisis y la libertad son elementos fundamentales.
El reto está en que la universidad se adapte a los cambios vertiginosos de cada época y que, al mismo tiempo, no desvirtúe su naturaleza ni su misión esencial. Y es que la misión de la universidad, independientemente del contexto en que esté inmersa, sigue siendo la misma: la enseñanza, la investigación, la extensión del conocimiento y la cultura entre amplios sectores de la sociedad.
La academia sigue siendo su razón de ser y es necesario subrayarlo debido a que, como consecuencia de diversas influencias y presiones sociales, económicas y políticas, la universidad está en riesgo constante de perder la brújula, de tomar una orientación diferente, y, en consecuencia, desnaturalizarse.
La universidad, al estar inmersa en los problemas de la sociedad que la auspicia, no puede ser una institución militante; no puede plegarse a los dogmas, ni a las doctrinas, ni a los intereses políticos; menos aún a las modas económicas que ejercen una enorme influencia y presión en prácticamente todos los países. Para preservar su cometido, la universidad tiene que mantener los elementos primordiales sin los cuales la academia no sería posible: la libertad, la autonomía y la independencia. Resulta forzoso que la universidad sea, ante la complejidad en la que está inmersa, radicalmente independiente. Si pierde esa capacidad, dejará de ser esa conciencia crítica que las sociedades requieren para poder examinarse y encontrar mejores caminos en su desarrollo.
La academia es la que le da sentido a la universidad y es lo que le permite ser y mantenerse como una institución viva y vigente, con independencia de los cambios sociales y políticos. Sin la autonomía, no puede haber libertad académica.
La UNAM ha cumplido sus primeros 100 años como universidad de la nación y sus primeros 81 años de vida autónoma. No fue la nuestra la primera universidad en México que obtuvo la autonomía; lo hicieron antes la Universidad de San Luis Potosí, y la Universidad Nicolaíta de Michoacán. Pero la autonomía de la UNAM tuvo, por el carácter nacional de la institución, un impacto social más amplio y una mayor trascendencia en el contexto de la educación superior en nuestro país.
La autonomía de la universidad, obtenida en 1929, marcó de manera decisiva e irreversible el curso de la educación superior en México, así como el de muchos de los fenómenos que más impactaron el desarrollo de nuestro país a lo largo de todo el siglo pasado, y esas repercusiones siguen teniendo vigencia en estos primeros años del nuevo milenio.
Los universitarios que enarbolaron la bandera de la autonomía estaban en contra de la intromisión del gobierno en la vida universitaria y en la orientación de sus planes y programas de estudio. Se negaron a ser víctimas de esta injerencia, que inhibía el pensamiento libre y la impartición de las diversas cátedras dentro de la lógica de pluralidad de corrientes de pensamiento que debía caracterizar al saber universitario.
Cuatro décadas después, en 1968, la comunidad universitaria, junto con miles de estudiantes de otras instituciones y miembros de la naciente sociedad civil, fue protagonista y, al final, también lamentable víctima de un movimiento social sin el cual difícilmente podría entenderse nuestra aún joven democracia. No obstante, la UNAM supo preservar para todos -universitarios y no universitarios- el derecho de pensar, de expresarse, de reunirse libremente y de disentir.
Fueron los universitarios de entonces quienes lograron resistir los embates contra la autonomía, salvaguardándola e impulsando la lucha por las libertades democráticas que tenemos en la actualidad.
La libertad académica se fortaleció y con ella se consolidaron la pluralidad y la diversidad como rasgos distintivos de la comunidad universitaria.
Hay otros ejemplos más recientes del impacto que tuvo la autonomía universitaria en nuestro país, y que se reflejan en la autonomía obtenida por otros organismos e instituciones que demandaron su carácter autónomo para cumplir cabalmente con las obligaciones que la sociedad les encomendó desde su origen: la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Federal Electoral, el propio Banco de México, son algunas de las instituciones del Estado que ahora son autónomas, al igual que la UNAM.
No obstante, y siendo tan esencial para las tareas sustantivas de una institución, el concepto de autonomía en la relación universidad-Estado pende de un hilo delgado y sensible sobre todo en lo que respecta al tema del financiamiento. Por ejemplo, ¿cuál debe ser la actitud del Estado ante las instituciones autónomas? Frente a los grandes problemas nacionales, las soluciones propuestas por la academia no siempre coinciden con los intereses de los políticos en el poder. Lo que da solidez y credibilidad social a los planteamientos universitarios no es sólo el rigor con el que se sustentan, sino también la independencia con la que se formulan. Sin autonomía, no habría ni lo uno ni lo otro.
En un Estado totalitario, esta autonomía prácticamente desaparece por la vía de los hechos. Pero una diferencia entre el Estado totalitario y el Estado democrático es que éste último propicia el desarrollo de instituciones autónomas. A lo largo de nuestra historia, cuando revisamos algunos de los conflictos más graves entre la universidad y el Estado mexicano, encontramos que el telón de fondo ha sido la autonomía universitaria confrontada con el autoritarismo.
La autonomía no significa extraterritorialidad; no puede significar la creación de un Estado dentro de otro Estado, pero sí significa el respeto absoluto por parte del Estado a las formas de organización y de gobierno de las universidades y, desde luego, a sus valores supremos: la libertad de cátedra, la libertad de investigación y la capacidad para autogobernarse y autoadministrar su patrimonio. Cuando el Estado no respeta y no defiende los principios propios de la vida universitaria, se viola y violenta la autonomía universitaria.
Sin duda, en México también en este sentido se ha avanzado.
La relación que guarda la universidad con los poderes del Estado es cualitativamente mejor. Dicha relación se ha reconstruido a partir del conflicto de 1999, de modo que las interacciones entre la universidad y cada uno de estos poderes han ido encontrando cada vez más un marco institucional mejor definido. El presidente de la República o el secretario de Educación del gobierno en turno ya no son los únicos referentes en el marco de la relación institucional; ahora cuentan también el Congreso, el Poder Judicial y los gobiernos estatales, por mencionar algunos de los interlocutores cotidianos de la universidad, al margen del partido político al que pertenezcan.
La clave de ello ha estado en el establecimiento de un respeto mutuo, donde los poderes públicos no sucumben a la tentación de entrometerse en los asuntos internos de la universidad, y ésta no pierde de vista su naturaleza de institución descentralizada del Estado mexicano que, en consecuencia, debe también asumir mandatos legales de carácter general que rigen la vida de la sociedad mexicana. En ese contexto se resolvió la última huelga universitaria del siglo XX, y a partir de entonces, se construyó un nuevo y mejor equilibrio entre la Universidad y el Estado.
Es menos probable que ocurra un conflicto cuando las relaciones se establecen en estos términos, respetuosos y tolerantes, y cuando existe la voluntad política de respetar el marco legal de la autonomía universitaria, la cual es fundamental para preservar la esencia de la institución, que es la vida académica.
Desde luego, en la práctica, la relación de la universidad con el Estado es muy compleja. El Estado debe cumplir con su obligación de proveer los recursos necesarios para que la universidad pueda a su vez cumplir con las tareas que le ha encomendado la sociedad. La universidad, en ejercicio pleno de su autonomía, debe decidir internamente cómo administrar su patrimonio, y a qué dedicarle una mayor prioridad en un momento determinado, sobre todo ante la estrechez de recursos. Esto no significa que la universidad no tenga serias responsabilidades con la sociedad y con el propio Estado. Por supuesto que las tiene, y debe de tratar de cumplirlas de manera cada vez mejor.
Como reclamo generalizado y legítimo de la sociedad, la primera responsabilidad de la universidad es elevar la calidad de los servicios que ésta ofrece. La sociedad mexicana está dispuesta a seguir aportando recursos para subsidiar a la UNAM y a otras universidades públicas, pero a cambio exige, y con razón, que los servicios que recibe sean de la mejor calidad posible: servicios educativos, de investigación y de difusión de la cultura, que permitan que sectores cada vez más amplios puedan beneficiarse de ellos.
Hay también otras responsabilidades. Una de ellas, ineludible, es la transparencia y la rendición pública de cuentas. La UNAM lo ha hecho sin titubeos. El mito de que la autonomía impedía que la universidad ofreciera cuentas públicas auditadas ante los poderes que le otorgan el subsidio ha quedado desterrado, precisamente en ejercicio de la autonomía universitaria. La UNAM presenta de manera rigurosa, para su revisión frente al Poder Legislativo, sus estados financieros anualmente. Éste es un paso que, lejos de vulnerarla, ha fortalecido la autonomía universitaria. El buen juez por su casa empieza.
Huella indeleble en tono auriazul
El equipo que la representa en el futbol mexicano ha sido exitosoEMBLEMAS. En la playera del título en 2004 se rindió un homenaje a todos los escudos pumas (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
Miércoles 22 de septiembre de 2010Héctor Alfonso Morales | El Universalhector.morales@eluniversal.com.mx
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Cumple hoy un siglo de existencia como institución, pero a nivel deportivo la UNAM tiene todo el derecho de entonar también un ¡Goya! por su equipo de futbol, el cual creció a tal extremo que hoy en día es uno de los grandes del futbol mexicano.
Los Pumas han demostrado desde su ingreso a la Segunda División (1954) que llegaron al futbol mexicano con la gallardía que sólo la máxima casa de estudios es capaz de heredar. El balompié nacional ha quedado marcado con una huella azul y oro desde entonces.
La escuadra universitaria ha correspondido a la grandeza de su alma mater, hoy centenaria, con seis títulos de Liga, tres de ellos pegándole a los otros grandes del balompié nacional para quedarse con el trofeo de campeón: Cruz Azul (1980-81), América (1990-91) y Guadalajara (Clausura 2004).
Por si fuera poco, es el único equipo mexicano que ha sido capaz de vencer al poderoso Real Madrid en el Santiago Bernabéu para rugir en el plano internacional, junto con sus tres copas de Campeones de la Concacaf y la Copa Interamericana de 1981.
El futbol mexicano estaría más que vacío sin el trabajo del conjunto universitario. De la tarea que inició Renato Cesarini a principios de la década de los sesenta con la creación del proyecto y consolidación de las fuerzas básicas de Universidad, emergieron futbolistas de la calidad de Enrique Borja, Leonardo Cuéllar, Luis García, Jorge Campos, Claudio Suárez y del máximo ídolo de nuestro balompié, Hugo Sánchez.
Además, el buen ojo y la visión de las distintas directivas auriazules dieron el privilegio a la afición mexicana de ver brillar a Evanivaldo Castro Cabinho, Spencer Coelho, Ricardo Tuca Ferretti, Juan José Muñante, Juan Carlos Vera y Bruno Marioni, entre otros.
La gestación puma se dio en las entrañas de las facultades universitarias en 1937. Fue el comienzo de una historia feliz, aunque también con sufrimiento.
En 1954 pudieron ingresar al profesionalismo en la Segunda División. En la campaña 1961-1962, el técnico Octavio Vial aprovechó una generación que forjó Héctor Ortiz para el boleto a Primera en la temporada 61-62.
“Sacrificamos nuestra vida de jóvenes por el amor que uno tiene por la Universidad, por el equipo, porque el sueldo al principio era simbólico, aunque fue creciendo hasta poder comprarnos un automóvil. Pero lo importante era defender los colores azul y oro de nuestra escuela”, recuerda Alfredo Echávarri, miembro del equipo de la U —como se le llamaba entonces— que consiguió el ascenso a Primera División.
Vino Cesarini a sembrar la semilla de las divisiones inferiores. Borja, Padilla Luis Regueiro, Héctor Sanabria, Miguel Mejía Barón fueron frutos de la labor del argentino. Los demás símbolos del club, su herencia. Comenzaba el protagonismo del equipo, una de las historias más ganadoras del futbol mexicano.
En 1975, el hijo se independizó económicamente de su madre, se creó la Asociación Civil, que liberó a la UNAM de mantener al equipo, cuyos gastos eran onerosos, y con ello, los titulos comenzaron a llegar. Hugo, Cuéllar y Cabinho estuvieron en la consecución de Torneo de Copa y el Campeón de Campeones. Dos años más tarde, el primer título de Liga. Pumas, ya con su escudo actual, ese puma gigantesco creación de Manuel Pajarito Andrade que abarcaba el torso de la playera, derrotaron 1-0 en la vuelta de la final a la U de G en el Estadio Azteca.
“El negrito en el arroz fue que no pudimos coronarnos en casa; había una huelga de trabajadores en la UNAM”, rememora Leonardo Cuéllar.
Llegaron a dos finales más y las perdieron. Obtuvieron revancha ante Cruz Azul en 80-81, y su segunda corona en la despedida de Hugo Sánchez, quien se embarcó hacia el éxito en España.
Pasó una década para que los Pumas volvieran a alzar el título. “Si nos ganaba el América, le íbamos a dar la tarjeta de cliente”, acepta Miguel España porque menciona que perdieron dos finales previas en los ochenta ante los azulcrema. Con el Tucazo, los felinos fueron campeones de la 90-91.
Esa alegría fue el comienzo de 13 años de decepciones con problemas de descenso incluidos y una huelga estudiantil (1999-2000) que alejó a los Pumas de Ciudad Universitaria. “Era duro jugar en Querétaro. Después del paro se gestó el equipo que obtendría el bicampeonato en 2004”, expone Joaquín Beltrán, ex defensa auriazul.
El arribo de Hugo Sánchez a la dirección técnica felina en el 2000 y luego en 2001, revivió al equipo, renovó la química entre futbolistas y afición. En el Clausura 2004 derrotaron al Guadalajara en la final en penaltis. “Fue muy emotivo por todos los años que tenía el equipo sin ser campeón”, dice el mediocampista Leandro Augusto.
El Apertura 2004 se lo quedaron a costa del Monterrey. “No hicimos una buena campaña, pero sí una extraordinaria Liguilla”, reconoce Beltrán. El Club Universidad Nacional, el único bicampeón en torneos cortos desató la Pumamanía.
Para el Clausura 2009 obtuvieron su sexta corona ante Pachuca para convertirse en el mejor cuadro de la primera década en el nuevo milenio y con ello dejar en claro que la UNAM no sólo brilla a nivel educativo, también en el deporte.
Chomsky dice que la política exterior de EU ya se debilita
El lingüista recibirá el doctorado honoris causa de la UNAMINVITADO. El lingüista dictó una conferencia magistral en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, títulada “La política exterior actual de los Estados Unidos de América”, en el marco de los 100 años de la Universidad Nacional Autónoma de México (Foto: ALEJANDRO MELÉNDEZNOTIMEX )
Miércoles 22 de septiembre de 2010Natalia Gómez y Nurit Martínez | El Universal
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natalia.gomez@eluniversal.com.mxnurit.martinez@eluniversal.com.mx
Lo que se escuchó fue una radiografía del poderío que Estados Unidos ha ejercido en el mundo y de lo que a su paso ha dejado como destrucción: En México, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte ha hecho más daño que el colonialismo español. Se sabe que 1.2 millones de agricultores han perdido su empleo y que los nuevos trabajos no cubren los estándares básicos.
Esa, es la conclusión a la que llega el lingüista estadounidense Noam Chomsky, quien sin embargo no deja de advertir del debilitamiento de la política exterior de Washington y de su hegemonía internacional.
El también activista está de visita en México como invitado especial para recibir el reconocimiento de doctorado honoris causa en el marco del centenario de la UNAM. Como parte de estas festividades dictó una conferencia magistral en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario con el título “La política exterior actual de los Estados Unidos de América”.
Ahí, el intelectual estadounidense asegura que un ejemplo claro de la pérdida de poder de Washington en el ámbito mundial es la pérdida de influencia en su propio continente.
“El tradicional patio trasero de Estados Unidos que había sido América Latina cada vez desobedece más a Washington y toman pasos para su propia independencia", dijo ante un auditorio de estudiantes y académicos.
Como ejemplo claro, recuerda que Brasil, como potencia económica sudamericana, ha establecido relaciones importantes con países asiáticos y de Medio Oriente, por lo que EU ha perdido con los brasileños el puesto de socio mayoritario.
Esta región, agregó, da pasos a la independencia al conformar (en febrero pasado), la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, hecho que podría alterar la función de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la cual participa Estados Unidos y Canadá y de la que Cuba está suspendida.
Para Chomsky otro hecho que resta poderío a Estados Unidos es el programa nuclear de Irán. Explica que por ello el presidente Barack Obama ha emprendido una batalla contra ese país al que han calificado de “amenaza”.
Chomsky, quien ha escrito más de 50 libros, dijo también que la expansión económica de China representa una inestabilidad para la Unión Americana. Advierte que este progreso económico del gigante asiático se ha basado en una desigualdad de ingresos para la población que no alcanza los índices de desarrollo mínimos.
Pide más reflexión
Por ello, Chomsky se pronunció por dar un nuevo significado al concepto prosperidad con el fin de ir más allá de los indicadores numéricos, financieros y los de consumo humano de productos básicos o combustibles.
Dijo que es necesario reflexionar de manera seria respecto de la organización de la vida humana y sus prioridades culturales. Además de la guerra nuclear en Medio Oriente y la lucha por la hegemonía económica, para Chomsky la destrucción ambiental es otro de los problemas mundiales. “Estos temas no se pueden soslayar por demasiado tiempo si hemos de esperar una sobrevivencia de la especie”, comentó el destacado lingüista.
El defensor de la educación que impulsó la Universidad Nacional
Justo Sierra luchó para que el sistema educativo se basara en el uso del raciocinio y no de la memorización; y en 1905 puso en práctica su proyecto para que la educación primaria se convirtiera en prioridad nacional de y carácter laica y gratuita(Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
Miércoles 22 de septiembre de 2010Patricia García | El Universal
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Clínica de Periodismo
Justo Sierra Méndez, promotor para la creación de la Universidad Nacional, nació el 26 de enero de 1848 en el actual Campeche (en esa época formaba parte de Yucatán). Sus padres fueron doña Concepción Méndez Echazarreta y Justo Sierra O´Reilly.
Después de la muerte de su padre en 1861, Sierra se mudó a la ciudad de México, donde, tras años de estudio, se relacionó con importantes literatos y poetas, como Manuel Acuña y Guillermo Prieto.
En 1871, obtuvo su título como abogado; sin embargo sus brillantes estudios y la influencia de su padre, llevaron a Sierra a convertirse en historiador, escritor, poeta, periodista y político. En diversas ocasiones fue diputado en el Congreso de la Unión, donde lanzó una propuesta en la que establecía la educación primaria como obligatoria en 1881, y en ese mismo año se aprobó su proyecto para formar la Universidad Nacional de México, pero sin resultados inmediatos.
Publicó algunos poemas en el diario El Globo, y más tarde algunos ensayos literarios en el Monitor Republicano; además, escribió varios libros de historia para educación primaria, dirigió la Antología del Centenario en 1910 y más tarde creo la Revista Nacional de Letras y Ciencias, con la colaboración de Gutiérrez Nájera, Francisco Sosa y Jesús E. Valenzuela. Una de sus obras más importantes fue Juárez, su obra y su tiempo.
Sierra destacó por sus aportaciones a las cuestiones educativas como el defender la autonomía de la educación preescolar y reorganizar las carreras de medicina, jurisprudencia, ingeniería, bellas artes y música. Promovió, entre otras cosas, el otorgamiento de desayunos escolares, becas para alumnos de alto rendimiento, un sistema de universidades en provincia y una universidad para profesores. Luchó para que el sistema educativo se basara en el uso del raciocinio y no de la memorización; y en 1905 puso en práctica su proyecto para que la educación primaria se convirtiera en prioridad nacional de y carácter laica y gratuita.
En 1894 Justo Sierra fue ministro de la Suprema Corte de Justicia y posteriormente llegó a ser presidente de la misma. Formó parte del gabinete de Porfirio Díaz, con el cargo de subsecretario de Justicia de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Aunque la propuesta de Justo Sierra para la creación de la Universidad Nacional surgió en 1881, no fue sino hasta el 22 de diciembre de 1910 que se llevó a cabo el proyecto, para festejar los cien años de la independencia de México. El discurso para la inauguración de la Universidad se realizó en el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria; en él afirmó que estaban ante el nacimiento de una Universidad “sin árbol genealógico”; aseguró que el gremio y claustro de la Real y Pontifica Universidad de México únicamente formaba parte del pasado de la Universidad Nacional, enfatizándolo al decir que “Los fundadores de la Universidad de antaño decían: la verdad está definida, enseñadla; nosotros decimos a los universitarios de hoy: la verdad se va definiendo, buscadla”.
Durante su discurso imaginó a la Universidad como “... un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plena aptitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y de conciencia de su misión y que, recurriendo a toda fuente de cultura, brote de donde brotare, con tal que la linfa sea pura y diáfana, se propusiera adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber”.
Justo Sierra murió en Madrid el 13 de septiembre de 1912, poco después de ser nombrado ministro plenipotenciario de México en España. Su cuerpo se trasladó a México, donde fue recibido y sepultado con honores en el Panteón Francés. A cien años de su nacimiento fue nombrado Maestro de las Américas a iniciativa de varias universidades del continente; sus restos se trasladaron a la Rotonda de las Personas Ilustres, la cual fue creada en 1880, por iniciativa de Sierra, bajo el nombre de la Rotonda de los Hombres Ilustres.
UNAM distinguirá a Vargas Llosa y Pacheco
La ceremonia de entrega de los doctorados tendrá lugar en el Palacio de Minería el jueves 23 de septiembre, en donde hablarán Ángel Gabilondo en representación de los galardonados extranjeros, y Linda Manzanilla, por los mexicanosMiércoles 22 de septiembre de 2010El Universal
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En el marco de los festejos por sus 100 años, la UNAM investirá como doctores Honoris Causa a diversas personalidades, entre ellos el escritor peruano Mario Vargas Llosa y el mexicano José Emilio Pacheco.
La ceremonia de entrega de los doctorados tendrá lugar en el Palacio de Minería el jueves 23 de septiembre, en donde hablarán Ángel Gabilondo en representación de los galardonados extranjeros, y Linda Manzanilla, por los mexicanos.
Las actividades respecto a los condecorados continuarán el viernes 24 de septiembre con la realización de varias conferencias organizadas por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, como los “Diálogos literarios para celebrar los Doctorados Honoris Causa de Mario Vargas Llosa y José Emilio Pacheco”, en la Sala Nezahualcóyotl de esa universidad.
Vargas Llosa, autor de La casa verde, tendrá un diálogo con el escritor Sealtiel Alatriste.
Por su parte, el ganador del Premio Cervantes de Literatura 2009, José Emilio Pacheco, quien también fue alumno de esta casa de estudios, tendrá una charla con el escritor Ignacio Solares a las 17:00 horas.
Más actividades
Entre otras personalidades que recibirán la conmemoración se encuentran el fallecido Carlos Monsiváis, el filósofo y actual ministro de Educación de España Ángel Gabilondo Pujol, el lingüista estadounidense Noam Chomsky y la investigadora nicaragüense de temas indígenas Mirna Kay Cunningham.
Además, el viernes a las 11 horas, en el Auditorio Alfonso Caso de la Coordinación de Estudios de Posgrado, la maestraMirna Kay Cunningham Kain, líder indígena de Nicaragua y miembro del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de la ONU, impartirá la conferencia “De las políticas de reconocimiento a los retos de la reconstitución de los pueblos indígenas y los desafíos de la implementación de la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas”.
Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española, actualmente colabora con el diario español El País, así como con la revista mexicana Letras Libres.
Entre su vasta producción literaria destacan obras como La ciudad y los perros, La casa verde y La fiesta del Chivo.
El escritor peruano, quien sigue teniendo una trayectoria fructífera, ha sido nombrado miembro de la Academia Peruana de la Lengua y Presidente del Pen Club Internacional.
José Emilio Pacheco, considerado como figura central de la literatura mexicana, nació en la ciudad de México el 30 de junio de 1939. Ha trabajado como director y editor de diversas publicaciones y suplementos culturales, destacan sus colaboraciones con otros escritores como Carlos Monsiváis.
Algunas obras de Pacheco son: El reposo del fuego, Islas a la deriva, El principio del placer, Batallas en el desierto, entre otras. (Redacción y Agencias)
Inició ciclo de conferencias
HONORIS CAUSA. Concepción Company recibirá reconocimiento (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
Miércoles 22 de septiembre de 2010Natalia Gómez y Nurit Martínez | El Universalnatalia.gomez@eluniversal.com.mx
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Como acto culminante de la celebraciones de las fiestas del Centenario de la Independencia de México, el gobierno de Porfirio Díaz creó, el 22 de septiembre de 1910, la Universidad Nacional México.
Ese día se vio caminar rumbo al edificio del Colegio de San Ildefonso a Theodore Roosevelt, quien después sería presidente de los Estados Unidos; lo mismo que a Victor Manuel III, rey de Italia; dos premios Nobel, así como Justo Sierra, Ezequiel Chávez y el ingeniero Gabriel Mancera, entre otros, para la ceremonia con la que se abrieron las actividades para la que hoy es la mejor institución superior de América Latina.
Con el decreto de creación y la ceremonia “el gobierno de Porfirio Díaz quería mostrar que México vivía en el progreso en paz y con una vida cultural activa”, explica la historiadora Celia Ramírez.
Hoy como hace cien años, el rector José Ramón Narro Robles encabezará una procesión que evocará la de hace cien años, por las calles de Moneda, Correo Mayor y Justo Sierra, hasta llegar al Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Como en aquel año, académicos e investigadores nacionales y extrajeros que se han distinguido por aportaciones a la ciencia se sumarán a la recreación de aquella caminata. Los 500 universitarios, entre los que estárán también los integrantes de los órganos de gobierno de la institución: Junta de Gobierno, Consejo Universitario, Patronato y Fundación, serán testigos de la develación de una placa conmemorativa.
Mexicanizar el conocimiento
La investigadora del Instituto de Investigaciones de Estudios Sobre la Universidad, Celia Ramírez, relata que el propósito fue concentrar en una sola institución a seis de las escuelas que venían funcionando desde la creación de la Real y Pontificia Universidad de México.
La tarea que encabezó Justo Sierra ante la Cámara de Diputados fue la de crear una “nueva” universidad, con un objetivo claro y expresado: “mexanizar” el conocimiento.
Las escuelas de Jurisprudencia, Medicina, Ingeniería, Bellas Artes (Arquitectura), la Escuela Nacional Preparatoria y la de Altos Estudios (que más tarde se convirtió en Filosofía y Letras) conformaron, ese 22 de septiembre, a la Universidad Nacional de México. Hasta 1945 la Universidad se convirtió en Autónoma y tomó el nombre actual.
Pláticas magistrales
Entre las actividades que la comisión del Bicentenario preparó para estos días figuran cinco conferencias magistrales; además algunos científicos, humanistas y escritores recibirán el máximo grado académico que otorga la Universidad: el doctorado Honoris Causa.
Ayer en diversos espacios el lingüista Noam Chomsky, la activista Nawal El Saadawi; el economista David Ibarra, el especialista internacional en materia sísmica Vitelmo Bertero y la filóloga Concepción Company convivieron con los estudiantes y expusieron sus más recientes trabajos.
En la conferencia magistral “Creativity, dissidence and women”, Nawal El Saadawi aseveró que se debe trabajar para quitar “el velo” de la mente a las personas. La feminista destacó que, además de la violencia física, existen otras formas que violentan a las mujeres y a los hombres, como la intelectual, que se genera en ámbitos académicos y profesionales. Sostuvo que muchas mujeres tienen frustración, enojo o encono y lo dirigen hacia su interior.
En Economía, el ex secretario de Hacienda en el gobierno de López Portillo, David Ibarra, dedicó su exposición al panorama económico del país.
Otro conferencista fue el especialista en materia sísmica Vitelmo Bertero, quien habló sobre las “vulnerabilidades” identificadas en México en las construcciones y los efectos que pudieran provocar ante la presencia de un terremoto.
Por último, la filóloga Concepción Company, en su conferencia “Independencia y lengua: así hablamos los mexicanos” planteó que “la lengua es nuestra identidad y nuestra visión del mundo... Dime cómo hablas y te diré quién eres”.
Las celebraciones continuarán mañana con el reconocimiento a 16 personalidades, como el ministro de Educación español Ángel Gabilondo, y la única mexicana que es parte de la Academia de Ciencias de EU, Linda Manzanilla.
Lorenzo Córdova Vianello
El papel de la UNAM hacia el futuro
Licenciado en Derecho por la UNAM y doctor en Teoría Política por la Universidad de Turín Italia. Es investigador en el Institu...
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El día de hoy la UNAM celebra el centenario de su institución como Universidad Nacional. Si bien los antecedentes de su fundación se remontan a más de cuatro siglos y medio cuando se instituyó la Real y Pontificia Universidad de México, es hace cien años cuando comienza su rol definitivo como uno de los pilares institucionales indiscutibles del Estado mexicano.
A diferencia de la suntuosa y despilfarradora celebración del Bicentenario que se ha enfocado más al oropel y al festejo —en el mejor de los casos, cuando no a proyectos inacabados, pospuestos o, de plano, fallidos—, dejando pasar la oportunidad de ser un contexto de reflexión sobre el estado que guarda el país y las rutas futuras sobre las que debería encauzarse su desarrollo, la UNAM celebra su centenario en medio de un muy intenso y bien planeado y nutrido conjunto de actividades académicas, culturales, artísticas y editoriales.
Si bien es innegable que en estos cien años la historia de la Universidad ha estado íntimamente vinculada con los sucesos políticos, económicos y sociales que han marcado el México del último siglo, hoy como pocas veces antes esa institución se proyecta de manera muy importante como un potencial puntal de transformación del país hacia el futuro.
Y es que, a mi juicio, una de las más importantes virtudes de la UNAM es que constituye un foro privilegiado de discusión y de debate de los grandes problemas nacionales y que, particularmente en tiempos recientes, en su seno se han generado algunos de los diagnósticos más relevantes para pensar las posibles soluciones para las múltiples crisis que aquejan a nuestra nación. Un ejemplo de lo anterior es el documento Hacia un nuevo curso de desarrollo. México ante la crisis que un conjunto de quince estudiosos, convocados por el rector José Narro, presentaron hace un año y que representa uno de los diagnósticos críticos más elaborados del modelo económico imperante en el país y de cuáles deberían ser los ejes que debería inspirar las políticas de desarrollo para hacer de la nuestra una sociedad más justa y menos desigual.
Y no se trata de mera retórica. A pesar de sus problemas —evidentes y ya diagnosticados—, la UNAM es una institución que como pocas cuenta con una masa crítica y con un prestigio capaz de incidir en los destinos nacionales en un contexto en el que las políticas públicas parecen haber perdido sentido de orientación.
Así, por ejemplo, quienes nos ocupamos de las cuestiones jurídicas debemos reivindicar el papel transformador de los derechos sociales en sociedades tan injustas y desiguales como la nuestra y colocar la defensa y efectiva garantía de esos derechos como una de las exigencias más apremiantes del desarrollo inmediato del país. Durante décadas ha prevalecido la idea de que esos derechos tienen un carácter programático e ideológico; que se trata de cartas de buenas intenciones plasmadas en la Constitución y en los tratados internacionales y que, consecuentemente, no tienen algún grado de obligatoriedad para el Estado.
Toca a nosotros desde la Universidad denunciar y desmontar ese discurso y construir uno nuevo que reivindique la obligatoriedad del respeto y satisfacción de los derechos fundamentales y en particular de los sociales, así como de su exigibilidad, como una vía transitable para lograr una sociedad más igual y más justa.
Nos corresponde, desde la academia, encauzar los esfuerzos y construir los contextos de exigencia necesarios para que los encargados de definir las políticas públicas de desarrollo atiendan y cumplan las obligaciones que al Estado le impone el reconocimiento de esos derechos.
Y es que no podemos dejar pasar el buen momento que pasa la Universidad y el innegable peso que tiene en el ámbito público para incidir en el futuro del país. Y eso es algo que nos corresponde hacer a todos los universitarios desde los distintos ámbitos del conocimiento científico, cada quien en su respectiva área.
Me parece que hoy la mejor manera en la que quienes laboramos en la Universidad podemos celebrar nuestro centenario es terminar de cobrar conciencia del potencial que tiene la UNAM como una palanca de transformación de la sociedad y de incidencia en la vida nacional y de actuar en consecuencia. La deuda histórica de construir una sociedad más equilibrada, más justa y más democrática nos lo impone.
Investigador y profesor de la UNAM
Mauricio Merino
Mi casa es su casa
Mauricio Merino es doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid. Ha escrito y coordinado varios libros y e...
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Hoy la UNAM cumple 100 años. Por fortuna, lo celebrará con el respaldo de una impresionante producción científica y artística, producto de una sólida comunidad de investigadores, creadores, profesores y estudiantes, y de una larga trayectoria reconocida en todo el mundo. Por sus méritos y sus aportaciones, la UNAM es hoy la universidad más importante de América Latina y es un legítimo motivo de orgullo para los mexicanos.
Sus números son apabullantes: 314 mil alumnos, desde el bachillerato al doctorado, que estudian alguno de sus 74 programas de posgrado o especialización; de sus 85 carreras universitarias, de los tres planes de bachillerato o de las dos carreras técnicas que ofrece. Más de 300 mil personas participan en sus diplomados, cursos, talleres y conferencias para todo público. Poco más de 35 mil académicos trabajan en la UNAM, en 22 dependencias dedicadas a la educación superior y 14 al bachillerato, además de los 29 institutos, 16 centros y ocho programas dedicados a la investigación. Tiene museos, recintos históricos, acervos bibliográficos, iconográficos y naturales como ninguna otra institución de México, y sus servicios van desde el que ofrece el Sismológico Nacional hasta el monitoreo del Popocatépetl, pasando por la Biblioteca, la Hemeroteca y el Herbario nacionales, además de un largo etcétera integrado de orquestas, creación artística de toda índole y, por supuesto, de los Pumas.
Empero, esos mismos números se han enderezado con una frecuencia lamentable en contra suya, bajo el argumento de la masificación que comenzó hace medio siglo —hacia el final de los sesenta—, y al que se sumaría muy pronto el de la pauperización, para conformar una crítica que acabó siendo clasista: muchos estudiantes pobres equivalía, según la visión de las élites políticas y económicas de México, no sólo a la pérdida de calidad en la enseñanza, sino al prejuicio social del rechazo a lo común. Ser universitario dejó de ser una prenda intelectual para unos cuantos y una promesa verosímil de ascenso en la escala de la sociedad, para volverse lisa y llanamente el resultado del esfuerzo propio.
A la masificación y la pauperización siguieron los conflictos. No sólo el emblemático 68, sino los que vinieron durante los 20 años posteriores, hasta desembocar en una crisis universitaria de final de siglo. Y aunque después vendría la calma y la UNAM volvería a ser reconocida por sus méritos, lo cierto es que el prestigio de sus egresados y su capacidad para promover la movilidad social aún enfrentan los estigmas que dejamos crecer hasta convertirlos en otra forma de discriminación.
La UNAM aporta, con creces, la mayor parte de la investigación científica de México; sus profesores dominan de lejos los trabajos de la Academia Mexicana de Ciencias, mientras que más de la mitad de los investigadores de mayor nivel probado ante el Sistema Nacional de Investigadores son de la UNAM. En las llamadas ciencias duras, nadie sensato pondría en tela de juicio el liderazgo de esa casa, y en materia de ciencias sociales, sus institutos de investigaciones jurídicas y de investigaciones sociales forman parte de lo mejor de México y son, simplemente, imprescindibles en el debate público. Hay datos de sobra para demostrar la alta calidad de la investigación y la docencia de la UNAM. Pero así y todo, hay quienes repiten hasta la náusea el lugar común según el cual lo mejor se hace en las universidades privadas de las élites, porque los que ahí se forman son pocos y ricos.
Pero es mentira. Sin demérito para el esfuerzo encomiable que también hacen algunas de esas universidades, tengo para mí que la razón más importante por la que los egresados de la UNAM deben demostrar a pulso lo que sus pares de las escuelas privadas sólo acreditan con sus títulos, es el sistema de redes familiares y sociales que se han tejido en torno de estas últimas. No es cosa trivial, por ejemplo, que haya tan pocos pumas en el gabinete del presidente Calderón, incluyendo al secretario de Educación Pública, que es un distinguido egresado del ITAM. Ni tampoco lo es que en el mundo empresarial se prefiera a los egresados de las universidades formadas por sus propios líderes —Garza Sada y Bailleres, entre los principales— para reforzar su propio mirador del mundo.
Con todo, la UNAM es en sí misma un mundo; un mundo que sigue cambiando la vida de cientos de miles de mexicanos que no tenían más que voluntad, ofreciéndoles un proyecto y los medios para realizarlo. Me consta y, por eso, nunca dejaré de sentirme orgullosamente egresado de esa casa, que es mi casa.
Profesor investigador del CIDE
Miguel Alemán V.
UNAM, cien años del alma máter de México
Nació en Veracruz el 18 de marzo de 1932. Egresado de la UNAM, es licenciado en Derecho.
Fue Coordinador General de Noticie...
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El 22 de septiembre de 1910, en el Antiguo Colegio de San Idelfonso fue fundada la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue inaugurada por Justo Sierra durante el mandato de Porfirio Díaz. Esta institución es heredera de la Real y Pontificia Universidad de México, primera universidad del Nuevo Mundo. En 1929 obtiene su autonomía siendo presidente Emilio Portes Gil.
Como egresado de la UNAM, celebro los cien años de vida de mi Alma Mater, de ese centro del conocimiento científico y humanístico del que han egresado los profesionistas que han construido nuestro país; los presidentes, intelectuales, empresarios, artistas, comunicadores y científicos que realizaron las mayores transformaciones institucionales en el México del siglo XX.
En 1921, José Vasconcelos creó el lema, “Por mi raza hablará el espíritu”, que sintetizan su visión de “La raza cósmica” creada por dos culturas. Ello dio a la Universidad su carácter de apertura y de lugar donde convergen diferentes corrientes de ideas.
La UNAM ha sido el centro donde se inspiraron las grandes transformaciones ideológicas, políticas, económicas y sociales del México del siglo XX, en donde se nutrieron y difundieron las ideas de la Revolución Mexicana.
El presidente Miguel Alemán Valdés —quien creía que la educación tenía que ser laica, gratuita y de acceso universal— emprendió la construcción de Ciudad Universitaria. En un trabajo de equipo dirigido por el arquitecto Carlos Lazo se consumó la magna obra en 1952, siendo rector Luis Garrido Díaz.
Arquitectos, ingenieros, y artistas plásticos participaron en la construcción de lo que no sólo llegaría a ser una institución de educación superior de excelencia sino de lo que en 2007 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Grandes muralistas como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, entre otros, plasmaron en Ciudad Universitaria un acontecer histórico orientado a la justicia social y a la preeminencia de un sistema democrático y equitativo.
La UNAM hoy fortalece el conocimiento de las ciencias, las humanidades y las artes con un sentido profundamente humanista, que busca encontrar soluciones a los grandes problemas de nuestro país.
El desafortunado suceso de lanzar una piedra al presidente Luis Echeverría durante una visita a la UNAM, inició un periodo de enfrentamiento y rechazo a la presencia de mandatarios en nuestra Máxima Casa de Estudios. Ese hecho lejano y a todas luces manipulado, no debe de seguir siendo obstáculo para que el Presidente de México y todos los funcionarios públicos federales, estatales y municipales, así como legisladores y dirigentes de todos los partidos políticos sean recibidos con las puertas abiertas en nuestra Universidad para impulsar un diálogo respetuoso, analítico y profundo del verdadero país que queremos construir. La “ley de la pedrada anónima” no debe seguir vigente, es una sinrazón.
Hoy más que nunca los mandatarios deben acudir a la UNAM para replantear el nuevo Estado mexicano que deseamos y que necesitamos. La política y la academia se debilitan cuando se alejan entre sí, pues una nutre constantemente a la otra en sus objetivos y alcances.
La UNAM no es, no ha sido y no será un refugio de quienes promueven la ilegalidad o el retroceso. Todos estamos orgullosos de los avances a favor de la investigación científica, del compromiso social y del resguardo a nuestra cultura que la Universidad desempeña.
Son muchas las etapas en las que he estado cerca de la UNAM; la principal fue la de estudiante —la que más valoro—; la más reciente, la de presidente del Patronato de la Construcción del Museo de Arte Contemporáneo. Todas ellas las atesoro con cariño y orgullo.
Ser universitario es ser profundamente mexicano, intolerante ante la injusticia e insatisfecho ante un país que no ha logrado resolver las grandes contradicciones sociales, económicas y políticas.
México necesita, más que nunca, invertir y apoyar a la UNAM para que esas mentes diáfanas y visionarias no claudiquen en la construcción de una nueva y mejor etapa de la nación.
Cien años en la formación de profesionistas, cien años de educación científica y humanista, cien años de abrir horizontes a la juventud y cien años para alcanzar el prestigio del que goza a nivel internacional la UNAM son dignos de ser festejados por todos los mexicanos.
Rúbrica: “Veracruz, pedacito de patria que sabe sufrir y cantar…” Todos podemos ayudar. Ante el doble embate de la naturaleza, orgulloso y erguido saldrá el pueblo veracruzano.
articulo@alemanvelasco.org
Político, escritor y periodista
FOTOGALERIA DE LA UNAM
Entérate Eventos del Centenario de la UNAM
Este 22 de septiembre se cumplió el primer siglo de vida de la Máxima Casa de EstudiosRECONOCIMIENTOS La UNESCO otorgó la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad a Ciudad Universitaria (Foto: Agencia El Universal )
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Ciudad de México | Miércoles 22 de septiembre de 2010Redacción | El Universal00:39
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La generación del 68 “abrió abrió anchas avenidas a la democrcacia”, señala
ALONSO URRUTIA Y ARTURO JIMÉNEZ
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario –con ocasión del centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)–, el presidente Felipe Calderón consideró que esta institución ha sido “piedra angular en la construcción del México moderno”. Reivindicó la importancia de la autonomía universitaria y subrayó que “nunca más ningún gobernante o poder público debe intervenir en la libre vida de los universitarios”.
Calderón recorrió momentos claves de la historia de la UNAM –“que ha vivido tiempos difíciles, qué duda cabe”– y en su recuento no eludió la “tragedia nacional” que representó el desenlace del movimiento estudiantil de 1968. “Aquella absurda represión de la que fueron víctimas principalmente los universitarios hirió profundamente al país y dejó una herida abierta.”
En insual alusión a la represión del 68, Calderón dijo que “a este lugar entró el bazucazo de la incomprensión y la intolerancia. Aquel momento dejó en claro que México no podía seguir tolerando el autoritarismo y el dictado de la vida nacional desde el poder (…) en esa tragedia nacional, con su sacrificio, la generación universitaria del 68 abrió anchas avenidas a la democracia que estaría por venir en el país”.
Antes, el rector de la UNAM, José Narro Robles, habló del papel de la institución en los tiempos que se viven, “influidos por la crisis económica de proporciones inusitadas y marcados por la pobreza y la desigualdad, por la inseguridad y el debilitamiento de los valores cívicos”, lo que ha obligado a la institución a reforzar sus tareas y sus objetivos.
Aseguró que la modernidad no ha traído mejores condiciones para los excluidos de siempre, por lo cual consideró que no es admisible la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado. El rector sostuvo: “se fallaría si se admite un desatino de tal naturaleza y magnitud”.
La educación, subrayó Narro, enfrenta enemigos como la pobreza y la exclusión, pero también son obstáculos el pensamiento dogmático, la falta de innovación y el autoritarismo. El rector indicó que para confrontar estos males la educación, la ciencia y la cultura son la mejor vía.
Calderón acudió al Antiguo Colegio de San Ildefonso para inaugurar la exposición que recoge el acervo de la UNAM en su centenario. Acompañado por los secretarios de Educación Pública, Alonso Lujambio, y de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar, el Presidente hizo una larga reivindicación de la universidad pública, la primera en su gobierno y de la era panista, según fuentes universitarias.
Ante la comunidad universitaria, Calderón externó su respaldo a la UNAM, porque ha sido “clave en la construcción del México moderno y es expresión del México moderno”.
Habló de la lucha por la autonomía universitaria como condición “indispensable e inalienable” para ejercer la crítica vigorosa al poder; reprobó el “desquite” que en su momento hubo desde el gobierno ante esta conquista, mediante la asfixia presupuestal, cuestionando a quienes pretendieron someter la educación pública a un dogma proveniente del Estado.
Destacó la importancia de la educación superior pública y afirmó que en su administración se ha ampliado la cobertura de 24 a 29 por ciento de los jóvenes, creándose 75 nuevas instituciones de este nivel educativo.
El futuro de México está en el fortalecimiento de este renglón y el desarrollo de la Universidad, mediante su reforzamiento presupuestal, por lo que, en un “claro compromiso” con la UNAM, su presupuesto ha pasado de 16 mil millones de pesos en 2006 a 25 mil 600 millones de pesos en la propuesta para 2011.
Calderón recordó los reconocimientos internacionales que ha recibido la UNAM, como el premio Príncipe de Asturias, y su ubicación como la mejor universidad de habla hispana, lo cual ha sido posible por la libertad que ha tenido para cumplir sus objetivos.
Entrevistado sobre el reconocimiento presidencial y la reivindicación de la autonomía, el rector de la UNAM señaló: “Escuchar la reivindicación, de un Presidente, de la educación superior, su compromiso de respetar la autonomía en absoluto y hablando del 68 como un hecho que nunca más debe repetirse, es algo extraordinario”.
Acerca del presupuesto, Narro reconoció que este año Calderón turnó al Congreso la solicitud que presentó la UNAM. “Nos falta ya nada más lo de las demás universidades”, concluyó.
http://www.jornada.unam.mx/texto/004n1pol.htm
EMIR OLIVARES ALONSO
Cuando la Universidad Nacional abrió sus puertas, el 22 de septiembre de 1910, estaba integrada por seis escuelas nacionales y 10 entidades de investigación; tenía mil 969 alumnos y 378 docentes, y sus principales sedes se ubicaban en el centro de la ciudad de México.
Hoy, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con 13 facultades, cinco unidades multidisciplinarias, cuatro escuelas y 14 planteles de bachillerato, donde 35 mil 57 profesores imparten cada día más de 25 mil clases a 314 mil 557 estudiantes.
Tiene 29 institutos y 16 centros de investigación, y opera y preserva seis servicios nacionales: la Red Mareográfica, el Herbario, el Servicio Sismológico, el Observatorio Astronómico, la Biblioteca y la Hemeroteca.
Una de cada tres investigaciones mexicanas es formulada por especialistas de la UNAM y la institución tiene presencia en 25 entidades del país, así como en Estados Unidos, Canadá y España.
En la actualidad, la UNAM –cuya misión esencial desde su fundación es la docencia, la investigación y la difusión de la cultura– es considerada en diversos sectores como “el proyecto educativo, científico, social y cultural más importante de México, y uno de los más representativos de Iberoamérica”.
En la Universidad se respeta la pluralidad, la diversidad de ideas, la libertad de cátedra e investigación, y se define laica y gratuita.
En la institución se han formado y desarrollan su saber muchos de los más ilustres personajes de la ciencia, la cultura, las humanidades y las artes de México y América Latina. Puede mencionarse a Alfonso García Robles, Nobel de la Paz en 1982; Octavio Paz, Nobel de Literatura en 1990, y Mario Molina, Nobel de Química en 1995.
En la UNAM se imparten 85 carreras, 40 programas de posgrado y 34 de especialización. Cuenta con un importante sistema de educación abierta y a distancia.
Cada año, en retribución a la sociedad, más de 18 mil alumnos de todas las licenciaturas realizan el servicio social. Desde su seno se ha impulsado la defensa de la educación pública y gratuita.
A cien años de su refundación es la mejor universidad de Iberoamérica, según confirman las clasificaciones mundiales de The Times Higher Education Supplement y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
En años recientes la UNAM ha aparecido entre las mejores cien y 200 del mundo en la primera clasificación y, de acuerdo con el máximo órgano de ciencias de España, ocupa el sitio 44. El año pasado recibió el premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, y en 2007 la Unesco reconoció el campus de Ciudad Universitaria como Patrimonio de la Humanidad.
Produce 34 por ciento de artículos científicos escritos por mexicanos y registrados en el International Science Indicators. Desarrolla más de 8 mil proyectos de investigación en todas las áreas del conocimiento. El Sistema Nacional de Investigadores tiene registrados más de 3 mil 400 académicos de la UNAM, que representan 22 por ciento de los más de 15 mil.
Cuenta con 139 bibliotecas, con casi 4 millones de títulos que suman 12 millones de volúmenes y sirven a 22 millones de usuarios al año. Su acervo digital es de más de 25 mil revistas electrónicas.
Su red de cómputo mantiene enlazados más de 54 mil equipos y posee la supercomputadora KanBalam, una de las más potentes de América, cuya capacidad de cálculo supera los 7 mil millones de operaciones aritméticas por segundo.
Tiene 23 museos en los que recrea arte e historia y difunde la ciencia, donde anualmente se desarrollan más de 7 mil actividades. Cada día hábil edita seis libros y en sus campos e instalaciones deportivas se desarrollan 47 disciplinas de alto rendimiento o recreativas.
http://www.jornada.unam.mx/texto/004n2pol.htm
■ Criticó la falta de interés de la industria nacional por el impulso a la tecnología
■ Sismólogo exhorta a realizar estrictas inspecciones a edificios para evitar catástrofes por sismos
EMIR OLIVARES ALONSO
Para crecer en el ámbito mundial, México debe apostar por que el conocimiento sea uno de los motores de su desarrollo, por lo que necesita generar una mayor relación entre academia e industria, y que los tomadores de decisiones por fin desarrollen una política de Estado en materia de ciencia y tecnología, sostuvo Luis Felipe Rodríguez Jorge, del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El astrónomo mexicano, cuyos más de 400 artículos han sido citados en 12 mil ocasiones en la literatura internacional especializada, será investido con el doctorado honoris causa de la máxima casa de estudios este jueves, gracias a sus contribuciones al conocimiento científico.
Ayer, con motivo de los 100 años de la Universidad Nacional, impartió la conferencia magistral Desarrollos recientes en formación estelar, en el Instituto de Astronomía.
Entrevistado al término de su ponencia, el investigador aseguró que si bien los gobernantes destacan la relevancia para el país de la ciencia y la tecnología, lo hacen sólo en el discurso y no en las acciones, por lo que México se ha rezagado en comparación con naciones de condiciones similares, como Brasil o la India. Además, la inversión en el rubro es menor a 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), muy lejano a Brasil, “que con problemas igual o más graves que México” destina a esos sectores más de uno por ciento de su PIB.
“Los tomadores de decisiones hablan de estos temas; ya muchos gobernadores entienden que son factor económico. Sin embargo, lo entienden de una manera parcial, ya que es una apuesta complicada y no tienen claro cómo implementarlo. Éste es un factor a resolver”, sostuvo.
Además del escaso apoyo económico, en México no se ha logrado vincular la ciencia con los sectores productivos y económicos. “Requerimos que el país se mueva a una situación en la que haya más ciencia, pero que a la vez ésta se aplique, resuelva problemas y genere beneficios económicos”.
Para el radioastrónomo, el rezago científico del país se debe a varios factores: la desorganización, la falta de una política de Estado, la descoordinación de la comunidad científica, los bajos presupuestos y la falta de interés de la industria.
Durante la conferencia abordó su principal tema de investigación: el nacimiento y juventud de las estrellas. Dijo que esos objetos celestes nacen de enormes nubes de gas y polvo que abundan en el cosmos.
El proceso de formación de las protoestrellas, como se llama a los astros recién nacidos, se caracteriza por dos factores. En primer lugar es rodeada por un disco que alimenta al objeto central y transporta gas y polvo y, en segundo lugar, se crea un cuerpo conocido como “chorro” que expulsa el flujo magnético de la estrella, produce flujos moleculares y permite que la acreción siga.
Recientemente Rodríguez Jorge ha emprendido el estudio de estrellas de alta masa (más grandes de 20 a 100 veces que el Sol), pues encontró que en objetos similares a la masa del Sol aparecen los “discos” y los “chorros”, cosa aún no comprobada en objetivos celestes más grandes.
Explicó que estos estudios ayudan a entender cómo se formó nuestro sistema solar hace millones de años y cómo se ha desarrollado el universo.
Al mismo tiempo, en la Torre de Ingeniería de la UNAM, el sismólogo argentino Vitelmo Victorio Bertero Risso, quien también recibirá el doctorado honoris causa, impartió una ponencia magistral sobre los recientes sismos que azotaron a Haití y a Chile.
Sostuvo que las diferencias en el número de muertes provocadas por el evento sísmico en la nación caribeña (más de 300 mil) y la andina (565) fueron la falta de una cultura sísmica, el tipo de edificaciones y la pobreza del primer país.
Resaltó que la inspección adecuada y exhaustiva en la construcción por parte de especialistas es una obligación en naciones vulnerables, tanto en el diseño como en el detallado de los refuerzos, lo cual implica mayor participación del gobierno.
http://www.jornada.unam.mx/texto/013n1pol.htm
Carlos Martínez García
Esta es una confesión de amor a una centenaria: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En ella innumerables estudiantes tuvimos la oportunidad de ensanchar nuestros horizontes, de ampliar nuestro estrecho marco conceptual y comenzar a nombrar nuevas realidades nunca percibidas.
Como yo, miles y miles, hijos e hijas de obreros, atónitos incursionamos en las aulas unamitas con escaso bagaje educativo y escuálidos recursos culturales. Mi padre concluyó sus estudios primarios, y de ahí se incorporó directamente al mercado laboral. Mi madre solamente completó el tercer grado de escolaridad primaria, y desde muy niña debió emplearse en tareas domésticas para contribuir al sostén de su familia, cuya cabeza masculina había muerto súbitamente de un letal infarto al corazón.
Mi infancia escolar, mi universo vital, se limitó exclusivamente a dos colonias de la ciudad de México: la Doctores y la Obrera. De tal manera que cuando ingresé al bachillerato de la UNAM, desde el primer día caí en cuenta que me estaba aventurando a lo desconocido, a un espacio en el que entonces me sentí incómodo y sin saber bien a bien cómo relacionarme con mis nuevos compañeros.
En los auditorios unamitas escuché por primera vez a una orquesta sinfónica, tuve la oportunidad de disfrutar del jazz, antes ausente en mi ámbito familiar y cultural. Me fui adentrando en el teatro y la literatura, aprendí a disfrutar del cine y a gozar intensamente el intercambio de ideas. De súbito descubrí el arrebatador encanto de la lectura. Comencé a frecuentar obras de autores cuyos nombres nunca había escuchado. Debí acrecentar mi manejo del lenguaje para comprender lo que intentaba descifrar en páginas que me confrontaban por primera vez con vocablos desconocidos. Sin nombrarlo de esta manera, estaba ejercitando la ampliación de mi horizonte cultural. Muchos años después habría de encontrar en una frase de Ludwig Wittgenstein la descripción del proceso iniciado en la UNAM: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Poco a poco los límites iban cayendo.
El proceso de enseñanza-aprendizaje es en la Universidad Nacional Autónoma de México tan intenso en sus aulas como fuera de ellas. En sus corredores, bellos jardines, plazas, instalaciones deportivas, comedores y garnacherías se ve uno confrontado con la diversidad, con la pluralidad en todos los ámbitos de la vida social. Mi grupo de amigos y amigas estaba conformado mayoritariamente por historias familiares parecidas a la mía. Es decir, casi todos carecíamos de antecedentes universitarios en nuestros árboles genealógicos. Quienes sí los tenían, y también mucho mejores condiciones económicas que los demás, desarrollaron entrañables cercanías con nosotros, los que cada día debíamos estirar recursos para completar los gastos de transportación al paraíso universitario. Unos y otros establecimos una negociación cognoscitiva, existencial, valorativa y volitiva.
En el contacto con los otros y otras, en algunos aspectos muy distintos a mí y en otros muy similares, fui tejiendo un ejercicio comunitario llamado tolerancia e inclusión. Me hice consciente de mi reducido mundo al contrastarme con los otros, al intercambiar nuestras concepciones, prejuicios y esperanzas. Lo ha dicho mucho mejor Ryszard Kapuscinski: “Y eso que la cultura –vaya, también el mismo ser humano– se forma en situaciones de contacto con Otros (por eso todo depende en tal medida de este contacto). Para Simmel el individuo no se forma sino en un proceso de relación, de vinculación con los Otros. Lo mismo afirma Sapir: ‘El verdadero lugar donde se desarrolla la cultura está en la interacción entre personas’. Los Otros –repitámoslo una vez más– son el espejo en que nos reflejamos y que nos hace conscientes de quienes somos” (Encuentro con el otro, Editorial Anagrama, 2007).
Tal vez una de las funciones esenciales de la UNAM sea la de fungir como espejo tanto de aquellos y aquellas que han realizado sus estudios allí como de la sociedad mexicana en general. Por ello es muy importante mantener a ese espejo limpio de obstáculos que le impidan reflejar la verdadera imagen de quienes se miran en él. Hay que vencer las intenciones, y no pocos actos, de sus malquerientes que buscan resquebrajar el espejo que capta la pluralidad, y/o inutilizarlo regateándole el presupuesto para que amplíe sus alcances.
No se trata de idealizar a la UNAM ni de cerrar los ojos a los muchos aspectos en que puede mejorar su desempeño. Con todo la centenaria institución, cuyos antecedentes se remontan al siglo XVI, ha sido central en el desarrollo de la nación al ejercer la crítica en su seno. A diferencia de los centros educativos privados, en la UNAM se ejercita con mayor intensidad la construcción del pensamiento crítico, se estimula el aprender a preguntar. Ésta es una herramienta epistemológica fundamental, porque, como dijo Gaston Bachelard, “la fuente de todo conocimiento es la pregunta”.
Con emoción y agradecimiento a mi alma máter, que me gestó espiritualmente, me recibió en su generoso regazo, me levanto y entono un sentido ¡Goya, goya!
http://www.jornada.unam.mx/texto/025a2pol.htm
REFORMA
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El 22 de septiembre de 1910 se inauguró la Universidad Nacional de México en el Anfiteatro Simón Bolívar de la entonces Escuela Nacional Preparatoria, hoy Antiguo Colegio de San Ildefonso. Este 22 de septiembre de 2010 se realizará una ceremonia conmemorativa del Centenario de la Universidad a las 9:00 horas.
Media hora antes, en punto de las 08:30 horas habrá una procesión universitaria por las calles del Centro Histórico, evocando la universidad de hace 100 años.
Un recorrido de 500 alumnos en toga, encabezados por el rector José Narro Robles, partirá a un costado de Palacio Nacional para llegar a San Idelfonso, donde se develará una placa alusiva al Centenario.
A las 11:00 horas se realizará una sesión solemne en el Congreso de la Unión en San Lázaro, donde hablarán los representantes de las siete fracciones legislativas y los presidentes de cada una de las cámaras, la cual culminará con un mensaje del rector Narro Robles.
Los festejos continuarán con un concierto de la Orquesta Filarmónica de la UNAM en la Sala Nezahualcótyotl a las18:00 horas, donde interpretaran una Sinfonía conmemorativa para coro y orquesta compuesta por el maestro Federico Ibarra.
En el Antiguo Colegio de San Ildefonso se inaugurará la exposición ''Tiempo Universitario'' a las 19:00 horasdónde se mostrarán documentos, libros, pinturas, objetos, trofeos, fragmentos de películas, documentales, fotografías y esculturas sobre la historia y aportaciones de la Universidad a las ciencias y humanidades.
El Museo Universitario del Chopo también abrirá al público la exposición "100 años de pintura en la Universidad Nacional" donde se mostrarán piezas del patrimonio de la Máxima Casa de Estudios hasta el 31 de octubre.
El jueves 23 de septiembre habrá una ceremonia de entrega de doctor honoris causa a las 11:00 horas en el Palacio de Minería.
Los reconocimientos se entregarán "a personalidades con méritos excepcionales, por sus contribuciones a la ciencia, las humanidades, el arte y la cultura, así como a quienes hayan realizado una labor de extraordinario valor para el mejoramiento de las condiciones de vida o del bienestar de la humanidad", asegura la institución en su portal.
Sigue la celebración
Los festejos para conmemorar el primer centenario de la Máxima Casa de Estudios continuará con conciertos, ceremonias, conferencias magistrales y exposiciones hasta el 24 de septiembre y otros eventos deportivos, culturales y académicos planeados para lo que resta del año.
Entre los doctores honoris causa que darán conferencias magistrales se encuentran Mario Vargas Llosa y José Emilio Pacheco a las 17:00 horas en la Sala Nezahualcótyotl el jueves 24 de septiembre y Ramón Xirau en el Instituto de Investigaciones Filosóficas el miércoles 29 de septiembre a las 12:00 horas.
La Universidad organizó los "Juegos Universitarios del Centenario" que iniciaron el 1 de septiembre y concluirán el 8 de diciembre en las disciplinas de ajedrez, atletismo, beisbol, futbol, judo, natación, volibol, entre otras.
También continúa la convocatoria para la Carrera Nocturna del Centenario que se realizará el 9 de octubre a las 19:00 horas en los circuitos estudiantil y deportivo de
Ciudad Universitaria. La salida será en el circuito ubicado frente a la salida del estacionamiento ocho del Estadio Olímpico Universitario y la meta el interior del Estadio.
Ciudad Universitaria. La salida será en el circuito ubicado frente a la salida del estacionamiento ocho del Estadio Olímpico Universitario y la meta el interior del Estadio.
Podrán participar estudiantes, académicos, trabajadores, exalumnos de la UNAM y del sistema incorporado, en las ramas varonil y femenil. Las inscripciones se cerrarán el 28 de septiembre.
Además se amplió hasta el 6 de octubre el cierre del concurso documental "¿Cómo la ves? ¿Cómo la vives?". En la que la comunidad estudiantil expresa sus reflexiones en torno a la Universidad y al futuro.
Las tesis de licenciatura o posgrado cuya temática gire en torno a la historia, desarrollo o aportaciones de la Universidad pueden inscribirse hasta el 10 de diciembre en el concurso que se abrió para elegir las mejores.
Las actividades continuarán a lo largo del año, sumándose los programas que cada área de la institución programa, por lo que se recomienda revisar la agenda universitaria.
Más información:
LA JORNADA
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La Universidad Nacional, piedra angular en la construcción de México: Calderón
ALONSO URRUTIA Y ARTURO JIMÉNEZ
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario –con ocasión del centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)–, el presidente Felipe Calderón consideró que esta institución ha sido “piedra angular en la construcción del México moderno”. Reivindicó la importancia de la autonomía universitaria y subrayó que “nunca más ningún gobernante o poder público debe intervenir en la libre vida de los universitarios”.
Calderón recorrió momentos claves de la historia de la UNAM –“que ha vivido tiempos difíciles, qué duda cabe”– y en su recuento no eludió la “tragedia nacional” que representó el desenlace del movimiento estudiantil de 1968. “Aquella absurda represión de la que fueron víctimas principalmente los universitarios hirió profundamente al país y dejó una herida abierta.”
En insual alusión a la represión del 68, Calderón dijo que “a este lugar entró el bazucazo de la incomprensión y la intolerancia. Aquel momento dejó en claro que México no podía seguir tolerando el autoritarismo y el dictado de la vida nacional desde el poder (…) en esa tragedia nacional, con su sacrificio, la generación universitaria del 68 abrió anchas avenidas a la democracia que estaría por venir en el país”.
Antes, el rector de la UNAM, José Narro Robles, habló del papel de la institución en los tiempos que se viven, “influidos por la crisis económica de proporciones inusitadas y marcados por la pobreza y la desigualdad, por la inseguridad y el debilitamiento de los valores cívicos”, lo que ha obligado a la institución a reforzar sus tareas y sus objetivos.
Aseguró que la modernidad no ha traído mejores condiciones para los excluidos de siempre, por lo cual consideró que no es admisible la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado. El rector sostuvo: “se fallaría si se admite un desatino de tal naturaleza y magnitud”.
La educación, subrayó Narro, enfrenta enemigos como la pobreza y la exclusión, pero también son obstáculos el pensamiento dogmático, la falta de innovación y el autoritarismo. El rector indicó que para confrontar estos males la educación, la ciencia y la cultura son la mejor vía.
Calderón acudió al Antiguo Colegio de San Ildefonso para inaugurar la exposición que recoge el acervo de la UNAM en su centenario. Acompañado por los secretarios de Educación Pública, Alonso Lujambio, y de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar, el Presidente hizo una larga reivindicación de la universidad pública, la primera en su gobierno y de la era panista, según fuentes universitarias.
Ante la comunidad universitaria, Calderón externó su respaldo a la UNAM, porque ha sido “clave en la construcción del México moderno y es expresión del México moderno”.
Habló de la lucha por la autonomía universitaria como condición “indispensable e inalienable” para ejercer la crítica vigorosa al poder; reprobó el “desquite” que en su momento hubo desde el gobierno ante esta conquista, mediante la asfixia presupuestal, cuestionando a quienes pretendieron someter la educación pública a un dogma proveniente del Estado.
Destacó la importancia de la educación superior pública y afirmó que en su administración se ha ampliado la cobertura de 24 a 29 por ciento de los jóvenes, creándose 75 nuevas instituciones de este nivel educativo.
El futuro de México está en el fortalecimiento de este renglón y el desarrollo de la Universidad, mediante su reforzamiento presupuestal, por lo que, en un “claro compromiso” con la UNAM, su presupuesto ha pasado de 16 mil millones de pesos en 2006 a 25 mil 600 millones de pesos en la propuesta para 2011.
Calderón recordó los reconocimientos internacionales que ha recibido la UNAM, como el premio Príncipe de Asturias, y su ubicación como la mejor universidad de habla hispana, lo cual ha sido posible por la libertad que ha tenido para cumplir sus objetivos.
Entrevistado sobre el reconocimiento presidencial y la reivindicación de la autonomía, el rector de la UNAM señaló: “Escuchar la reivindicación, de un Presidente, de la educación superior, su compromiso de respetar la autonomía en absoluto y hablando del 68 como un hecho que nunca más debe repetirse, es algo extraordinario”.
Acerca del presupuesto, Narro reconoció que este año Calderón turnó al Congreso la solicitud que presentó la UNAM. “Nos falta ya nada más lo de las demás universidades”, concluyó.
http://www.jornada.unam.mx/texto/004n1pol.htm
Los números también hablan
EMIR OLIVARES ALONSO
Cuando la Universidad Nacional abrió sus puertas, el 22 de septiembre de 1910, estaba integrada por seis escuelas nacionales y 10 entidades de investigación; tenía mil 969 alumnos y 378 docentes, y sus principales sedes se ubicaban en el centro de la ciudad de México.
Hoy, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con 13 facultades, cinco unidades multidisciplinarias, cuatro escuelas y 14 planteles de bachillerato, donde 35 mil 57 profesores imparten cada día más de 25 mil clases a 314 mil 557 estudiantes.
Tiene 29 institutos y 16 centros de investigación, y opera y preserva seis servicios nacionales: la Red Mareográfica, el Herbario, el Servicio Sismológico, el Observatorio Astronómico, la Biblioteca y la Hemeroteca.
Una de cada tres investigaciones mexicanas es formulada por especialistas de la UNAM y la institución tiene presencia en 25 entidades del país, así como en Estados Unidos, Canadá y España.
En la actualidad, la UNAM –cuya misión esencial desde su fundación es la docencia, la investigación y la difusión de la cultura– es considerada en diversos sectores como “el proyecto educativo, científico, social y cultural más importante de México, y uno de los más representativos de Iberoamérica”.
En la Universidad se respeta la pluralidad, la diversidad de ideas, la libertad de cátedra e investigación, y se define laica y gratuita.
En la institución se han formado y desarrollan su saber muchos de los más ilustres personajes de la ciencia, la cultura, las humanidades y las artes de México y América Latina. Puede mencionarse a Alfonso García Robles, Nobel de la Paz en 1982; Octavio Paz, Nobel de Literatura en 1990, y Mario Molina, Nobel de Química en 1995.
En la UNAM se imparten 85 carreras, 40 programas de posgrado y 34 de especialización. Cuenta con un importante sistema de educación abierta y a distancia.
Cada año, en retribución a la sociedad, más de 18 mil alumnos de todas las licenciaturas realizan el servicio social. Desde su seno se ha impulsado la defensa de la educación pública y gratuita.
A cien años de su refundación es la mejor universidad de Iberoamérica, según confirman las clasificaciones mundiales de The Times Higher Education Supplement y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
En años recientes la UNAM ha aparecido entre las mejores cien y 200 del mundo en la primera clasificación y, de acuerdo con el máximo órgano de ciencias de España, ocupa el sitio 44. El año pasado recibió el premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, y en 2007 la Unesco reconoció el campus de Ciudad Universitaria como Patrimonio de la Humanidad.
Produce 34 por ciento de artículos científicos escritos por mexicanos y registrados en el International Science Indicators. Desarrolla más de 8 mil proyectos de investigación en todas las áreas del conocimiento. El Sistema Nacional de Investigadores tiene registrados más de 3 mil 400 académicos de la UNAM, que representan 22 por ciento de los más de 15 mil.
Cuenta con 139 bibliotecas, con casi 4 millones de títulos que suman 12 millones de volúmenes y sirven a 22 millones de usuarios al año. Su acervo digital es de más de 25 mil revistas electrónicas.
Su red de cómputo mantiene enlazados más de 54 mil equipos y posee la supercomputadora KanBalam, una de las más potentes de América, cuya capacidad de cálculo supera los 7 mil millones de operaciones aritméticas por segundo.
Tiene 23 museos en los que recrea arte e historia y difunde la ciencia, donde anualmente se desarrollan más de 7 mil actividades. Cada día hábil edita seis libros y en sus campos e instalaciones deportivas se desarrollan 47 disciplinas de alto rendimiento o recreativas.
http://www.jornada.unam.mx/texto/004n2pol.htm
■ Criticó la falta de interés de la industria nacional por el impulso a la tecnología
En el apoyo a la ciencia urge pasar del dicho a los hechos, dice el astrónomo Rodríguez Jorge
■ Sismólogo exhorta a realizar estrictas inspecciones a edificios para evitar catástrofes por sismos
EMIR OLIVARES ALONSO
Para crecer en el ámbito mundial, México debe apostar por que el conocimiento sea uno de los motores de su desarrollo, por lo que necesita generar una mayor relación entre academia e industria, y que los tomadores de decisiones por fin desarrollen una política de Estado en materia de ciencia y tecnología, sostuvo Luis Felipe Rodríguez Jorge, del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El astrónomo mexicano, cuyos más de 400 artículos han sido citados en 12 mil ocasiones en la literatura internacional especializada, será investido con el doctorado honoris causa de la máxima casa de estudios este jueves, gracias a sus contribuciones al conocimiento científico.
Ayer, con motivo de los 100 años de la Universidad Nacional, impartió la conferencia magistral Desarrollos recientes en formación estelar, en el Instituto de Astronomía.
Entrevistado al término de su ponencia, el investigador aseguró que si bien los gobernantes destacan la relevancia para el país de la ciencia y la tecnología, lo hacen sólo en el discurso y no en las acciones, por lo que México se ha rezagado en comparación con naciones de condiciones similares, como Brasil o la India. Además, la inversión en el rubro es menor a 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), muy lejano a Brasil, “que con problemas igual o más graves que México” destina a esos sectores más de uno por ciento de su PIB.
“Los tomadores de decisiones hablan de estos temas; ya muchos gobernadores entienden que son factor económico. Sin embargo, lo entienden de una manera parcial, ya que es una apuesta complicada y no tienen claro cómo implementarlo. Éste es un factor a resolver”, sostuvo.
Además del escaso apoyo económico, en México no se ha logrado vincular la ciencia con los sectores productivos y económicos. “Requerimos que el país se mueva a una situación en la que haya más ciencia, pero que a la vez ésta se aplique, resuelva problemas y genere beneficios económicos”.
Para el radioastrónomo, el rezago científico del país se debe a varios factores: la desorganización, la falta de una política de Estado, la descoordinación de la comunidad científica, los bajos presupuestos y la falta de interés de la industria.
Durante la conferencia abordó su principal tema de investigación: el nacimiento y juventud de las estrellas. Dijo que esos objetos celestes nacen de enormes nubes de gas y polvo que abundan en el cosmos.
El proceso de formación de las protoestrellas, como se llama a los astros recién nacidos, se caracteriza por dos factores. En primer lugar es rodeada por un disco que alimenta al objeto central y transporta gas y polvo y, en segundo lugar, se crea un cuerpo conocido como “chorro” que expulsa el flujo magnético de la estrella, produce flujos moleculares y permite que la acreción siga.
Recientemente Rodríguez Jorge ha emprendido el estudio de estrellas de alta masa (más grandes de 20 a 100 veces que el Sol), pues encontró que en objetos similares a la masa del Sol aparecen los “discos” y los “chorros”, cosa aún no comprobada en objetivos celestes más grandes.
Explicó que estos estudios ayudan a entender cómo se formó nuestro sistema solar hace millones de años y cómo se ha desarrollado el universo.
Al mismo tiempo, en la Torre de Ingeniería de la UNAM, el sismólogo argentino Vitelmo Victorio Bertero Risso, quien también recibirá el doctorado honoris causa, impartió una ponencia magistral sobre los recientes sismos que azotaron a Haití y a Chile.
Sostuvo que las diferencias en el número de muertes provocadas por el evento sísmico en la nación caribeña (más de 300 mil) y la andina (565) fueron la falta de una cultura sísmica, el tipo de edificaciones y la pobreza del primer país.
Resaltó que la inspección adecuada y exhaustiva en la construcción por parte de especialistas es una obligación en naciones vulnerables, tanto en el diseño como en el detallado de los refuerzos, lo cual implica mayor participación del gobierno.
http://www.jornada.unam.mx/texto/013n1pol.htm
Carlos Martínez García
¡Goya, goya!
Esta es una confesión de amor a una centenaria: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En ella innumerables estudiantes tuvimos la oportunidad de ensanchar nuestros horizontes, de ampliar nuestro estrecho marco conceptual y comenzar a nombrar nuevas realidades nunca percibidas.
Como yo, miles y miles, hijos e hijas de obreros, atónitos incursionamos en las aulas unamitas con escaso bagaje educativo y escuálidos recursos culturales. Mi padre concluyó sus estudios primarios, y de ahí se incorporó directamente al mercado laboral. Mi madre solamente completó el tercer grado de escolaridad primaria, y desde muy niña debió emplearse en tareas domésticas para contribuir al sostén de su familia, cuya cabeza masculina había muerto súbitamente de un letal infarto al corazón.
Mi infancia escolar, mi universo vital, se limitó exclusivamente a dos colonias de la ciudad de México: la Doctores y la Obrera. De tal manera que cuando ingresé al bachillerato de la UNAM, desde el primer día caí en cuenta que me estaba aventurando a lo desconocido, a un espacio en el que entonces me sentí incómodo y sin saber bien a bien cómo relacionarme con mis nuevos compañeros.
En los auditorios unamitas escuché por primera vez a una orquesta sinfónica, tuve la oportunidad de disfrutar del jazz, antes ausente en mi ámbito familiar y cultural. Me fui adentrando en el teatro y la literatura, aprendí a disfrutar del cine y a gozar intensamente el intercambio de ideas. De súbito descubrí el arrebatador encanto de la lectura. Comencé a frecuentar obras de autores cuyos nombres nunca había escuchado. Debí acrecentar mi manejo del lenguaje para comprender lo que intentaba descifrar en páginas que me confrontaban por primera vez con vocablos desconocidos. Sin nombrarlo de esta manera, estaba ejercitando la ampliación de mi horizonte cultural. Muchos años después habría de encontrar en una frase de Ludwig Wittgenstein la descripción del proceso iniciado en la UNAM: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Poco a poco los límites iban cayendo.
El proceso de enseñanza-aprendizaje es en la Universidad Nacional Autónoma de México tan intenso en sus aulas como fuera de ellas. En sus corredores, bellos jardines, plazas, instalaciones deportivas, comedores y garnacherías se ve uno confrontado con la diversidad, con la pluralidad en todos los ámbitos de la vida social. Mi grupo de amigos y amigas estaba conformado mayoritariamente por historias familiares parecidas a la mía. Es decir, casi todos carecíamos de antecedentes universitarios en nuestros árboles genealógicos. Quienes sí los tenían, y también mucho mejores condiciones económicas que los demás, desarrollaron entrañables cercanías con nosotros, los que cada día debíamos estirar recursos para completar los gastos de transportación al paraíso universitario. Unos y otros establecimos una negociación cognoscitiva, existencial, valorativa y volitiva.
En el contacto con los otros y otras, en algunos aspectos muy distintos a mí y en otros muy similares, fui tejiendo un ejercicio comunitario llamado tolerancia e inclusión. Me hice consciente de mi reducido mundo al contrastarme con los otros, al intercambiar nuestras concepciones, prejuicios y esperanzas. Lo ha dicho mucho mejor Ryszard Kapuscinski: “Y eso que la cultura –vaya, también el mismo ser humano– se forma en situaciones de contacto con Otros (por eso todo depende en tal medida de este contacto). Para Simmel el individuo no se forma sino en un proceso de relación, de vinculación con los Otros. Lo mismo afirma Sapir: ‘El verdadero lugar donde se desarrolla la cultura está en la interacción entre personas’. Los Otros –repitámoslo una vez más– son el espejo en que nos reflejamos y que nos hace conscientes de quienes somos” (Encuentro con el otro, Editorial Anagrama, 2007).
Tal vez una de las funciones esenciales de la UNAM sea la de fungir como espejo tanto de aquellos y aquellas que han realizado sus estudios allí como de la sociedad mexicana en general. Por ello es muy importante mantener a ese espejo limpio de obstáculos que le impidan reflejar la verdadera imagen de quienes se miran en él. Hay que vencer las intenciones, y no pocos actos, de sus malquerientes que buscan resquebrajar el espejo que capta la pluralidad, y/o inutilizarlo regateándole el presupuesto para que amplíe sus alcances.
No se trata de idealizar a la UNAM ni de cerrar los ojos a los muchos aspectos en que puede mejorar su desempeño. Con todo la centenaria institución, cuyos antecedentes se remontan al siglo XVI, ha sido central en el desarrollo de la nación al ejercer la crítica en su seno. A diferencia de los centros educativos privados, en la UNAM se ejercita con mayor intensidad la construcción del pensamiento crítico, se estimula el aprender a preguntar. Ésta es una herramienta epistemológica fundamental, porque, como dijo Gaston Bachelard, “la fuente de todo conocimiento es la pregunta”.
Con emoción y agradecimiento a mi alma máter, que me gestó espiritualmente, me recibió en su generoso regazo, me levanto y entono un sentido ¡Goya, goya!
http://www.jornada.unam.mx/texto/025a2pol.htm
Rayuela
¡Goooya!REFORMA
Mirtha Hernández y Sandra García Ciudad de México (22 septiembre 2010).- En ello coincidieron Rectores de universidades de la Zona Metropolitana, quienes señalaron que el centenario de la UNAM es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la educación superior para el País. "La comunidad académica nacional inició su desarrollo en torno a la UNAM, justo por ser la primera casa de estudios que logró establecer sus programas académicos vinculados a la actividad científica (... Con ella coincidieron los Rectores Generales del Tecnológico de Monterrey y de la Universidad Autónoma Metropolitana, Rafael Rangel Sostmann y Enrique Fernández, respectivamente. El Rector de la UAEM, Eduardo Gasca, señaló que la Universidad Nacional ha estado presente en los grandes momentos culturales, filosóficos, sociales y políticos del País; mientras que la Rectora de la UACM, Esther Orozco, resaltó que sus integrantes han sido capaces de enfrentar con argumentos las malas decisiones de gobernantes, al tiempo que ofrecen propuestas para construir una nación más equitativa. 'Desarrolla educación' La labor de la UNAM está vinculada al desarrollo del sistema de educación superior de la Nación, pues muchos de sus académicos han sido la base para formar nuevas instituciones. "En gran medida, gracias a sus egresados y académicos de la UNAM, ha sido posible desarrollar en México un sistema de educación superior (...). Muchos de ellos contribuyeron a crear muchas de las instituciones públicas y privadas que tenemos actualmente en el País. Nuestra amada Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) no es la excepción", afirmó su Rector General, Enrique Fernández Fassnacht. Las universidades, dijo, deben analizar su presente, para poder trazar su futuro y fortalecer su prestigio como grandes instituciones. Agregó que en este camino deben emprender los cambios necesarios para realizar con excelencia sus funciones de docencia, investigación, preservación y difusión de la cultura, lo que implica formar alumnos que adquieran las capacidades necesarias para ejercer su profesión, ser personas críticas y comprometidas con la Nación. "Las instituciones de educación superior públicas deben rendir cuentas claras a la sociedad y que esto sirva para que puedan apreciar qué tanto las instituciones caminan hacia la excelencia en función de los recursos públicos que reciben", comentó. 'Contribuye a estabilizar' El Rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Rafael Rangel Sostmann, consideró que entre los legados más importantes de la Universidad están los resultados de sus investigaciones en las áreas científica, tecnológica y de las humanidades. Además, destacó el gran número de profesionistas que ha formado y han aportado sus conocimientos y talento en beneficio de la Nación. "Otro legado muy importante es la promoción de la movilidad social, la que ha contribuido, en gran medida, a la estabilidad del País", señaló Sostmann, quien por 25 años ha dirigido al Tec. El Rector añadió que las universidades deben asegurar la formación pertinente y de calidad de sus egresados para lograr obtener el prestigio de las grandes universidades del Mundo. De esta manera, agregó, también promoverán el desarrollo de la sociedad y su investigación podrá convertirse en motor del desarrollo económico, político y social del País. 'Debemos seguir su ejemplo' El principal legado de la UNAM ha sido su ejemplo en la defensa de la educación pública y laica, así como de la tolerancia, consideró la Directora General del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Yoloxóchitl Bustamante. Al celebrarse los 100 años de la fundación de la Universidad, afirmó que la comunidad académica del País debe festejar el ícono que representa la UNAM, por su forma de ejercer autonomía, que propicia un crisol de corrientes ideológicas en un clima de respeto y tolerancia. "La UNAM es el termómetro del País en el cual se miden las formas de relacionarse entre los diferentes grupos y corrientes de pensamiento que integran nuestra sociedad. Una Universidad sana, responsable y autocrítica nos refleja como una sociedad con apertura al cambio y dispuesta al dialogo incluyente con todos los actores", comenta. Bustamante resalta la actitud crítica de la Universidad hacia la sociedad, el sector educativo y hacia su interior. "Al ser la primera universidad mexicana reconocida por las diferentes encuestas que califican y comparan a las principales universidades del mundo, nos sentimos orgullosos como mexicanos que se le otorguen una excelente puntuación", añade. "Las instituciones educativas debemos seguir su ejemplo en las áreas que nos competen y aprender de sus fortalezas para seguir un camino académico exitoso". 'Es asidero y esperanza' La Universidad Nacional Autónoma de México ha contribuido no sólo con la formación de hombres y mujeres críticos, también con propuestas para construir un País más equitativo. Así lo afirmó la Rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Esther Orozco Orozco, quien resaltó que sus egresados han sido capaces de enfrentar con argumentos las malas decisiones de los gobernantes. "La UNAM es una institución que ha sido capaz no sólo de sobrevivir a las vicisitudes de nuestra historia, sino de fortalecerse a pesar de ellas y de mostrarse a la Nación y al mundo como uno de nuestros baluartes. "Ella, en su grandeza, es asidero y esperanza. Por ella, los y las mexicanas sabemos que la fuerza de esta Nación está en sus jóvenes, en sus intelectuales, en sus científicos y en la gente generosas que con su trabajo sostiene esta noble institución", señala. La Rectora agregó que las universidades deben convertirse en recintos abiertos que blinden al País contra la violencia y la estupidez. 'Coadyuva a formar universidades' El Rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Eduardo Gasca Pliego, se congratuló por el centenario de la UNAM, al señalarla como una institución que ha impulsado el desarrollo del conocimiento en el País. "Ha coadyuvado a la formación de las universidades públicas estatales; la UAEM ha sido un producto intelectual de la Universidad Nacional. La comunidad académica del País debe festejar este acontecimiento, toda vez que la UNAM ha sido el crisol del conocimiento que se acuña en México y el gran edificio científico y cultural de Latinoamérica. El Rector agregó que el Gobierno debe coadyuvar en el impulso de la educación superior con inversión, ya que instituciones como la UNAM siempre han caminado en la reflexión, análisis y propuestas de solución. "Corresponde al Estado hacer su parte: poner énfasis en consolidar una política en materia educativa, aportar a la sociedad del conocimiento, invertir en este rubro hará que las universidades públicas estén acordes con la marcha de los grandes asuntos de la Nación; no se puede concebir un Estado moderno si éste no transita por la inversión educativa, somos la parte pensante, crítica, reflexiva, y los insumos que aportan las universidades son vitales para el crecimiento sostenido y sostenible de cualquier País que se precie de aspirar al desarrollo", advierte. Julieta Riveroll Ciudad de México (22 septiembre 2010).- "No tiene un tono festivo porque reflexioné acerca de todo lo que le ha sucedido a la UNAM en estos primeros 100 años y ha habido ocasiones en las que ha tenido que estar de luto, como ocurrió durante el movimiento estudiantil de 1968", explicó Ibarra. La Sinfonía No. 4, Conmemorativa se estrenará mundialmente en el concierto que tendrá lugar el miércoles 22 de septiembre, a las 18:00 horas, con la participación de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, bajo la dirección artística de Alun Francis. Consta de cuatro movimientos contrastantes entre sí. El primero anuncia lo que ocurrirá en el resto de la obra y además cita a un himno del medioevo alemán; el segundo es rápido y ágil y se torna dramático; el tercero es una marcha fúnebre y el cuarto, donde hace su aparición el Coro Filarmónico Universitario, se inspira en un poema decimonónico de Justo Sierra, pilar de la fundación de la Universidad Nacional de México. "Es una loa a la educación. El verso '¡Abre, pueblo, tu alma, a la luz de la santa inteligencia...' resume todo el pensamiento de Sierra acerca de la educación y el espíritu que anima a la universidad", consideró el compositor. Pese a que la sinfonía tiene por momentos un tono dramático, opinó, al final el mensaje de quien fuera Secretario de Instrucción Pública es brillante y esperanzador. Hace un año, Ibarra fue comisionado por parte de la Rectoría de la UNAM para crear una obra de grandes dimensiones — tiene una duración aproximada de 30 minutos — y la concluyó a principios de este 2010. Es poco común que los compositores mexicanos escriban sinfonías, un esfuerzo que se asemeja al de crear un mural en lugar de una pintura de caballete, según el autor de Las antesalas del sueño y profesor emérito de la UNAM. "Mucho de mi obra está permeada por la búsqueda de la forma. A la vez que estoy buscando nuevos caminos dentro de la armonía y el ritmo, también los estoy buscando dentro de la forma musical, tiene una importancia vital para mí. En las óperas que he escrito he tratado que tengan un pensamiento sinfónico". Cada una de las dos primeras sinfonías de Ibarra cuenta con un solo movimiento y una duración que no sobrepasa los 15 minutos. La primera fue escrita en 1991 para celebrar el bicentenario luctuoso de Mozart, por encargo de Enrique Diemecke, director de la Orquesta Sinfónica Nacional, y la segunda en 1993, por encargo de la Dirección de Actividades Musicales de la UNAM. La tercera está basada en La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca, la terminó en 2001 y consta de tres movimientos y la cuarta, por lo tanto, es la sinfonía más larga y también la más ambiciosa debido a las dificultades para escribirla y a que reúne al coro y la orquesta, congregando así a unos 200 artistas.
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Mayolo López Ciudad de México (21 septiembre 2010).- Acompañado por el Rector de la Máxima Casa de Estudios, José Narro Robles, Calderón Hinojosa inauguró esta noche en el Antiguo Colegio de San Ildefonso la exposición "Tiempo Universitario". Para la ocasión, el Mandatario, que se graduó como abogado en la Escuela Libre de Derecho, tuvo el detalle de usar una corbata con los colores distintivos de la Universidad, azul y oro; lo mismo su esposa, Margarita Zavala, que lució un vestido azul y un rebozo color oro. Cuando el Rector terminó de pronunciar su discurso, Calderón Hinojosa y su esposa se unieron al tradicional Goya universitario, y levantaron los puños aunque sin mucho énfasis. "La Universidad ha sido actor principalísimo del México contemporáneo celebró Calderón Hinojosa, que luego condenó la 'absurda represión' del movimiento universitario de 1968. Para Calderón Hinojosa en la UNAM existe una crítica vigorosa al poder y es motor del impulso a la sociedad. El Rector Narro Robles se dolió sobre que la modernidad no ha traducido mejores condiciones para los excluidos de siempre, y afirmó que no es deseable que gane terreno la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado.
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