miércoles, 29 de septiembre de 2010

martes, 28 de septiembre de 2010

EL POCHO MALDITO


Va:


Conmociona a Sangre Chicana homenaje
Sangre Chicana recordó la rivalidad que tenía con el Perro Aguayo.
Foto: Archivo
El Pocho Maldito tiene 37 años como luchador profesional
Alejandro Baillet
Ciudad de México  (15 septiembre 2010).- Con humildad y sin creer todavía que se merezca reconocimientos, así toma Sangre Chicana ser parte de los luchadores que serán considerados como Héroes del Bicentenario del Consejo Mundial de Lucha Libre, este viernes 17 de septiembre en la Arena México.

Recién llegado de Nuevo Laredo, Tamaulipas, el Amo del Escándalo destacó que recibir un reconocimiento por su labor es una responsabilidad pues debe de tener una vida ejemplar.

"Recibir un reconocimiento no es nada fácil, te lo dan porque quiere decir que hiciste bien tu trabajo, que todavía se preocupan de uno, ahora al ser parte de este evento, que también se encuentra dentro de los festejos de nuestros 200 años de independencia, tienes que tener una vida más ejemplar.

"Tomamos en cuenta que somos parte de la afición, que al ser admirados el público en ocasiones sigue tu vida, tu comportamiento, entonces debes poner el ejemplo a muchas generaciones", expresó.

El Pocho Maldito tiene 37 años como luchador profesional y perdió la máscara ante Fishman en la Arena México en 1977, todavía sigue en activo sobre todo en las plazas de la zona fronteriza con Estados Unidos.

"Por allá seguimos luchando, incluso nos volvemos a reunir Mocho Cota y un servidor para luchar, el Mocho nos invita a las funciones que hace en Sonora o en otras partes, es más todavía hace un año iba La Fiera, que en paz descanse, a nuestro lado.

"En la Arena México tendrá unos tres años que luché en una función especial y ojalá, no descarto, que nos den una oportunidad de revivir viejos encuentros, eso estaría muy bien. Aunque de mis rivales hay muchos que ya no luchan como El Perro Aguayo que era un gran enemigo, de esas luchas que dejaban al público impactado por meses y años", destacó.

lunes, 27 de septiembre de 2010

GITANOS

Va:


El misterio de los gitanos


viernes, 24 de septiembre de 2010

PROFETA DEL NOPAL


Va:


Los rocanroleros mexicanos sólo tienen compromisos con su ego
Víctor Roura
Martes, 21 de septiembre de 2010
·                            Rockdrigo González: a un cuarto de siglo de su muerte.


Las rebeldías poperas ahora son cronometradas. Quizá por eso el tamaulipeco Rockdrigo González (1952-1985) siga siendo hoy, aún, el icono del rock mexicano: enjundioso, cuestionador, talentoso, contracultural, ilustrado, de firmes principios. 

Pese a su corta, inconclusa, carrera musical lo sitúa como una figura señera en el rock nacional, acaso por lo que dejó de hacer, que se intuía grandioso, de acuer- do a la escasa huella que nos dejó. Poco antes de su muerte tuvimos un largo diálogo. Aquí, un breve fragmento.

Botellas de cerveza vacías sobre la mesa. Tres guitarras dispersas a lo largo de la sala. Pocos discos. Grass, Jung, Toynbee, Koestler, Cocteau, Sabines, Huxley, Miller, Fromm, los libros ya no caben en el pequeño mueble. De fondo, un casete de Dire Straits.

-El principal problema que tuve fue la falta de relaciones. No conocía absolutamente a nadie. No sabía dónde estaban los núcleos artísticos, quiénes se encargaban de hacer ondas creativas diferentes. Porque yo traía unas canciones bien aceleradas, bien locochonas. Y empecé a trabajar en la calle. Así, de plano. Combinaba canciones mías con algunas de Serrat. Por todos lados. A talonearle por las calles...

Venía de Tampico, su ciudad natal. Ahí había integrado varios grupos; entre los que se cuentan Siglo XXI, Los Hongos y Los Géminis. Comenzó a tocar alrededor de los 15 años, al mediar los sesenta. Y al traspasar el lustro la década de los setenta decidió radicar en el Distrito Federal.

-Me iba bien por las calles -prosigue Rockdrigo González-. Era un buen talón el que te tenías que aventar, por supuesto. Pero si haces las cosas bien, la gente sabe responder. Yo podía vivir de la lana que sacaba. Porque uno aprende sus trucos. Me acuerdo que cuando los burócratas salían a comer, rápidamente yo recorría los restoranes de la colonia Cuauhtémoc y me aventaba las rolas en chinga para no darle chance a ninguno de que terminara su comida. De esa forma juntaba una buena lana... Sí, dos, tres veces me atra- paron. En Chapultepec la tira me agarró dos veces. Antes me situaba ahí. Ponía un letrero al lado mío que decía: "Para sostener mis estudios" (estaba haciendo mis estudios autodidactas de música y poesía, ya sabes). Y ahí me ponía. Y de repente llegaban los de la camioneta y a correr. Pero me cae que nunca me agandallaron, hasta eso. Nomás nos sacaban de onda. Una vez me agarraron unos batos de la tira y vieron que traía el morral lleno de luca. Me dijeron algo como que si este güey sacaba tanta lana era porque debía ser bueno. "A ver, échate una rola", me dijo uno de ellos. Y yo me aventé mis rolas adentro del carro. No, uta, qué a toda madre, que así comenzó Mike Laure y qué buena onda, me empezaron a decir. Y me soltaron y hasta me llevaron al mismo lugar donde me había recogido. Tuve suerte.

Al llegar al DF, Rockdrigo González se puso a trabajar en algunos ensayos de folk rock latinoamericano. Incluso llegó a construir una suite, que intituló "Yo no juego", misma que presentó en la Sala Manuel M. Ponce allá por los años de 76 o 77. Ahí en Bellas Artes estuvo acompañado de Jesús Luis Benítez, trabajaban juntos.

-Desde muy chavo, en Tampico, co- menzó a interesarme la poesía -dice Rock- drigo-. Ahora prácticamente ya no la escribo. Lo que hago hoy en día son rolas...

-La cual es una labor distanciada de la poesía...

-Pienso que sí. A menos que estés muy tronecas de máis y sepas manejar toda la semántica y todas las cadencias de la música y de la literatura. Usar a la perfección la sintaxis.

-Ahora hay muchos músicos interesados en mejorar sus letras...

-Por un lado es muy bueno. Pero, por otro, se halla la conocida "inercia del espíritu de la época". Lo bueno, en efecto, es que sí ya hay un núcleo más intelectualizado y más sensibilizado hacia las nuevas formas culturales. Por ello podemos vivir de nuestra música...

-¿Qué papel desempeñaría el rocanrolero?

-Para mí, recuperar la humanidad de la gente, su sensibilidad, su percepción, el amor. Recuperar todo lo que está bien madreado en esta sociedad. La capacidad de percibir bien las cosas...

Dire Straits termina con su pieza "Communiqué". Se acaba la música de fondo.

-Ahora, puedo hablarte de mis influencias musicales mediatas -sugiere Rockdrigo-. Elton John me influyó en el concepto de la melodía. Mi hermano Manuel me enseñó dos tres arpegios, él es ingeniero pero toca la guitarra en sus ratos libres. No puedo negar la influencia de Bob Dylan, ni de Donovan, ni de Neil Young. De esos tres batos, principalmente. Y de los Beatles. Ellos me apantallaron con tanta pinche creatividad.

-Dylan o Young tenían compromisos no sólo con su música sino con la sociedad. ¿Cuál es el compromiso del roquero mexicano?

-Por lo general sólo tienen uno: con su ego. De satisfacer la imagen que tienen por el solo hecho de ser rocanroleros. Yo los he escuchado. Por eso a veces no sé de qué se trata la onda. La nuestra es totalmente una ideología campechana. Yo creo que en parte la culpa la tiene el hecho de que el rocanrol no sea de nuestras raíces. Si no sabes de dónde proviene el rock, cómo vas a saber su significado. Lo único atractivo del asunto es la imagen que se forma el rocanrolero. Son músicos porque no saben hacer otra cosa y tienen que ganarse la vida. O de plano son necios y quieren vivir en la vagancia de la creatividad. Por lo general yo encuentro un vacío muy cabrón de ideología rocanrolera ante el personal.

-¿El músico, como artista, debe ven- der o sólo exponer sus piezas?

-Las dos cosas. Debe difundirlas para poder venderlas. Pero el asunto principal es ver qué es lo que estás vendiendo como músico. Es una cuestión extraña. Y va a seguir dándose. ¿Qué es más importante: el arte por el arte o el arte por el espectáculo? Para mí, el primero porque reúne todo. El otro arte es un arte mediatizado, incompleto, enajenado. Para vender tu música tienes que cumplir todos los cometidos. No sólo divertir a la gente por divertir sino provocarle emociones. Y, por otro lado, en- viarle un mensaje cognoscitivo, decirle algo al espíritu. No sólo mandar mensajes a la materia. Porque la diversión del espíritu también cuenta mucho...

miércoles, 22 de septiembre de 2010

100 AÑOS UNAM

La UNAM en la prensa el dia de hoy:

EL UNIVERSAL


FCH refrenda respaldo total a la UNAM



Arrancan festejos por los 100 años de la UNAM
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario en el Antiguo Colegio de San Idelfonso, el presidente Calderón consideró a la Universidad como piedra angular de la nación
Miércoles 22 de septiembre de 2010Jorge Ramos Pérez | El Universal
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jorge.ramos@eluniversal.com.mx
El presidente Felipe Calderón refrendó su apoyo total y respeto absoluto a la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México, al cumplir 100 años de existencia como “factor clave” y piedra angular en la construcción del México moderno.
“Ha contribuido a construir el país moderno y democrático en que hoy vivimos, a resolver muchos de sus problemas y a gestar un porvenir más promisorio para todos; a encontrar respuesta a los temas que más nos interesan, a formar nuevas generaciones en los ideales de razón, de justicia, de tolerancia y de democracia. A difundir las artes, las humanidades y los deportes, a ejercer la crítica vigorosa al poder y el impulso preciso a la sociedad; a construir, finalmente, país desde la libertad y desde el conocimiento”, dijo Calderón Hinojosa.
Acompañado por el rector José Narro Robles, Calderón inauguró la exposición Tiempo universitario en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde aprovechó para reiterar su apoyo presupuestal para la Universidad y a la educación superior.
Calderón, quien es egresado de la Escuela Libre de Derecho, vistió traje azul marino y una corbata del mismo color con rayas doradas, que son los colores de la máxima casa de estudios del país; su esposa, Margarita Zavala, lució un vestido azul marino y un rebozo dorado.
El Presidente recordó “la absurda represión” de que fueron objeto los universitarios en 1968, lo que dejó una profunda herida abierta al país.
Calderón hizo un repaso por la historia de la UNAM, como el periodo de la autonomía de la década de 1930, lo cual, dijo, le fue relatado por uno de sus estudiantes, su padre, quien le inculcó respeto por la Universidad.
“Gracias a ellos triunfaron la razón y la tolerancia sobre el autoritarismo y la cerrazón, y por siempre se cerró la puerta a las tentaciones de convertir a la Universidad en una institución militante y subordinada a una ideología o a un gobierno específico”.
El primer mandatario hizo un amplio reconocimiento a los aportes de la UNAM como el proyecto educativo, científico, cultural y social más importante de la nación, a sus ingenieros, arquitectos y médicos.
“En este primer centenario de la Universidad ellos son los que merecen el mayor de los reconocimientos. Los universitarios han atendido la encomienda de Justo Sierra de nacionalizar la ciencia y de mexicanizar el saber”. La UNAM, añadió el presidente Calderón, “ha sido actor principalísimo en la construcción del México contemporáneo. La historia de nuestro país está estrechamente ligada a la vida de la Universidad”.

La UNAM a través de los años

¿Por qué México sería otro sin la Universidad? Este ensayo responde la pregunta

Arrancan festejos por los 100 años de la UNAM
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario en el Antiguo Colegio de San Idelfonso, el presidente Calderón consideró a la Universidad como piedra angular de la nación
Miércoles 22 de septiembre de 2010Juan Ramón de la Fuente | El Universalcultura@eluniversal.com.mx
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La universidad surgió en México en 1551, consecuencia directa de lo que puede ser considerado como el primer fenómeno globalizador que se dio en nuestro planeta, cuando el viejo mundo descubría al nuevo mundo que en muchos aspectos era más antiguo y rico que el viejo.
Con las cédulas que Felipe II, en nombre de su padre Carlos I, emitió en ese año, México, Santo Domingo y Lima incorporaron a su acervo una de las instituciones culturales más importantes desarrolladas por la Europa Medieval: la universidad. Para ello se recurrió a los expedientes de Salamanca, Alcalá de Henares y Sevilla.
Desde entonces, en la universidad quedaron plasmados los valores de nuestras culturas prehispánicas, los principios de la filosofía aristotélica y del derecho romano, y las esclarecedoras ideas del Renacimiento.
Por la universidad llegaron a nosotros los principios renovadores de la Enciclopedia, de la Independencia de los Estados Unidos y de la Revolución francesa.
En medio de la lucha entre liberales y conservadores en el siglo XIX, la universidad quedó atrapada y se convirtió en una institución que no supo entender la dinámica de un país convulso. Sólo así se explica que en esa época la cerraran o la reabrieran personajes tan disímbolos como Antonio López de Santa Anna o Benito Juárez; actos que, por cierto, se hacían con bombo y platillo en ceremonias que ya desde entonces ocupaban los titulares de los diarios de la época.
No obstante, aquel injerto de una cultura ajena que en su origen fue la Universidad Real y Pontificia, se nos fue haciendo cada vez más propio, hasta volverse puntal en el espíritu de la patria.
En la universidad certificaron sus estudios iniciales los mayores capitanes de nuestra Independencia; y a pesar de que transcurrió casi un siglo entre guerras intestinas y asaltos extranjeros, la universidad, con carácter nacional, volvió a surgir con fuerza al tiempo que estalló la Revolución mexicana.
Se puede afirmar que hace cien años, en 1910, en medio de necesidades no resueltas y esperanzas seculares inspiradas en ideales democráticos, de justicia e igualdad, se entrelazaron dos grandes movimientos: uno con las armas de la guerra, otro con las armas aurorales de la educación. Así se gestó la Revolución mexicana y la Universidad Nacional de México, orientada por los nuevos objetivos de las ciencias y de las humanidades. Ahí se inició el México que ahora vivimos, y comenzó la más reciente historia de la universidad que, con sus permanentes luchas, se ha consumado como la gran institución que ahora es.
Desde que en 1929 adquirió su autonomía, la UNAM no ha dejado de aportar buenas cuentas: ha dejado su huella en el desarrollo del país, no sólo como la institución formadora de los cuadros humanos constructores de lo mejor del México actual y venero de óptimas manifestaciones docentes, de investigación y de difusión de la cultura. También, y sobre todo, ha sido defensora infatigable de los principios de libertad, solidaridad, verdad, democracia y justicia. De ahí que la universidad sea, ante todo, un proyecto social que ha dado respuestas a muchas de las grandes demandas educativas de la nación con una generosidad única.

A lo largo de su historia, para cumplir su misión, la universidad ha tenido que alternar con la indiferencia o la desmesura por parte del Estado. Hoy, cuando la institución es más plural y compleja, su misión es de nuevo objeto tanto de discusión como de admiración.
No elige entre transmitir conocimiento o producir investigación; entre extender la cultura o preparar profesionales; entre formar élites intelectuales o garantizar la igualdad de oportunidades. Asume que hay que hacer bien una cosa y otra.


¿Qué significa la autonomía universitaria?
Al igual que casi todo en el mundo actual, las relaciones entre la universidad, la sociedad y el Estado han cambiado, y se encuentran en un proceso continuo de redefinición que plantea enormes retos desde el punto de vista intelectual y conceptual, pero también desde la perspectiva económica y política. Han cambiado las estructuras y las formas del poder, las expresiones de la cultura, los principios de la soberanía, los conceptos de ciudadanía, identidad y derechos humanos.
Prácticamente se han trastocado, en mayor o menor grado, todas las ideologías que prevalecieron en el siglo xx: liberalismo, socialismo, anarquismo, marxismo, comunismo, conservadurismo, democracia cristiana y socialdemocracia, por mencionar algunas.
Desde la Edad Media, las primeras universidades europeas fueron autónomas de los poderes civiles y eclesiásticos. No los desafiaban, no los combatían, sólo los eludían. Las universidades eran favorecidas por la protección papal, pero esta protección no necesariamente significaba que las instituciones educativas tuvieran que rendir cuentas a los jerarcas de la Iglesia, o que se establecieran necesariamente en ellas, a cambio, prohibiciones para tratar ciertos temas.
Los universitarios del siglo XIV defendían celosamente su independencia, tal vez porque pensaban que el saber y la inteligencia necesitan, para desarrollarse, un margen de libertad que no siempre cabe en el ámbito de la política; o también porque desde entonces ejercían uno de los atributos más importantes de la actividad intelectual, que es el ejercicio crítico. De ahí que necesitaran la independencia como condición indispensable para ejercer su pensamiento autónomo.

Hoy la universidad ha dejado de ser el claustro cerrado que fue durante siglos. Ese espacio, antes casi exclusivamente destinado a la reflexión, sin perder su esencia, se ha convertido en un sitio abierto al debate de todas las ideologías; un punto de convergencia en el que la pluralidad y la tolerancia se han convertido en los ejes fundamentales que norman la vida de las comunidades universitarias.


Por ello, la relación entre universidad, Estado y sociedad, que se caracteriza por influencias recíprocas, se ha vuelto mucho más compleja. La universidad ejerce influencia importante sobre la sociedad, y la sociedad, que auspicia a las universidades, también influye sobre éstas y les plantea de manera permanente nuevas exigencias y demandas. El Estado democrático reconoce en sus leyes la autonomía universitaria, más allá de su obligación de contribuir a su financiamiento.

La universidad, por supuesto, tiene obligaciones claras con ambos pero, al mismo tiempo, debe mantener sus principios fundamentales, que le han dado no sólo la capacidad de sobrevivir durante muchos años, sino de adaptarse a los cambios continuos a lo largo de la historia.

Es posible definir la misión actual de la universidad con las mismas palabras que dijera Alfonso Reyes: “En la universidad cabe todo, menos lo absurdo”. A pesar de ser una definición amplia y abstracta, refleja muy bien lo que hoy en día deben ser las universidades: espacios en los que, en efecto, quepa todo, menos aquello que por absurdo no pueda tener un lugar en una casa donde la razón, la crítica, el análisis y la libertad son elementos fundamentales.
El reto está en que la universidad se adapte a los cambios vertiginosos de cada época y que, al mismo tiempo, no desvirtúe su naturaleza ni su misión esencial. Y es que la misión de la universidad, independientemente del contexto en que esté inmersa, sigue siendo la misma: la enseñanza, la investigación, la extensión del conocimiento y la cultura entre amplios sectores de la sociedad.
La academia sigue siendo su razón de ser y es necesario subrayarlo debido a que, como consecuencia de diversas influencias y presiones sociales, económicas y políticas, la universidad está en riesgo constante de perder la brújula, de tomar una orientación diferente, y, en consecuencia, desnaturalizarse.
La universidad, al estar inmersa en los problemas de la sociedad que la auspicia, no puede ser una institución militante; no puede plegarse a los dogmas, ni a las doctrinas, ni a los intereses políticos; menos aún a las modas económicas que ejercen una enorme influencia y presión en prácticamente todos los países. Para preservar su cometido, la universidad tiene que mantener los elementos primordiales sin los cuales la academia no sería posible: la libertad, la autonomía y la independencia. Resulta forzoso que la universidad sea, ante la complejidad en la que está inmersa, radicalmente independiente. Si pierde esa capacidad, dejará de ser esa conciencia crítica que las sociedades requieren para poder examinarse y encontrar mejores caminos en su desarrollo.

La academia es la que le da sentido a la universidad y es lo que le permite ser y mantenerse como una institución viva y vigente, con independencia de los cambios sociales y políticos. Sin la autonomía, no puede haber libertad académica.
La UNAM ha cumplido sus primeros 100 años como universidad de la nación y sus primeros 81 años de vida autónoma. No fue la nuestra la primera universidad en México que obtuvo la autonomía; lo hicieron antes la Universidad de San Luis Potosí, y la Universidad Nicolaíta de Michoacán. Pero la autonomía de la UNAM tuvo, por el carácter nacional de la institución, un impacto social más amplio y una mayor trascendencia en el contexto de la educación superior en nuestro país.

La autonomía de la universidad, obtenida en 1929, marcó de manera decisiva e irreversible el curso de la educación superior en México, así como el de muchos de los fenómenos que más impactaron el desarrollo de nuestro país a lo largo de todo el siglo pasado, y esas repercusiones siguen teniendo vigencia en estos primeros años del nuevo milenio.
Los universitarios que enarbolaron la bandera de la autonomía estaban en contra de la intromisión del gobierno en la vida universitaria y en la orientación de sus planes y programas de estudio. Se negaron a ser víctimas de esta injerencia, que inhibía el pensamiento libre y la impartición de las diversas cátedras dentro de la lógica de pluralidad de corrientes de pensamiento que debía caracterizar al saber universitario.
Cuatro décadas después, en 1968, la comunidad universitaria, junto con miles de estudiantes de otras instituciones y miembros de la naciente sociedad civil, fue protagonista y, al final, también lamentable víctima de un movimiento social sin el cual difícilmente podría entenderse nuestra aún joven democracia. No obstante, la UNAM supo preservar para todos -universitarios y no universitarios- el derecho de pensar, de expresarse, de reunirse libremente y de disentir.
Fueron los universitarios de entonces quienes lograron resistir los embates contra la autonomía, salvaguardándola e impulsando la lucha por las libertades democráticas que tenemos en la actualidad.
La libertad académica se fortaleció y con ella se consolidaron la pluralidad y la diversidad como rasgos distintivos de la comunidad universitaria.
Hay otros ejemplos más recientes del impacto que tuvo la autonomía universitaria en nuestro país, y que se reflejan en la autonomía obtenida por otros organismos e instituciones que demandaron su carácter autónomo para cumplir cabalmente con las obligaciones que la sociedad les encomendó desde su origen: la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Federal Electoral, el propio Banco de México, son algunas de las instituciones del Estado que ahora son autónomas, al igual que la UNAM.
No obstante, y siendo tan esencial para las tareas sustantivas de una institución, el concepto de autonomía en la relación universidad-Estado pende de un hilo delgado y sensible sobre todo en lo que respecta al tema del financiamiento. Por ejemplo, ¿cuál debe ser la actitud del Estado ante las instituciones autónomas? Frente a los grandes problemas nacionales, las soluciones propuestas por la academia no siempre coinciden con los intereses de los políticos en el poder. Lo que da solidez y credibilidad social a los planteamientos universitarios no es sólo el rigor con el que se sustentan, sino también la independencia con la que se formulan. Sin autonomía, no habría ni lo uno ni lo otro.
En un Estado totalitario, esta autonomía prácticamente desaparece por la vía de los hechos. Pero una diferencia entre el Estado totalitario y el Estado democrático es que éste último propicia el desarrollo de instituciones autónomas. A lo largo de nuestra historia, cuando revisamos algunos de los conflictos más graves entre la universidad y el Estado mexicano, encontramos que el telón de fondo ha sido la autonomía universitaria confrontada con el autoritarismo.
La autonomía no significa extraterritorialidad; no puede significar la creación de un Estado dentro de otro Estado, pero sí significa el respeto absoluto por parte del Estado a las formas de organización y de gobierno de las universidades y, desde luego, a sus valores supremos: la libertad de cátedra, la libertad de investigación y la capacidad para autogobernarse y autoadministrar su patrimonio. Cuando el Estado no respeta y no defiende los principios propios de la vida universitaria, se viola y violenta la autonomía universitaria.
Sin duda, en México también en este sentido se ha avanzado.
La relación que guarda la universidad con los poderes del Estado es cualitativamente mejor. Dicha relación se ha reconstruido a partir del conflicto de 1999, de modo que las interacciones entre la universidad y cada uno de estos poderes han ido encontrando cada vez más un marco institucional mejor definido. El presidente de la República o el secretario de Educación del gobierno en turno ya no son los únicos referentes en el marco de la relación institucional; ahora cuentan también el Congreso, el Poder Judicial y los gobiernos estatales, por mencionar algunos de los interlocutores cotidianos de la universidad, al margen del partido político al que pertenezcan.

La clave de ello ha estado en el establecimiento de un respeto mutuo, donde los poderes públicos no sucumben a la tentación de entrometerse en los asuntos internos de la universidad, y ésta no pierde de vista su naturaleza de institución descentralizada del Estado mexicano que, en consecuencia, debe también asumir mandatos legales de carácter general que rigen la vida de la sociedad mexicana. En ese contexto se resolvió la última huelga universitaria del siglo XX, y a partir de entonces, se construyó un nuevo y mejor equilibrio entre la Universidad y el Estado.
Es menos probable que ocurra un conflicto cuando las relaciones se establecen en estos términos, respetuosos y tolerantes, y cuando existe la voluntad política de respetar el marco legal de la autonomía universitaria, la cual es fundamental para preservar la esencia de la institución, que es la vida académica.

Desde luego, en la práctica, la relación de la universidad con el Estado es muy compleja. El Estado debe cumplir con su obligación de proveer los recursos necesarios para que la universidad pueda a su vez cumplir con las tareas que le ha encomendado la sociedad. La universidad, en ejercicio pleno de su autonomía, debe decidir internamente cómo administrar su patrimonio, y a qué dedicarle una mayor prioridad en un momento determinado, sobre todo ante la estrechez de recursos. Esto no significa que la universidad no tenga serias responsabilidades con la sociedad y con el propio Estado. Por supuesto que las tiene, y debe de tratar de cumplirlas de manera cada vez mejor.
Como reclamo generalizado y legítimo de la sociedad, la primera responsabilidad de la universidad es elevar la calidad de los servicios que ésta ofrece. La sociedad mexicana está dispuesta a seguir aportando recursos para subsidiar a la UNAM y a otras universidades públicas, pero a cambio exige, y con razón, que los servicios que recibe sean de la mejor calidad posible: servicios educativos, de investigación y de difusión de la cultura, que permitan que sectores cada vez más amplios puedan beneficiarse de ellos.
Hay también otras responsabilidades. Una de ellas, ineludible, es la transparencia y la rendición pública de cuentas. La UNAM lo ha hecho sin titubeos. El mito de que la autonomía impedía que la universidad ofreciera cuentas públicas auditadas ante los poderes que le otorgan el subsidio ha quedado desterrado, precisamente en ejercicio de la autonomía universitaria. La UNAM presenta de manera rigurosa, para su revisión frente al Poder Legislativo, sus estados financieros anualmente. Éste es un paso que, lejos de vulnerarla, ha fortalecido la autonomía universitaria. El buen juez por su casa empieza.

Huella indeleble en tono auriazul

El equipo que la representa en el futbol mexicano ha sido exitoso

EMBLEMAS. En la playera del título en 2004 se rindió un homenaje a todos los escudos pumas (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
Miércoles 22 de septiembre de 2010Héctor Alfonso Morales | El Universalhector.morales@eluniversal.com.mx
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Cumple hoy un siglo de existencia como institución, pero a nivel deportivo la UNAM tiene todo el derecho de entonar también un ¡Goya! por su equipo de futbol, el cual creció a tal extremo que hoy en día es uno de los grandes del futbol mexicano.
Los Pumas han demostrado desde su ingreso a la Segunda División (1954) que llegaron al futbol mexicano con la gallardía que sólo la máxima casa de estudios es capaz de heredar. El balompié nacional ha quedado marcado con una huella azul y oro desde entonces.
La escuadra universitaria ha correspondido a la grandeza de su alma mater, hoy centenaria, con seis títulos de Liga, tres de ellos pegándole a los otros grandes del balompié nacional para quedarse con el trofeo de campeón: Cruz Azul (1980-81), América (1990-91) y Guadalajara (Clausura 2004).
Por si fuera poco, es el único equipo mexicano que ha sido capaz de vencer al poderoso Real Madrid en el Santiago Bernabéu para rugir en el plano internacional, junto con sus tres copas de Campeones de la Concacaf y la Copa Interamericana de 1981.
El futbol mexicano estaría más que vacío sin el trabajo del conjunto universitario. De la tarea que inició Renato Cesarini a principios de la década de los sesenta con la creación del proyecto y consolidación de las fuerzas básicas de Universidad, emergieron futbolistas de la calidad de Enrique Borja, Leonardo Cuéllar, Luis García, Jorge Campos, Claudio Suárez y del máximo ídolo de nuestro balompié, Hugo Sánchez.
Además, el buen ojo y la visión de las distintas directivas auriazules dieron el privilegio a la afición mexicana de ver brillar a Evanivaldo Castro Cabinho, Spencer Coelho, Ricardo Tuca Ferretti, Juan José Muñante, Juan Carlos Vera y Bruno Marioni, entre otros.
La gestación puma se dio en las entrañas de las facultades universitarias en 1937. Fue el comienzo de una historia feliz, aunque también con sufrimiento.
En 1954 pudieron ingresar al profesionalismo en la Segunda División. En la campaña 1961-1962, el técnico Octavio Vial aprovechó una generación que forjó Héctor Ortiz para el boleto a Primera en la temporada 61-62.
“Sacrificamos nuestra vida de jóvenes por el amor que uno tiene por la Universidad, por el equipo, porque el sueldo al principio era simbólico, aunque fue creciendo hasta poder comprarnos un automóvil. Pero lo importante era defender los colores azul y oro de nuestra escuela”, recuerda Alfredo Echávarri, miembro del equipo de la U —como se le llamaba entonces— que consiguió el ascenso a Primera División.
Vino Cesarini a sembrar la semilla de las divisiones inferiores. Borja, Padilla Luis Regueiro, Héctor Sanabria, Miguel Mejía Barón fueron frutos de la labor del argentino. Los demás símbolos del club, su herencia. Comenzaba el protagonismo del equipo, una de las historias más ganadoras del futbol mexicano.
En 1975, el hijo se independizó económicamente de su madre, se creó la Asociación Civil, que liberó a la UNAM de mantener al equipo, cuyos gastos eran onerosos, y con ello, los titulos comenzaron a llegar. Hugo, Cuéllar y Cabinho estuvieron en la consecución de Torneo de Copa y el Campeón de Campeones. Dos años más tarde, el primer título de Liga. Pumas, ya con su escudo actual, ese puma gigantesco creación de Manuel Pajarito Andrade que abarcaba el torso de la playera, derrotaron 1-0 en la vuelta de la final a la U de G en el Estadio Azteca.
“El negrito en el arroz fue que no pudimos coronarnos en casa; había una huelga de trabajadores en la UNAM”, rememora Leonardo Cuéllar.
Llegaron a dos finales más y las perdieron. Obtuvieron revancha ante Cruz Azul en 80-81, y su segunda corona en la despedida de Hugo Sánchez, quien se embarcó hacia el éxito en España.
Pasó una década para que los Pumas volvieran a alzar el título. “Si nos ganaba el América, le íbamos a dar la tarjeta de cliente”, acepta Miguel España porque menciona que perdieron dos finales previas en los ochenta ante los azulcrema. Con el Tucazo, los felinos fueron campeones de la 90-91.
Esa alegría fue el comienzo de 13 años de decepciones con problemas de descenso incluidos y una huelga estudiantil (1999-2000) que alejó a los Pumas de Ciudad Universitaria. “Era duro jugar en Querétaro. Después del paro se gestó el equipo que obtendría el bicampeonato en 2004”, expone Joaquín Beltrán, ex defensa auriazul.
El arribo de Hugo Sánchez a la dirección técnica felina en el 2000 y luego en 2001, revivió al equipo, renovó la química entre futbolistas y afición. En el Clausura 2004 derrotaron al Guadalajara en la final en penaltis. “Fue muy emotivo por todos los años que tenía el equipo sin ser campeón”, dice el mediocampista Leandro Augusto.
El Apertura 2004 se lo quedaron a costa del Monterrey. “No hicimos una buena campaña, pero sí una extraordinaria Liguilla”, reconoce Beltrán. El Club Universidad Nacional, el único bicampeón en torneos cortos desató la Pumamanía.
Para el Clausura 2009 obtuvieron su sexta corona ante Pachuca para convertirse en el mejor cuadro de la primera década en el nuevo milenio y con ello dejar en claro que la UNAM no sólo brilla a nivel educativo, también en el deporte.

Chomsky dice que la política exterior de EU ya se debilita

El lingüista recibirá el doctorado honoris causa de la UNAM

INVITADO. El lingüista dictó una conferencia magistral en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, títulada “La política exterior actual de los Estados Unidos de América”, en el marco de los 100 años de la Universidad Nacional Autónoma de México (Foto: ALEJANDRO MELÉNDEZNOTIMEX )
Miércoles 22 de septiembre de 2010Natalia Gómez y Nurit Martínez | El Universal
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natalia.gomez@eluniversal.com.mxnurit.martinez@eluniversal.com.mx
Lo que se escuchó fue una radiografía del poderío que Estados Unidos ha ejercido en el mundo y de lo que a su paso ha dejado como destrucción: En México, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte ha hecho más daño que el colonialismo español. Se sabe que 1.2 millones de agricultores han perdido su empleo y que los nuevos trabajos no cubren los estándares básicos.
Esa, es la conclusión a la que llega el lingüista estadounidense Noam Chomsky, quien sin embargo no deja de advertir del debilitamiento de la política exterior de Washington y de su hegemonía internacional.
El también activista está de visita en México como invitado especial para recibir el reconocimiento de doctorado honoris causa en el marco del centenario de la UNAM. Como parte de estas festividades dictó una conferencia magistral en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario con el título “La política exterior actual de los Estados Unidos de América”.
Ahí, el intelectual estadounidense asegura que un ejemplo claro de la pérdida de poder de Washington en el ámbito mundial es la pérdida de influencia en su propio continente.
“El tradicional patio trasero de Estados Unidos que había sido América Latina cada vez desobedece más a Washington y toman pasos para su propia independencia", dijo ante un auditorio de estudiantes y académicos.
Como ejemplo claro, recuerda que Brasil, como potencia económica sudamericana, ha establecido relaciones importantes con países asiáticos y de Medio Oriente, por lo que EU ha perdido con los brasileños el puesto de socio mayoritario.
Esta región, agregó, da pasos a la independencia al conformar (en febrero pasado), la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, hecho que podría alterar la función de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la cual participa Estados Unidos y Canadá y de la que Cuba está suspendida.
Para Chomsky otro hecho que resta poderío a Estados Unidos es el programa nuclear de Irán. Explica que por ello el presidente Barack Obama ha emprendido una batalla contra ese país al que han calificado de “amenaza”.
Chomsky, quien ha escrito más de 50 libros, dijo también que la expansión económica de China representa una inestabilidad para la Unión Americana. Advierte que este progreso económico del gigante asiático se ha basado en una desigualdad de ingresos para la población que no alcanza los índices de desarrollo mínimos.
Pide más reflexión
Por ello, Chomsky se pronunció por dar un nuevo significado al concepto prosperidad con el fin de ir más allá de los indicadores numéricos, financieros y los de consumo humano de productos básicos o combustibles.
Dijo que es necesario reflexionar de manera seria respecto de la organización de la vida humana y sus prioridades culturales. Además de la guerra nuclear en Medio Oriente y la lucha por la hegemonía económica, para Chomsky la destrucción ambiental es otro de los problemas mundiales. “Estos temas no se pueden soslayar por demasiado tiempo si hemos de esperar una sobrevivencia de la especie”, comentó el destacado lingüista.

El defensor de la educación que impulsó la Universidad Nacional

Justo Sierra luchó para que el sistema educativo se basara en el uso del raciocinio y no de la memorización; y en 1905 puso en práctica su proyecto para que la educación primaria se convirtiera en prioridad nacional de y carácter laica y gratuita
Miércoles 22 de septiembre de 2010Patricia García | El Universal
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Clínica de Periodismo
Justo Sierra Méndez, promotor para la creación de la Universidad Nacional, nació el 26 de enero de 1848 en el actual Campeche (en esa época formaba parte de Yucatán). Sus padres fueron doña Concepción Méndez Echazarreta y Justo Sierra O´Reilly.
Después de la muerte de su padre en 1861, Sierra se mudó a la ciudad de México, donde, tras años de estudio, se relacionó con importantes literatos y poetas, como Manuel Acuña y Guillermo Prieto.
En 1871, obtuvo su título como abogado; sin embargo sus brillantes estudios y la influencia de su padre, llevaron a Sierra a convertirse en historiador, escritor, poeta, periodista y político. En diversas ocasiones fue diputado en el Congreso de la Unión, donde lanzó una propuesta en la que establecía la educación primaria como obligatoria en 1881, y en ese mismo año se aprobó su proyecto para formar la Universidad Nacional de México, pero sin resultados inmediatos.
Publicó algunos poemas en el diario El Globo, y más tarde algunos ensayos literarios en el Monitor Republicano; además, escribió varios libros de historia para educación primaria, dirigió la Antología del Centenario en 1910 y más tarde creo la Revista Nacional de Letras y Ciencias, con la colaboración de Gutiérrez Nájera, Francisco Sosa y Jesús E. Valenzuela. Una de sus obras más importantes fue Juárez, su obra y su tiempo.
Sierra destacó por sus aportaciones a las cuestiones educativas como el defender la autonomía de la educación preescolar y reorganizar las carreras de medicina, jurisprudencia, ingeniería, bellas artes y música. Promovió, entre otras cosas, el otorgamiento de desayunos escolares, becas para alumnos de alto rendimiento, un sistema de universidades en provincia y una universidad para profesores. Luchó para que el sistema educativo se basara en el uso del raciocinio y no de la memorización; y en 1905 puso en práctica su proyecto para que la educación primaria se convirtiera en prioridad nacional de y carácter laica y gratuita.
En 1894 Justo Sierra fue ministro de la Suprema Corte de Justicia y posteriormente llegó a ser presidente de la misma. Formó parte del gabinete de Porfirio Díaz, con el cargo de subsecretario de Justicia de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Aunque la propuesta de Justo Sierra para la creación de la Universidad Nacional surgió en 1881, no fue sino hasta el 22 de diciembre de 1910 que se llevó a cabo el proyecto, para festejar los cien años de la independencia de México. El discurso para la inauguración de la Universidad se realizó en el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria; en él afirmó que estaban ante el nacimiento de una Universidad “sin árbol genealógico”; aseguró que el gremio y claustro de la Real y Pontifica Universidad de México únicamente formaba parte del pasado de la Universidad Nacional, enfatizándolo al decir que “Los fundadores de la Universidad de antaño decían: la verdad está definida, enseñadla; nosotros decimos a los universitarios de hoy: la verdad se va definiendo, buscadla”.
Durante su discurso imaginó a la Universidad como “... un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plena aptitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y de conciencia de su misión y que, recurriendo a toda fuente de cultura, brote de donde brotare, con tal que la linfa sea pura y diáfana, se propusiera adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber”.
Justo Sierra murió en Madrid el 13 de septiembre de 1912, poco después de ser nombrado ministro plenipotenciario de México en España. Su cuerpo se trasladó a México, donde fue recibido y sepultado con honores en el Panteón Francés. A cien años de su nacimiento fue nombrado Maestro de las Américas a iniciativa de varias universidades del continente; sus restos se trasladaron a la Rotonda de las Personas Ilustres, la cual fue creada en 1880, por iniciativa de Sierra, bajo el nombre de la Rotonda de los Hombres Ilustres.

UNAM distinguirá a Vargas Llosa y Pacheco

La ceremonia de entrega de los doctorados tendrá lugar en el Palacio de Minería el jueves 23 de septiembre, en donde hablarán Ángel Gabilondo en representación de los galardonados extranjeros, y Linda Manzanilla, por los mexicanos
Miércoles 22 de septiembre de 2010El Universal
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En el marco de los festejos por sus 100 años, la UNAM investirá como doctores Honoris Causa a diversas personalidades, entre ellos el escritor peruano Mario Vargas Llosa y el mexicano José Emilio Pacheco.
La ceremonia de entrega de los doctorados tendrá lugar en el Palacio de Minería el jueves 23 de septiembre, en donde hablarán Ángel Gabilondo en representación de los galardonados extranjeros, y Linda Manzanilla, por los mexicanos.
Las actividades respecto a los condecorados continuarán el viernes 24 de septiembre con la realización de varias conferencias organizadas por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, como los “Diálogos literarios para celebrar los Doctorados Honoris Causa de Mario Vargas Llosa y José Emilio Pacheco”, en la Sala Nezahualcóyotl de esa universidad.
Vargas Llosa, autor de La casa verde, tendrá un diálogo con el escritor Sealtiel Alatriste.
Por su parte, el ganador del Premio Cervantes de Literatura 2009, José Emilio Pacheco, quien también fue alumno de esta casa de estudios, tendrá una charla con el escritor Ignacio Solares a las 17:00 horas.
Más actividades
Entre otras personalidades que recibirán la conmemoración se encuentran el fallecido Carlos Monsiváis, el filósofo y actual ministro de Educación de España Ángel Gabilondo Pujol, el lingüista estadounidense Noam Chomsky y la investigadora nicaragüense de temas indígenas Mirna Kay Cunningham.
Además, el viernes a las 11 horas, en el Auditorio Alfonso Caso de la Coordinación de Estudios de Posgrado, la maestraMirna Kay Cunningham Kain, líder indígena de Nicaragua y miembro del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de la ONU, impartirá la conferencia “De las políticas de reconocimiento a los retos de la reconstitución de los pueblos indígenas y los desafíos de la implementación de la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas”.
Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española, actualmente colabora con el diario español El País, así como con la revista mexicana Letras Libres.
Entre su vasta producción literaria destacan obras como La ciudad y los perros, La casa verde y La fiesta del Chivo.
El escritor peruano, quien sigue teniendo una trayectoria fructífera, ha sido nombrado miembro de la Academia Peruana de la Lengua y Presidente del Pen Club Internacional.
José Emilio Pacheco, considerado como figura central de la literatura mexicana, nació en la ciudad de México el 30 de junio de 1939. Ha trabajado como director y editor de diversas publicaciones y suplementos culturales, destacan sus colaboraciones con otros escritores como Carlos Monsiváis.
Algunas obras de Pacheco son: El reposo del fuego, Islas a la deriva, El principio del placer, Batallas en el desierto, entre otras. (Redacción y Agencias)

Inició ciclo de conferencias


Miércoles 22 de septiembre de 2010Natalia Gómez y Nurit Martínez | El Universalnatalia.gomez@eluniversal.com.mx
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Como acto culminante de la celebraciones de las fiestas del Centenario de la Independencia de México, el gobierno de Porfirio Díaz creó, el 22 de septiembre de 1910, la Universidad Nacional México.
Ese día se vio caminar rumbo al edificio del Colegio de San Ildefonso a Theodore Roosevelt, quien después sería presidente de los Estados Unidos; lo mismo que a Victor Manuel III, rey de Italia; dos premios Nobel, así como Justo Sierra, Ezequiel Chávez y el ingeniero Gabriel Mancera, entre otros, para la ceremonia con la que se abrieron las actividades para la que hoy es la mejor institución superior de América Latina.

Con el decreto de creación y la ceremonia “el gobierno de Porfirio Díaz quería mostrar que México vivía en el progreso en paz y con una vida cultural activa”, explica la historiadora Celia Ramírez.

Hoy como hace cien años, el rector José Ramón Narro Robles encabezará una procesión que evocará la de hace cien años, por las calles de Moneda, Correo Mayor y Justo Sierra, hasta llegar al Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Como en aquel año, académicos e investigadores nacionales y extrajeros que se han distinguido por aportaciones a la ciencia se sumarán a la recreación de aquella caminata. Los 500 universitarios, entre los que estárán también los integrantes de los órganos de gobierno de la institución: Junta de Gobierno, Consejo Universitario, Patronato y Fundación, serán testigos de la develación de una placa conmemorativa.

Mexicanizar el conocimiento
La investigadora del Instituto de Investigaciones de Estudios Sobre la Universidad, Celia Ramírez, relata que el propósito fue concentrar en una sola institución a seis de las escuelas que venían funcionando desde la creación de la Real y Pontificia Universidad de México.

La tarea que encabezó Justo Sierra ante la Cámara de Diputados fue la de crear una “nueva” universidad, con un objetivo claro y expresado: “mexanizar” el conocimiento.

Las escuelas de Jurisprudencia, Medicina, Ingeniería, Bellas Artes (Arquitectura), la Escuela Nacional Preparatoria y la de Altos Estudios (que más tarde se convirtió en Filosofía y Letras) conformaron, ese 22 de septiembre, a la Universidad Nacional de México. Hasta 1945 la Universidad se convirtió en Autónoma y tomó el nombre actual.

Pláticas magistrales
Entre las actividades que la comisión del Bicentenario preparó para estos días figuran cinco conferencias magistrales; además algunos científicos, humanistas y escritores recibirán el máximo grado académico que otorga la Universidad: el doctorado Honoris Causa.

Ayer en diversos espacios el lingüista Noam Chomsky, la activista Nawal El Saadawi; el economista David Ibarra, el especialista internacional en materia sísmica Vitelmo Bertero y la filóloga Concepción Company convivieron con los estudiantes y expusieron sus más recientes trabajos.

En la conferencia magistral “Creativity, dissidence and women”, Nawal El Saadawi aseveró que se debe trabajar para quitar “el velo” de la mente a las personas. La feminista destacó que, además de la violencia física, existen otras formas que violentan a las mujeres y a los hombres, como la intelectual, que se genera en ámbitos académicos y profesionales. Sostuvo que muchas mujeres tienen frustración, enojo o encono y lo dirigen hacia su interior.

En Economía, el ex secretario de Hacienda en el gobierno de López Portillo, David Ibarra, dedicó su exposición al panorama económico del país.

Otro conferencista fue el especialista en materia sísmica Vitelmo Bertero, quien habló sobre las “vulnerabilidades” identificadas en México en las construcciones y los efectos que pudieran provocar ante la presencia de un terremoto.

Por último, la filóloga Concepción Company, en su conferencia “Independencia y lengua: así hablamos los mexicanos” planteó que “la lengua es nuestra identidad y nuestra visión del mundo... Dime cómo hablas y te diré quién eres”.

Las celebraciones continuarán mañana con el reconocimiento a 16 personalidades, como el ministro de Educación español Ángel Gabilondo, y la única mexicana que es parte de la Academia de Ciencias de EU, Linda Manzanilla.

Lorenzo Córdova Vianello

El papel de la UNAM hacia el futuro


Licenciado en Derecho por la UNAM y doctor en Teoría Política por la Universidad de Turín Italia. Es investigador en el Institu...
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22 de septiembre de 2010
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El día de hoy la UNAM celebra el centenario de su institución como Universidad Nacional. Si bien los antecedentes de su fundación se remontan a más de cuatro siglos y medio cuando se instituyó la Real y Pontificia Universidad de México, es hace cien años cuando comienza su rol definitivo como uno de los pilares institucionales indiscutibles del Estado mexicano.
A diferencia de la suntuosa y despilfarradora celebración del Bicentenario que se ha enfocado más al oropel y al festejo —en el mejor de los casos, cuando no a proyectos inacabados, pospuestos o, de plano, fallidos—, dejando pasar la oportunidad de ser un contexto de reflexión sobre el estado que guarda el país y las rutas futuras sobre las que debería encauzarse su desarrollo, la UNAM celebra su centenario en medio de un muy intenso y bien planeado y nutrido conjunto de actividades académicas, culturales, artísticas y editoriales.
Si bien es innegable que en estos cien años la historia de la Universidad ha estado íntimamente vinculada con los sucesos políticos, económicos y sociales que han marcado el México del último siglo, hoy como pocas veces antes esa institución se proyecta de manera muy importante como un potencial puntal de transformación del país hacia el futuro.
Y es que, a mi juicio, una de las más importantes virtudes de la UNAM es que constituye un foro privilegiado de discusión y de debate de los grandes problemas nacionales y que, particularmente en tiempos recientes, en su seno se han generado algunos de los diagnósticos más relevantes para pensar las posibles soluciones para las múltiples crisis que aquejan a nuestra nación. Un ejemplo de lo anterior es el documento Hacia un nuevo curso de desarrollo. México ante la crisis que un conjunto de quince estudiosos, convocados por el rector José Narro, presentaron hace un año y que representa uno de los diagnósticos críticos más elaborados del modelo económico imperante en el país y de cuáles deberían ser los ejes que debería inspirar las políticas de desarrollo para hacer de la nuestra una sociedad más justa y menos desigual.
Y no se trata de mera retórica. A pesar de sus problemas —evidentes y ya diagnosticados—, la UNAM es una institución que como pocas cuenta con una masa crítica y con un prestigio capaz de incidir en los destinos nacionales en un contexto en el que las políticas públicas parecen haber perdido sentido de orientación.
Así, por ejemplo, quienes nos ocupamos de las cuestiones jurídicas debemos reivindicar el papel transformador de los derechos sociales en sociedades tan injustas y desiguales como la nuestra y colocar la defensa y efectiva garantía de esos derechos como una de las exigencias más apremiantes del desarrollo inmediato del país. Durante décadas ha prevalecido la idea de que esos derechos tienen un carácter programático e ideológico; que se trata de cartas de buenas intenciones plasmadas en la Constitución y en los tratados internacionales y que, consecuentemente, no tienen algún grado de obligatoriedad para el Estado.
Toca a nosotros desde la Universidad denunciar y desmontar ese discurso y construir uno nuevo que reivindique la obligatoriedad del respeto y satisfacción de los derechos fundamentales y en particular de los sociales, así como de su exigibilidad, como una vía transitable para lograr una sociedad más igual y más justa.
Nos corresponde, desde la academia, encauzar los esfuerzos y construir los contextos de exigencia necesarios para que los encargados de definir las políticas públicas de desarrollo atiendan y cumplan las obligaciones que al Estado le impone el reconocimiento de esos derechos.
Y es que no podemos dejar pasar el buen momento que pasa la Universidad y el innegable peso que tiene en el ámbito público para incidir en el futuro del país. Y eso es algo que nos corresponde hacer a todos los universitarios desde los distintos ámbitos del conocimiento científico, cada quien en su respectiva área.
Me parece que hoy la mejor manera en la que quienes laboramos en la Universidad podemos celebrar nuestro centenario es terminar de cobrar conciencia del potencial que tiene la UNAM como una palanca de transformación de la sociedad y de incidencia en la vida nacional y de actuar en consecuencia. La deuda histórica de construir una sociedad más equilibrada, más justa y más democrática nos lo impone.
Investigador y profesor de la UNAM

Mauricio Merino

Mi casa es su casa


Mauricio Merino es doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid. Ha escrito y coordinado varios libros y e...
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22 de septiembre de 2010
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Hoy la UNAM cumple 100 años. Por fortuna, lo celebrará con el respaldo de una impresionante producción científica y artística, producto de una sólida comunidad de investigadores, creadores, profesores y estudiantes, y de una larga trayectoria reconocida en todo el mundo. Por sus méritos y sus aportaciones, la UNAM es hoy la universidad más importante de América Latina y es un legítimo motivo de orgullo para los mexicanos.
Sus números son apabullantes: 314 mil alumnos, desde el bachillerato al doctorado, que estudian alguno de sus 74 programas de posgrado o especialización; de sus 85 carreras universitarias, de los tres planes de bachillerato o de las dos carreras técnicas que ofrece. Más de 300 mil personas participan en sus diplomados, cursos, talleres y conferencias para todo público. Poco más de 35 mil académicos trabajan en la UNAM, en 22 dependencias dedicadas a la educación superior y 14 al bachillerato, además de los 29 institutos, 16 centros y ocho programas dedicados a la investigación. Tiene museos, recintos históricos, acervos bibliográficos, iconográficos y naturales como ninguna otra institución de México, y sus servicios van desde el que ofrece el Sismológico Nacional hasta el monitoreo del Popocatépetl, pasando por la Biblioteca, la Hemeroteca y el Herbario nacionales, además de un largo etcétera integrado de orquestas, creación artística de toda índole y, por supuesto, de los Pumas.
Empero, esos mismos números se han enderezado con una frecuencia lamentable en contra suya, bajo el argumento de la masificación que comenzó hace medio siglo —hacia el final de los sesenta—, y al que se sumaría muy pronto el de la pauperización, para conformar una crítica que acabó siendo clasista: muchos estudiantes pobres equivalía, según la visión de las élites políticas y económicas de México, no sólo a la pérdida de calidad en la enseñanza, sino al prejuicio social del rechazo a lo común. Ser universitario dejó de ser una prenda intelectual para unos cuantos y una promesa verosímil de ascenso en la escala de la sociedad, para volverse lisa y llanamente el resultado del esfuerzo propio.
A la masificación y la pauperización siguieron los conflictos. No sólo el emblemático 68, sino los que vinieron durante los 20 años posteriores, hasta desembocar en una crisis universitaria de final de siglo. Y aunque después vendría la calma y la UNAM volvería a ser reconocida por sus méritos, lo cierto es que el prestigio de sus egresados y su capacidad para promover la movilidad social aún enfrentan los estigmas que dejamos crecer hasta convertirlos en otra forma de discriminación.
La UNAM aporta, con creces, la mayor parte de la investigación científica de México; sus profesores dominan de lejos los trabajos de la Academia Mexicana de Ciencias, mientras que más de la mitad de los investigadores de mayor nivel probado ante el Sistema Nacional de Investigadores son de la UNAM. En las llamadas ciencias duras, nadie sensato pondría en tela de juicio el liderazgo de esa casa, y en materia de ciencias sociales, sus institutos de investigaciones jurídicas y de investigaciones sociales forman parte de lo mejor de México y son, simplemente, imprescindibles en el debate público. Hay datos de sobra para demostrar la alta calidad de la investigación y la docencia de la UNAM. Pero así y todo, hay quienes repiten hasta la náusea el lugar común según el cual lo mejor se hace en las universidades privadas de las élites, porque los que ahí se forman son pocos y ricos.
Pero es mentira. Sin demérito para el esfuerzo encomiable que también hacen algunas de esas universidades, tengo para mí que la razón más importante por la que los egresados de la UNAM deben demostrar a pulso lo que sus pares de las escuelas privadas sólo acreditan con sus títulos, es el sistema de redes familiares y sociales que se han tejido en torno de estas últimas. No es cosa trivial, por ejemplo, que haya tan pocos pumas en el gabinete del presidente Calderón, incluyendo al secretario de Educación Pública, que es un distinguido egresado del ITAM. Ni tampoco lo es que en el mundo empresarial se prefiera a los egresados de las universidades formadas por sus propios líderes —Garza Sada y Bailleres, entre los principales— para reforzar su propio mirador del mundo.
Con todo, la UNAM es en sí misma un mundo; un mundo que sigue cambiando la vida de cientos de miles de mexicanos que no tenían más que voluntad, ofreciéndoles un proyecto y los medios para realizarlo. Me consta y, por eso, nunca dejaré de sentirme orgullosamente egresado de esa casa, que es mi casa.
Profesor investigador del CIDE

Miguel Alemán V.

UNAM, cien años del alma máter de México


Nació en Veracruz el 18 de marzo de 1932. Egresado de la UNAM, es licenciado en Derecho.
Fue Coordinador General de Noticie...
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22 de septiembre de 2010
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El 22 de septiembre de 1910, en el Antiguo Colegio de San Idelfonso fue fundada la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue inaugurada por Justo Sierra durante el mandato de Porfirio Díaz. Esta institución es heredera de la Real y Pontificia Universidad de México, primera universidad del Nuevo Mundo. En 1929 obtiene su autonomía siendo presidente Emilio Portes Gil.
Como egresado de la UNAM, celebro los cien años de vida de mi Alma Mater, de ese centro del conocimiento científico y humanístico del que han egresado los profesionistas que han construido nuestro país; los presidentes, intelectuales, empresarios, artistas, comunicadores y científicos que realizaron las mayores transformaciones institucionales en el México del siglo XX.
En 1921, José Vasconcelos creó el lema, “Por mi raza hablará el espíritu”, que sintetizan su visión de “La raza cósmica” creada por dos culturas. Ello dio a la Universidad su carácter de apertura y de lugar donde convergen diferentes corrientes de ideas.
La UNAM ha sido el centro donde se inspiraron las grandes transformaciones ideológicas, políticas, económicas y sociales del México del siglo XX, en donde se nutrieron y difundieron las ideas de la Revolución Mexicana.
El presidente Miguel Alemán Valdés —quien creía que la educación tenía que ser laica, gratuita y de acceso universal— emprendió la construcción de Ciudad Universitaria. En un trabajo de equipo dirigido por el arquitecto Carlos Lazo se consumó la magna obra en 1952, siendo rector Luis Garrido Díaz.
Arquitectos, ingenieros, y artistas plásticos participaron en la construcción de lo que no sólo llegaría a ser una institución de educación superior de excelencia sino de lo que en 2007 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Grandes muralistas como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, entre otros, plasmaron en Ciudad Universitaria un acontecer histórico orientado a la justicia social y a la preeminencia de un sistema democrático y equitativo.
La UNAM hoy fortalece el conocimiento de las ciencias, las humanidades y las artes con un sentido profundamente humanista, que busca encontrar soluciones a los grandes problemas de nuestro país.
El desafortunado suceso de lanzar una piedra al presidente Luis Echeverría durante una visita a la UNAM, inició un periodo de enfrentamiento y rechazo a la presencia de mandatarios en nuestra Máxima Casa de Estudios. Ese hecho lejano y a todas luces manipulado, no debe de seguir siendo obstáculo para que el Presidente de México y todos los funcionarios públicos federales, estatales y municipales, así como legisladores y dirigentes de todos los partidos políticos sean recibidos con las puertas abiertas en nuestra Universidad para impulsar un diálogo respetuoso, analítico y profundo del verdadero país que queremos construir. La “ley de la pedrada anónima” no debe seguir vigente, es una sinrazón.
Hoy más que nunca los mandatarios deben acudir a la UNAM para replantear el nuevo Estado mexicano que deseamos y que necesitamos. La política y la academia se debilitan cuando se alejan entre sí, pues una nutre constantemente a la otra en sus objetivos y alcances.
La UNAM no es, no ha sido y no será un refugio de quienes promueven la ilegalidad o el retroceso. Todos estamos orgullosos de los avances a favor de la investigación científica, del compromiso social y del resguardo a nuestra cultura que la Universidad desempeña.
Son muchas las etapas en las que he estado cerca de la UNAM; la principal fue la de estudiante —la que más valoro—; la más reciente, la de presidente del Patronato de la Construcción del Museo de Arte Contemporáneo. Todas ellas las atesoro con cariño y orgullo.
Ser universitario es ser profundamente mexicano, intolerante ante la injusticia e insatisfecho ante un país que no ha logrado resolver las grandes contradicciones sociales, económicas y políticas.
México necesita, más que nunca, invertir y apoyar a la UNAM para que esas mentes diáfanas y visionarias no claudiquen en la construcción de una nueva y mejor etapa de la nación.
Cien años en la formación de profesionistas, cien años de educación científica y humanista, cien años de abrir horizontes a la juventud y cien años para alcanzar el prestigio del que goza a nivel internacional la UNAM son dignos de ser festejados por todos los mexicanos.
Rúbrica: “Veracruz, pedacito de patria que sabe sufrir y cantar…” Todos podemos ayudar. Ante el doble embate de la naturaleza, orgulloso y erguido saldrá el pueblo veracruzano.
articulo@alemanvelasco.org
Político, escritor y periodista


FOTOGALERIA DE LA UNAM

Entérate Eventos del Centenario de la UNAM

Este 22 de septiembre se cumplió el primer siglo de vida de la Máxima Casa de Estudios
Ciudad de México | Miércoles 22 de septiembre de 2010Redacción | El Universal00:39
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El 22 de septiembre de 1910 se inauguró la Universidad Nacional de México en el Anfiteatro Simón Bolívar de la entonces Escuela Nacional Preparatoria, hoy Antiguo Colegio de San Ildefonso. Este 22 de septiembre de 2010 se realizará una ceremonia conmemorativa del Centenario de la Universidad a las 9:00 horas.
Media hora antes, en punto de las 08:30 horas habrá una procesión universitaria por las calles del Centro Histórico, evocando la universidad de hace 100 años.
Un recorrido de 500 alumnos en toga, encabezados por el rector José Narro Robles, partirá a un costado de Palacio Nacional para llegar a San Idelfonso, donde se develará una placa alusiva al Centenario.
A las 11:00 horas se realizará una sesión solemne en el Congreso de la Unión en San Lázaro, donde hablarán los representantes de las siete fracciones legislativas y los presidentes de cada una de las cámaras, la cual culminará con un mensaje del rector Narro Robles.
Los festejos continuarán con un concierto de la Orquesta Filarmónica de la UNAM en la Sala Nezahualcótyotl a las18:00 horas, donde interpretaran una Sinfonía conmemorativa para coro y orquesta compuesta por el maestro Federico Ibarra.
En el Antiguo Colegio de San Ildefonso se inaugurará la exposición ''Tiempo Universitario'' a las 19:00 horasdónde se mostrarán documentos, libros, pinturas, objetos, trofeos, fragmentos de películas, documentales, fotografías y esculturas sobre la historia y aportaciones de la Universidad a las ciencias y humanidades.
El Museo Universitario del Chopo también abrirá al público la exposición "100 años de pintura en la Universidad Nacional" donde se mostrarán piezas del patrimonio de la Máxima Casa de Estudios hasta el 31 de octubre.
El jueves 23 de septiembre habrá una ceremonia de entrega de doctor honoris causa a las 11:00 horas en el Palacio de Minería.
Los reconocimientos se entregarán "a personalidades con méritos excepcionales, por sus contribuciones a la ciencia, las humanidades, el arte y la cultura, así como a quienes hayan realizado una labor de extraordinario valor para el mejoramiento de las condiciones de vida o del bienestar de la humanidad", asegura la institución en su portal.
Sigue la celebración
Los festejos para conmemorar el primer centenario de la Máxima Casa de Estudios continuará con conciertos, ceremonias, conferencias magistrales y exposiciones hasta el 24 de septiembre y otros eventos deportivos, culturales y académicos planeados para lo que resta del año.
Entre los doctores honoris causa que darán conferencias magistrales se encuentran Mario Vargas Llosa y José Emilio Pacheco a las 17:00 horas en la Sala Nezahualcótyotl el jueves 24 de septiembre y Ramón Xirau en el Instituto de Investigaciones Filosóficas el miércoles 29 de septiembre a las 12:00 horas.
La Universidad organizó los "Juegos Universitarios del Centenario" que iniciaron el 1 de septiembre y concluirán el 8 de diciembre en las disciplinas de ajedrez, atletismo, beisbol, futbol, judo, natación, volibol, entre otras.
También continúa la convocatoria para la Carrera Nocturna del Centenario que se realizará el 9 de octubre a las 19:00 horas en los circuitos estudiantil y deportivo de
Ciudad Universitaria. La salida será en el circuito ubicado frente a la salida del estacionamiento ocho del Estadio Olímpico Universitario y la meta el interior del Estadio.
Podrán participar estudiantes, académicos, trabajadores, exalumnos de la UNAM y del sistema  incorporado, en las ramas varonil y femenil. Las inscripciones se cerrarán el 28 de septiembre.
Además se amplió hasta el 6 de octubre el cierre del concurso documental "¿Cómo la ves? ¿Cómo la vives?". En la que la comunidad estudiantil expresa sus reflexiones en torno a la Universidad y al futuro.
Las tesis de licenciatura o posgrado cuya temática gire en torno a la historia, desarrollo o aportaciones de la Universidad pueden inscribirse hasta el 10 de diciembre en el concurso que se abrió para elegir las mejores.
Las actividades continuarán a lo largo del año, sumándose los programas que cada área de la institución programa, por lo que se recomienda revisar la agenda universitaria.

Más información:

LA JORNADA
■ La generación del 68 “abrió abrió anchas avenidas a la democrcacia”, señala

La Universidad Nacional, piedra angular en la construcción de México: Calderón


ALONSO URRUTIA Y ARTURO JIMÉNEZ
Al inaugurar la exposición Tiempo Universitario –con ocasión del centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)–, el presidente Felipe Calderón consideró que esta institución ha sido “piedra angular en la construcción del México moderno”. Reivindicó la importancia de la autonomía universitaria y subrayó que “nunca más ningún gobernante o poder público debe intervenir en la libre vida de los universitarios”.
Calderón recorrió momentos claves de la historia de la UNAM –“que ha vivido tiempos difíciles, qué duda cabe”– y en su recuento no eludió la “tragedia nacional” que representó el desenlace del movimiento estudiantil de 1968. “Aquella absurda represión de la que fueron víctimas principalmente los universitarios hirió profundamente al país y dejó una herida abierta.”
En insual alusión a la represión del 68, Calderón dijo que “a este lugar entró el bazucazo de la incomprensión y la intolerancia. Aquel momento dejó en claro que México no podía seguir tolerando el autoritarismo y el dictado de la vida nacional desde el poder (…) en esa tragedia nacional, con su sacrificio, la generación universitaria del 68 abrió anchas avenidas a la democracia que estaría por venir en el país”.
Antes, el rector de la UNAM, José Narro Robles, habló del papel de la institución en los tiempos que se viven, “influidos por la crisis económica de proporciones inusitadas y marcados por la pobreza y la desigualdad, por la inseguridad y el debilitamiento de los valores cívicos”, lo que ha obligado a la institución a reforzar sus tareas y sus objetivos.
Aseguró que la modernidad no ha traído mejores condiciones para los excluidos de siempre, por lo cual consideró que no es admisible la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado. El rector sostuvo: “se fallaría si se admite un desatino de tal naturaleza y magnitud”.
La educación, subrayó Narro, enfrenta enemigos como la pobreza y la exclusión, pero también son obstáculos el pensamiento dogmático, la falta de innovación y el autoritarismo. El rector indicó que para confrontar estos males la educación, la ciencia y la cultura son la mejor vía.
Calderón acudió al Antiguo Colegio de San Ildefonso para inaugurar la exposición que recoge el acervo de la UNAM en su centenario. Acompañado por los secretarios de Educación Pública, Alonso Lujambio, y de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar, el Presidente hizo una larga reivindicación de la universidad pública, la primera en su gobierno y de la era panista, según fuentes universitarias.
Ante la comunidad universitaria, Calderón externó su respaldo a la UNAM, porque ha sido “clave en la construcción del México moderno y es expresión del México moderno”.
Habló de la lucha por la autonomía universitaria como condición “indispensable e inalienable” para ejercer la crítica vigorosa al poder; reprobó el “desquite” que en su momento hubo desde el gobierno ante esta conquista, mediante la asfixia presupuestal, cuestionando a quienes pretendieron someter la educación pública a un dogma proveniente del Estado.
Destacó la importancia de la educación superior pública y afirmó que en su administración se ha ampliado la cobertura de 24 a 29 por ciento de los jóvenes, creándose 75 nuevas instituciones de este nivel educativo.
El futuro de México está en el fortalecimiento de este renglón y el desarrollo de la Universidad, mediante su reforzamiento presupuestal, por lo que, en un “claro compromiso” con la UNAM, su presupuesto ha pasado de 16 mil millones de pesos en 2006 a 25 mil 600 millones de pesos en la propuesta para 2011.
Calderón recordó los reconocimientos internacionales que ha recibido la UNAM, como el premio Príncipe de Asturias, y su ubicación como la mejor universidad de habla hispana, lo cual ha sido posible por la libertad que ha tenido para cumplir sus objetivos.
Entrevistado sobre el reconocimiento presidencial y la reivindicación de la autonomía, el rector de la UNAM señaló: “Escuchar la reivindicación, de un Presidente, de la educación superior, su compromiso de respetar la autonomía en absoluto y hablando del 68 como un hecho que nunca más debe repetirse, es algo extraordinario”.
Acerca del presupuesto, Narro reconoció que este año Calderón turnó al Congreso la solicitud que presentó la UNAM. “Nos falta ya nada más lo de las demás universidades”, concluyó.
http://www.jornada.unam.mx/texto/004n1pol.htm


Los números también hablan


EMIR OLIVARES ALONSO
Cuando la Universidad Nacional abrió sus puertas, el 22 de septiembre de 1910, estaba integrada por seis escuelas nacionales y 10 entidades de investigación; tenía mil 969 alumnos y 378 docentes, y sus principales sedes se ubicaban en el centro de la ciudad de México.
Hoy, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con 13 facultades, cinco unidades multidisciplinarias, cuatro escuelas y 14 planteles de bachillerato, donde 35 mil 57 profesores imparten cada día más de 25 mil clases a 314 mil 557 estudiantes.
Tiene 29 institutos y 16 centros de investigación, y opera y preserva seis servicios nacionales: la Red Mareográfica, el Herbario, el Servicio Sismológico, el Observatorio Astronómico, la Biblioteca y la Hemeroteca.
Una de cada tres investigaciones mexicanas es formulada por especialistas de la UNAM y la institución tiene presencia en 25 entidades del país, así como en Estados Unidos, Canadá y España.
En la actualidad, la UNAM –cuya misión esencial desde su fundación es la docencia, la investigación y la difusión de la cultura– es considerada en diversos sectores como “el proyecto educativo, científico, social y cultural más importante de México, y uno de los más representativos de Iberoamérica”.
En la Universidad se respeta la pluralidad, la diversidad de ideas, la libertad de cátedra e investigación, y se define laica y gratuita.
En la institución se han formado y desarrollan su saber muchos de los más ilustres personajes de la ciencia, la cultura, las humanidades y las artes de México y América Latina. Puede mencionarse a Alfonso García Robles, Nobel de la Paz en 1982; Octavio Paz, Nobel de Literatura en 1990, y Mario Molina, Nobel de Química en 1995.
En la UNAM se imparten 85 carreras, 40 programas de posgrado y 34 de especialización. Cuenta con un importante sistema de educación abierta y a distancia.
Cada año, en retribución a la sociedad, más de 18 mil alumnos de todas las licenciaturas realizan el servicio social. Desde su seno se ha impulsado la defensa de la educación pública y gratuita.
A cien años de su refundación es la mejor universidad de Iberoamérica, según confirman las clasificaciones mundiales de The Times Higher Education Supplement y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
En años recientes la UNAM ha aparecido entre las mejores cien y 200 del mundo en la primera clasificación y, de acuerdo con el máximo órgano de ciencias de España, ocupa el sitio 44. El año pasado recibió el premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, y en 2007 la Unesco reconoció el campus de Ciudad Universitaria como Patrimonio de la Humanidad.
Produce 34 por ciento de artículos científicos escritos por mexicanos y registrados en el International Science Indicators. Desarrolla más de 8 mil proyectos de investigación en todas las áreas del conocimiento. El Sistema Nacional de Investigadores tiene registrados más de 3 mil 400 académicos de la UNAM, que representan 22 por ciento de los más de 15 mil.
Cuenta con 139 bibliotecas, con casi 4 millones de títulos que suman 12 millones de volúmenes y sirven a 22 millones de usuarios al año. Su acervo digital es de más de 25 mil revistas electrónicas.
Su red de cómputo mantiene enlazados más de 54 mil equipos y posee la supercomputadora KanBalam, una de las más potentes de América, cuya capacidad de cálculo supera los 7 mil millones de operaciones aritméticas por segundo.
Tiene 23 museos en los que recrea arte e historia y difunde la ciencia, donde anualmente se desarrollan más de 7 mil actividades. Cada día hábil edita seis libros y en sus campos e instalaciones deportivas se desarrollan 47 disciplinas de alto rendimiento o recreativas.
http://www.jornada.unam.mx/texto/004n2pol.htm


■ Criticó la falta de interés de la industria nacional por el impulso a la tecnología

En el apoyo a la ciencia urge pasar del dicho a los hechos, dice el astrónomo Rodríguez Jorge


■ Sismólogo exhorta a realizar estrictas inspecciones a edificios para evitar catástrofes por sismos

EMIR OLIVARES ALONSO
Para crecer en el ámbito mundial, México debe apostar por que el conocimiento sea uno de los motores de su desarrollo, por lo que necesita generar una mayor relación entre academia e industria, y que los tomadores de decisiones por fin desarrollen una política de Estado en materia de ciencia y tecnología, sostuvo Luis Felipe Rodríguez Jorge, del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El astrónomo mexicano, cuyos más de 400 artículos han sido citados en 12 mil ocasiones en la literatura internacional especializada, será investido con el doctorado honoris causa de la máxima casa de estudios este jueves, gracias a sus contribuciones al conocimiento científico.
Ayer, con motivo de los 100 años de la Universidad Nacional, impartió la conferencia magistral Desarrollos recientes en formación estelar, en el Instituto de Astronomía.
Entrevistado al término de su ponencia, el investigador aseguró que si bien los gobernantes destacan la relevancia para el país de la ciencia y la tecnología, lo hacen sólo en el discurso y no en las acciones, por lo que México se ha rezagado en comparación con naciones de condiciones similares, como Brasil o la India. Además, la inversión en el rubro es menor a 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), muy lejano a Brasil, “que con problemas igual o más graves que México” destina a esos sectores más de uno por ciento de su PIB.
“Los tomadores de decisiones hablan de estos temas; ya muchos gobernadores entienden que son factor económico. Sin embargo, lo entienden de una manera parcial, ya que es una apuesta complicada y no tienen claro cómo implementarlo. Éste es un factor a resolver”, sostuvo.
Además del escaso apoyo económico, en México no se ha logrado vincular la ciencia con los sectores productivos y económicos. “Requerimos que el país se mueva a una situación en la que haya más ciencia, pero que a la vez ésta se aplique, resuelva problemas y genere beneficios económicos”.
Para el radioastrónomo, el rezago científico del país se debe a varios factores: la desorganización, la falta de una política de Estado, la descoordinación de la comunidad científica, los bajos presupuestos y la falta de interés de la industria.
Durante la conferencia abordó su principal tema de investigación: el nacimiento y juventud de las estrellas. Dijo que esos objetos celestes nacen de enormes nubes de gas y polvo que abundan en el cosmos.
El proceso de formación de las protoestrellas, como se llama a los astros recién nacidos, se caracteriza por dos factores. En primer lugar es rodeada por un disco que alimenta al objeto central y transporta gas y polvo y, en segundo lugar, se crea un cuerpo conocido como “chorro” que expulsa el flujo magnético de la estrella, produce flujos moleculares y permite que la acreción siga.
Recientemente Rodríguez Jorge ha emprendido el estudio de estrellas de alta masa (más grandes de 20 a 100 veces que el Sol), pues encontró que en objetos similares a la masa del Sol aparecen los “discos” y los “chorros”, cosa aún no comprobada en objetivos celestes más grandes.
Explicó que estos estudios ayudan a entender cómo se formó nuestro sistema solar hace millones de años y cómo se ha desarrollado el universo.
Al mismo tiempo, en la Torre de Ingeniería de la UNAM, el sismólogo argentino Vitelmo Victorio Bertero Risso, quien también recibirá el doctorado honoris causa, impartió una ponencia magistral sobre los recientes sismos que azotaron a Haití y a Chile.
Sostuvo que las diferencias en el número de muertes provocadas por el evento sísmico en la nación caribeña (más de 300 mil) y la andina (565) fueron la falta de una cultura sísmica, el tipo de edificaciones y la pobreza del primer país.
Resaltó que la inspección adecuada y exhaustiva en la construcción por parte de especialistas es una obligación en naciones vulnerables, tanto en el diseño como en el detallado de los refuerzos, lo cual implica mayor participación del gobierno.
http://www.jornada.unam.mx/texto/013n1pol.htm


Carlos Martínez García

¡Goya, goya!


Esta es una confesión de amor a una centenaria: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En ella innumerables estudiantes tuvimos la oportunidad de ensanchar nuestros horizontes, de ampliar nuestro estrecho marco conceptual y comenzar a nombrar nuevas realidades nunca percibidas.
Como yo, miles y miles, hijos e hijas de obreros, atónitos incursionamos en las aulas unamitas con escaso bagaje educativo y escuálidos recursos culturales. Mi padre concluyó sus estudios primarios, y de ahí se incorporó directamente al mercado laboral. Mi madre solamente completó el tercer grado de escolaridad primaria, y desde muy niña debió emplearse en tareas domésticas para contribuir al sostén de su familia, cuya cabeza masculina había muerto súbitamente de un letal infarto al corazón.
Mi infancia escolar, mi universo vital, se limitó exclusivamente a dos colonias de la ciudad de México: la Doctores y la Obrera. De tal manera que cuando ingresé al bachillerato de la UNAM, desde el primer día caí en cuenta que me estaba aventurando a lo desconocido, a un espacio en el que entonces me sentí incómodo y sin saber bien a bien cómo relacionarme con mis nuevos compañeros.
En los auditorios unamitas escuché por primera vez a una orquesta sinfónica, tuve la oportunidad de disfrutar del jazz, antes ausente en mi ámbito familiar y cultural. Me fui adentrando en el teatro y la literatura, aprendí a disfrutar del cine y a gozar intensamente el intercambio de ideas. De súbito descubrí el arrebatador encanto de la lectura. Comencé a frecuentar obras de autores cuyos nombres nunca había escuchado. Debí acrecentar mi manejo del lenguaje para comprender lo que intentaba descifrar en páginas que me confrontaban por primera vez con vocablos desconocidos. Sin nombrarlo de esta manera, estaba ejercitando la ampliación de mi horizonte cultural. Muchos años después habría de encontrar en una frase de Ludwig Wittgenstein la descripción del proceso iniciado en la UNAM: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Poco a poco los límites iban cayendo.
El proceso de enseñanza-aprendizaje es en la Universidad Nacional Autónoma de México tan intenso en sus aulas como fuera de ellas. En sus corredores, bellos jardines, plazas, instalaciones deportivas, comedores y garnacherías se ve uno confrontado con la diversidad, con la pluralidad en todos los ámbitos de la vida social. Mi grupo de amigos y amigas estaba conformado mayoritariamente por historias familiares parecidas a la mía. Es decir, casi todos carecíamos de antecedentes universitarios en nuestros árboles genealógicos. Quienes sí los tenían, y también mucho mejores condiciones económicas que los demás, desarrollaron entrañables cercanías con nosotros, los que cada día debíamos estirar recursos para completar los gastos de transportación al paraíso universitario. Unos y otros establecimos una negociación cognoscitiva, existencial, valorativa y volitiva.
En el contacto con los otros y otras, en algunos aspectos muy distintos a mí y en otros muy similares, fui tejiendo un ejercicio comunitario llamado tolerancia e inclusión. Me hice consciente de mi reducido mundo al contrastarme con los otros, al intercambiar nuestras concepciones, prejuicios y esperanzas. Lo ha dicho mucho mejor Ryszard Kapuscinski: “Y eso que la cultura –vaya, también el mismo ser humano– se forma en situaciones de contacto con Otros (por eso todo depende en tal medida de este contacto). Para Simmel el individuo no se forma sino en un proceso de relación, de vinculación con los Otros. Lo mismo afirma Sapir: ‘El verdadero lugar donde se desarrolla la cultura está en la interacción entre personas’. Los Otros –repitámoslo una vez más– son el espejo en que nos reflejamos y que nos hace conscientes de quienes somos” (Encuentro con el otro, Editorial Anagrama, 2007).
Tal vez una de las funciones esenciales de la UNAM sea la de fungir como espejo tanto de aquellos y aquellas que han realizado sus estudios allí como de la sociedad mexicana en general. Por ello es muy importante mantener a ese espejo limpio de obstáculos que le impidan reflejar la verdadera imagen de quienes se miran en él. Hay que vencer las intenciones, y no pocos actos, de sus malquerientes que buscan resquebrajar el espejo que capta la pluralidad, y/o inutilizarlo regateándole el presupuesto para que amplíe sus alcances.
No se trata de idealizar a la UNAM ni de cerrar los ojos a los muchos aspectos en que puede mejorar su desempeño. Con todo la centenaria institución, cuyos antecedentes se remontan al siglo XVI, ha sido central en el desarrollo de la nación al ejercer la crítica en su seno. A diferencia de los centros educativos privados, en la UNAM se ejercita con mayor intensidad la construcción del pensamiento crítico, se estimula el aprender a preguntar. Ésta es una herramienta epistemológica fundamental, porque, como dijo Gaston Bachelard, “la fuente de todo conocimiento es la pregunta”.
Con emoción y agradecimiento a mi alma máter, que me gestó espiritualmente, me recibió en su generoso regazo, me levanto y entono un sentido ¡Goya, goya!
http://www.jornada.unam.mx/texto/025a2pol.htm


Rayuela

¡Goooya!


REFORMA


Reconocen Rectores el aporte de la UNAM

El 22 de septiembre de 1910 se inauguró la UNAM en una ceremonia hecha en la ex Escuela Nacional Preparatoria, ahora Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Foto: Archivo
En el aniversario 100 de la UNAM, el IPN, Tec de Monterrey, la UAM, UAEM y UACM llaman a reflexionar sobre la educación superior en México

Mirtha Hernández y Sandra García

Ciudad de México  (22 septiembre 2010).- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que hoy cumple 100 años de haberse inaugurado como institución nacional, no sólo ha formado miles de profesionistas, también ha contribuido a desarrollar el sistema de educación nacional.

En ello coincidieron Rectores de universidades de la Zona Metropolitana, quienes señalaron que el centenario de la UNAM es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la educación superior para el País.

"La comunidad académica nacional inició su desarrollo en torno a la UNAM, justo por ser la primera casa de estudios que logró establecer sus programas académicos vinculados a la actividad científica (...

). Muchas instituciones de educación superior iniciaron sus actividades apoyadas en docentes investigadores egresados de la UNAM", afirmó la directora del Instituto Politécnico Nacional, Yoloxóchitl Bustamante.

Con ella coincidieron los Rectores Generales del Tecnológico de Monterrey y de la Universidad Autónoma Metropolitana, Rafael Rangel Sostmann y Enrique Fernández, respectivamente.

El Rector de la UAEM, Eduardo Gasca, señaló que la Universidad Nacional ha estado presente en los grandes momentos culturales, filosóficos, sociales y políticos del País; mientras que la Rectora de la UACM, Esther Orozco, resaltó que sus integrantes han sido capaces de enfrentar con argumentos las malas decisiones de gobernantes, al tiempo que ofrecen propuestas para construir una nación más equitativa.

'Desarrolla educación'

La labor de la UNAM está vinculada al desarrollo del sistema de educación superior de la Nación, pues muchos de sus académicos han sido la base para formar nuevas instituciones.

"En gran medida, gracias a sus egresados y académicos de la UNAM, ha sido posible desarrollar en México un sistema de educación superior (...). Muchos de ellos contribuyeron a crear muchas de las instituciones públicas y privadas que tenemos actualmente en el País. Nuestra amada Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) no es la excepción", afirmó su Rector General, Enrique Fernández Fassnacht.

Las universidades, dijo, deben analizar su presente, para poder trazar su futuro y fortalecer su prestigio como grandes instituciones.

Agregó que en este camino deben emprender los cambios necesarios para realizar con excelencia sus funciones de docencia, investigación, preservación y difusión de la cultura, lo que implica formar alumnos que adquieran las capacidades necesarias para ejercer su profesión, ser personas críticas y comprometidas con la Nación.

"Las instituciones de educación superior públicas deben rendir cuentas claras a la sociedad y que esto sirva para que puedan apreciar qué tanto las instituciones caminan hacia la excelencia en función de los recursos públicos que reciben", comentó.

'Contribuye a estabilizar'

El Rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Rafael Rangel Sostmann, consideró que entre los legados más importantes de la Universidad están los resultados de sus investigaciones en las áreas científica, tecnológica y de las humanidades.

Además, destacó el gran número de profesionistas que ha formado y han aportado sus conocimientos y talento en beneficio de la Nación.

"Otro legado muy importante es la promoción de la movilidad social, la que ha contribuido, en gran medida, a la estabilidad del País", señaló Sostmann, quien por 25 años ha dirigido al Tec.

El Rector añadió que las universidades deben asegurar la formación pertinente y de calidad de sus egresados para lograr obtener el prestigio de las grandes universidades del Mundo.

De esta manera, agregó, también promoverán el desarrollo de la sociedad y su investigación podrá convertirse en motor del desarrollo económico, político y social del País.

'Debemos seguir su ejemplo'

El principal legado de la UNAM ha sido su ejemplo en la defensa de la educación pública y laica, así como de la tolerancia, consideró la Directora General del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Yoloxóchitl Bustamante.

Al celebrarse los 100 años de la fundación de la Universidad, afirmó que la comunidad académica del País debe festejar el ícono que representa la UNAM, por su forma de ejercer autonomía, que propicia un crisol de corrientes ideológicas en un clima de respeto y tolerancia.

"La UNAM es el termómetro del País en el cual se miden las formas de relacionarse entre los diferentes grupos y corrientes de pensamiento que integran nuestra sociedad. Una Universidad sana, responsable y autocrítica nos refleja como una sociedad con apertura al cambio y dispuesta al dialogo incluyente con todos los actores", comenta.

Bustamante resalta la actitud crítica de la Universidad hacia la sociedad, el sector educativo y hacia su interior.

"Al ser la primera universidad mexicana reconocida por las diferentes encuestas que califican y comparan a las principales universidades del mundo, nos sentimos orgullosos como mexicanos que se le otorguen una excelente puntuación", añade.

"Las instituciones educativas debemos seguir su ejemplo en las áreas que nos competen y aprender de sus fortalezas para seguir un camino académico exitoso".

'Es asidero y esperanza'

La Universidad Nacional Autónoma de México ha contribuido no sólo con la formación de hombres y mujeres críticos, también con propuestas para construir un País más equitativo.

Así lo afirmó la Rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Esther Orozco Orozco, quien resaltó que sus egresados han sido capaces de enfrentar con argumentos las malas decisiones de los gobernantes.

"La UNAM es una institución que ha sido capaz no sólo de sobrevivir a las vicisitudes de nuestra historia, sino de fortalecerse a pesar de ellas y de mostrarse a la Nación y al mundo como uno de nuestros baluartes.

"Ella, en su grandeza, es asidero y esperanza. Por ella, los y las mexicanas sabemos que la fuerza de esta Nación está en sus jóvenes, en sus intelectuales, en sus científicos y en la gente generosas que con su trabajo sostiene esta noble institución", señala.

La Rectora agregó que las universidades deben convertirse en recintos abiertos que blinden al País contra la violencia y la estupidez.

'Coadyuva a formar universidades'

El Rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Eduardo Gasca Pliego, se congratuló por el centenario de la UNAM, al señalarla como una institución que ha impulsado el desarrollo del conocimiento en el País.

"Ha coadyuvado a la formación de las universidades públicas estatales; la UAEM ha sido un producto intelectual de la Universidad Nacional. La comunidad académica del País debe festejar este acontecimiento, toda vez que la UNAM ha sido el crisol del conocimiento que se acuña en México y el gran edificio científico y cultural de Latinoamérica.

El Rector agregó que el Gobierno debe coadyuvar en el impulso de la educación superior con inversión, ya que instituciones como la UNAM siempre han caminado en la reflexión, análisis y propuestas de solución.

"Corresponde al Estado hacer su parte: poner énfasis en consolidar una política en materia educativa, aportar a la sociedad del conocimiento, invertir en este rubro hará que las universidades públicas estén acordes con la marcha de los grandes asuntos de la Nación; no se puede concebir un Estado moderno si éste no transita por la inversión educativa, somos la parte pensante, crítica, reflexiva, y los insumos que aportan las universidades son vitales para el crecimiento sostenido y sostenible de cualquier País que se precie de aspirar al desarrollo", advierte.


Estrena Ibarra su cuarta sinfonía
La obra consta de cuatro movimientos contrastantes entre sí

Julieta Riveroll


Ciudad de México  (22 septiembre 2010).-   Una sinfonía que refleja los claroscuros de la historia la UNAM es la apuesta creativa del compositor Federico Ibarra (Ciudad de México, 1946) para festejar el primer siglo de la vocación nacional de esta universidad.

"No tiene un tono festivo porque reflexioné acerca de todo lo que le ha sucedido a la UNAM en estos primeros 100 años y ha habido ocasiones en las que ha tenido que estar de luto, como ocurrió durante el movimiento estudiantil de 1968", explicó Ibarra.

La Sinfonía No. 4, Conmemorativa se estrenará mundialmente en el concierto que tendrá lugar el miércoles 22 de septiembre, a las 18:00 horas, con la participación de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, bajo la dirección artística de Alun Francis.

Consta de cuatro movimientos contrastantes entre sí. El primero anuncia lo que ocurrirá en el resto de la obra y además cita a un himno del medioevo alemán; el segundo es rápido y ágil y se torna dramático; el tercero es una marcha fúnebre y el cuarto, donde hace su aparición el Coro Filarmónico Universitario, se inspira en un poema decimonónico de Justo Sierra, pilar de la fundación de la Universidad Nacional de México.

"Es una loa a la educación. El verso '¡Abre, pueblo, tu alma, a la luz de la santa inteligencia...' resume todo el pensamiento de Sierra acerca de la educación y el espíritu que anima a la universidad", consideró el compositor.

Pese a que la sinfonía tiene por momentos un tono dramático, opinó, al final el mensaje de quien fuera Secretario de Instrucción Pública es brillante y esperanzador.

Hace un año, Ibarra fue comisionado por parte de la Rectoría de la UNAM para crear una obra de grandes dimensiones — tiene una duración aproximada de 30 minutos — y la concluyó a principios de este 2010.

Es poco común que los compositores mexicanos escriban sinfonías, un esfuerzo que se asemeja al de crear un mural en lugar de una pintura de caballete, según el autor de Las antesalas del sueño y profesor emérito de la UNAM.

"Mucho de mi obra está permeada por la búsqueda de la forma. A la vez que estoy buscando nuevos caminos dentro de la armonía y el ritmo, también los estoy buscando dentro de la forma musical, tiene una importancia vital para mí. En las óperas que he escrito he tratado que tengan un pensamiento sinfónico".

Cada una de las dos primeras sinfonías de Ibarra cuenta con un solo movimiento y una duración que no sobrepasa los 15 minutos. La primera fue escrita en 1991 para celebrar el bicentenario luctuoso de Mozart, por encargo de Enrique Diemecke, director de la Orquesta Sinfónica Nacional, y la segunda en 1993, por encargo de la Dirección de Actividades Musicales de la UNAM.

La tercera está basada en La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca, la terminó en 2001 y consta de tres movimientos y la cuarta, por lo tanto, es la sinfonía más larga y también la más ambiciosa debido a las dificultades para escribirla y a que reúne al coro y la orquesta, congregando así a unos 200 artistas.


Recorre muestra un siglo de UNAM
unam

Los funcionarios cerraron la inauguración con el típico "Goya".
Foto: Héctor García
'Tiempo universitario' fue curada por Rafael Tovar y de Teresa y Sergio Raúl Arroyo

Erika P. Bucio

Ciudad de México  (22 septiembre 2010).- Desde los documentos fundacionales de la Universidad Nacional, creada el 22 de septiembre de 1910, hasta los bocetos de Diego Rivera para el Estado Universitario, volantes convocando a la marcha del 2 de octubre e incunables reúne la exposición Tiempo universitario.

La muestra conmemorativa del Centenario de la fundación de la máxima casa de estudios fue inaugurada anoche por el Presidente Felipe Calderón en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, cuna de la Universidad, tras cancelar la estampilla conmemorativa.

"Hoy, que finalmente vivimos en la democracia y en un régimen de derechos y libertades, el Gobierno refrenda su apoyo total a la Universidad Nacional y, desde luego, su respeto absoluto a la autonomía universitaria; nunca más un gobernante o poder público debe intervenir en la vida de los universitarios", dijo el Presidente.

Calderón subrayó que durante su Administración, el presupuesto de la UNAM ha crecido 52 por ciento al pasar de 16 mil millones de pesos en 2006 a 25 mil 600 millones de pesos contemplados en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2011.

A la ceremonia asistieron los titulares de la SEP, Alonso Lujambio y de la SCT, Juan Molinar Horcasitas, además de Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y miembros del patronato y la junta de gobierno de la Universidad.

Entre los invitados se contaron ex rectores como Guillermo Soberón además de funcionarios universitarios, académicos e investigadores.

En su discurso, el Rector José Narro subrayó que como Justo Sierra lo anticipó desde su fundación, la Universidad Nacional ha acompañado durante un siglo el desarrollo del País.

"De cara a nuestro pasado, pero de frente al porvenir podemos decirle a nuestro fundador: ¡misión cumplida!", dijo Narro.

Curada por Rafael Tovar y de Teresa y Sergio Raúl Arroyo, la muestra Tiempo universitario recoge la historia centenaria de la institución con 600 objetos procedentes en su mayoría del patrimonio universitario.

"Tiene como propósito mostrar del modo más amplio y del modo más claro la dimensión que ha tenido la UNAM en el siglo 20, concretamente la vinculación con los distintos momentos de la vida nacional, con sus grandes logros, y cómo los grandes acontecimientos de la historia nacional han impactado la vida universitaria", detalló el historiador Rafael Tovar y de Teresa.

Tiempo universitario, que ocupa las salas del Antiguo Colegio de San Ildefonso, se remonta a las concepciones de la educación y métodos de aprendizaje anteriores a 1910 y la historia temprana de la Universidad, creada como parte de los festejos del centenario de la Independencia de México durante el régimen de Porfirio Díaz.

La muestra, según sus organizadores, quiere ser un despliegue del quehacer humanístico, científico y cultural de la Universidad.

Entre las 300 piezas que se presentan en San Ildefonso figuran, por ejemplo, un incunable del siglo 15, un retrato de Justo Sierra elaborado por Gerardo Murillo Dr. Atl, el boceto de Juan O'Gorman de la Biblioteca de Ciudad Universitaria y la maqueta de la Torre de Rectoría de 1950 de Mario Pani.

Tiempo universitario, que será inaugurada en el Palacio de Minería, está dedicada a los "Constructores: los universitarios en el desarrollo del México moderno, 1910-1920", que reúne 200 piezas. Alude la participación de los ingenieros y arquitectos pumas en la creación de infraestructura del País.

Mientras que en el Museo Universitario del Chopo se presentará a partir de hoy la muestra Cien años de pintura en la Universidad Nacional con un centenar de obras desde Diego Rivera hasta artistas contemporáneos, anticipó Tovar y de Teresa.

Tiempo universitario podrá ser vista hasta enero de 2011.


Extiende la UNAM fiesta al Edomex

El Ballet Atzimba ofreció ayer una gala en Acatlán.
Foto: Jorge López
Diversos actos fueron organizados en las distintas Facultades de Estudios Superiores para conmemorar los 100 años de vida de la Universidad

Jorge López

Estado de México  (22 septiembre 2010).- Como parte de los festejos por el centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México, las distintas Facultades de Estudios Superiores (FES) tienen programadas actividades que abarcan presentaciones coreográficas, conciertos y conferencias magistrales.

En la FES Acatlán, que este año cumplió 35 años, la compañía de Danza Regional Atzimba se presentó ayer en el campus y el cuarteto de cuerdas local lo hará hoy; asimismo, el periodista Miguel Ángel Granados Chapa dictará el jueves 23 la conferencia "Identidad universitaria e identidad nacional".

"Es una fecha histórica y vital para nuestra Universidad, en 1910, a iniciativa del maestro Justo Sierra, se propuso la transformación de la Universidad y la intención no era cambiar la nomenclatura, sino mexicanizar el conocimiento, proyectar nuestra identidad y crear un conocimiento propio", indicó Eduardo Sánchez Osés, jefe de Difusión Cultural de Acatlán.

"La Universidad es y será siempre un proyecto inacabado, siempre está en movilidad, siempre está en dinámica, no para en todos los niveles, aporta más del 50 por ciento de la investigación, por lo que es una institución fundamental en el País".

La compañía de danza Atzimba se presentó ayer en el auditorio Javier Barros Sierra, con una muestra de siete danzas regionales que incluyeron sones jarochos, jaranas jaliscienses y bailes del Istmo de Tehuantepec.

En Iztacala, los festejos comenzarán hoy cuando a las 10:30 horas los alumnos realicen una liberación masiva de globos con helio; posteriormente habrá jazz con el grupo de funk Yo Yo y el ensamble de Remi Álvarez.

La ceremonia de los globos se realizará también en la FES Aragón, donde 500 alumnos de las 15 carreras que se imparten soltarán 500 globos blancos como parte de la celebración.

Angélica Duardo, jefa de información del departamento de Difusión Cultural de la FES Aragón, informó que el secretario administrativo José Francisco Salgado Rico, en representación del director, el ingeniero Gilberto García Santamaría, dará un mensaje ante la comunidad estudiantil y autoridades escolares.


Centenario Puma
Froylán M. López Narváez
22 Sep. 10

La conmemoración, recuerdo solemne, del inicio de tareas de la Universidad Nacional de México, en el 22 de septiembre de 1910, propicia y ha de propiciar no sólo remembranzas, acopio de datos y cifras, sino más de un regocijo y no pocas preocupaciones y señalamientos de actuales problemas mayores y menores. Brotarán, igualmente, gestos y actitudes de orgullo y de engreimiento y se sabrá de más de un personaje humilde y laudable.

Inmersos los universitarios de ha un siglo en las fuertes y confusas empresas revolucionarias y reaccionarias, su establecimiento se acogió a los impulsos del positivismo, destacada pero no únicamente por la cientificidad y el cientismo en boga, y junto al afán laico para despojarse, se escribió, "de toda reliquia escolástica y de toda filosofía de rutina", consigna H. Mussachio en su benemérito Milenios de México (México, 1999).

Por supuesto, la historia de esta Universidad, sin autonomía entonces, fue concomitante y pareja en sus luchas internas, disputa de rectorías y facultades, escuelas y direcciones administrativas y académicas de todo corte. No son pocos, ni mayoría, los rectores que han renunciado a su cargo por pleitos con presidentes de la República, por controversias ideológicas y financiamientos, por acosos e incomprensiones efímeros de sindicalismos, no menos que por su utilización parcial y efímera de partidos y prohombres que aspiraron a que la casa de estudios, de investigaciones y difusión de culturas, fuese presunto ariete, epicentro de movimientos sociales, partidarios.

El llamado Movimiento Estudiantil de 1968 es una referencia, valor fundamental y equívoco, de la relevante agitación clasemediera que propició arranques y confrontación ideológica con el priato, aún ampliamente poderoso en aquellos tiempos. La aparición y reconocimiento del pluralismo izquierdista e izquierdoso es fruto lozano, uno, podrido el otro, de las inquietudes y movilizaciones, sojuzgadas y reprimidas con crímenes y encarcelamientos, pero jamás extinguida su causa, con abundantes búsquedas y extravíos, faltaba que no.

Reforma acogió ayer expresiones y dictados de tres -hay algunos miles- talentosos universitarios, dignos de encomios y gratitudes, que ejemplifican personas y obras, con aportaciones señeras al país. La lista de los exaltados con el rango mayor formal que otorga la UNAM es espléndida, junto con "extranjeros" que merecen el aprecio de la institución académica.

Son exaltados como doctores Honoris Causa: David Ibarra, Federico Silva, Federico Ortiz Monasterio, José Emilio Pacheco, Linda Rosa Manzanilla, Luis Felipe Rodríguez Jorge, Margit Frenk y Ramón Xirau. Un día habrá el reconocimiento Amoris Causa para trabajadores, empleados y profesores que no han logrado cúspides académicas pero que recogen también gratitudes y aprecios grandes por servicios imprescindibles.

La arqueóloga Linda Rosa Manzanilla Naim en sus declaraciones a este diario patentiza las calidades y fuerza crítica de muchos miembros de la Universidad Nacional: "Es un honor que me otorguen este reconocimiento...pero hay personajes que tienen que ser acotados y a los que no se les debe dar espacio para que sigan destruyendo la excelencia, los proyectos de excelencia".

Fernando Ortiz Monasterio, cirujano rescatador de cuerpos, también expresa el empeño clave de las tareas de investigación: "No creas lo que yo digo, no creas lo que dicen los libros. Cuestiónalo".

Poeta, filósofo, encaminador de ánimos y ánimas filosóficas, dice muy bien que su padre, Joaquín, y otros exiliados españoles hubieron de haber obtenido esta estimación mayor, según los cánones universitarios. Así Alfonso Reyes, Julio Torri, José Gaos. No se diga José Vasconcelos, fundador. Candoroso, benevolente, Xirau propone: "Los libros nos salvan a todos, hay una cantidad de asesinatos en todas partes, ¿no? Entonces hay que salvarnos a través de la Universidad o de Instituciones parecidas".

Comparativa y estratégicamente, la educación nacional no tiene los apoyos que se sueñan y requieren. No solamente en la UNAM. Aunque se hablen de la conveniencia y aun necesidad de que la República ingrese de mejor manera, y pronto, en sus derroteros científicos y de artes, con otros mejores sindicalismos escolares, con financiamientos oportunos y vastos. Es un reclamo que habrá de imponerse.

En este año, notoriamente aciago, intimidante, de tristezas y ganas de trascendencia, suscita alegría, ilusiones y fantasías la celebración de 100 años de la Universidad Nacional Autónoma de México.


froymln@prodigy.net.mx




Reivindica FCH trayectoria de la UNAM
fch

El Presidente Felipe Calderón estuvo acompañado del Rector de la UNAM, José Narro.
Foto: Archivo
El Presidente y su esposa portaron prendas con los colores representativos de la UNAM, azul y oro

Mayolo López

Ciudad de México  (21 septiembre 2010).- El Presidente Felipe Calderón Hinojosa reivindicó la trayectoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que esta semana cumple 100 años de existencia.

Acompañado por el Rector de la Máxima Casa de Estudios, José Narro Robles, Calderón Hinojosa inauguró esta noche en el Antiguo Colegio de San Ildefonso la exposición "Tiempo Universitario".

Para la ocasión, el Mandatario, que se graduó como abogado en la Escuela Libre de Derecho, tuvo el detalle de usar una corbata con los colores distintivos de la Universidad, azul y oro; lo mismo su esposa, Margarita Zavala, que lució un vestido azul y un rebozo color oro.

Cuando el Rector terminó de pronunciar su discurso, Calderón Hinojosa y su esposa se unieron al tradicional Goya universitario, y levantaron los puños aunque sin mucho énfasis.

"La Universidad ha sido actor principalísimo del México contemporáneo celebró Calderón Hinojosa, que luego condenó la 'absurda represión' del movimiento universitario de 1968.

Para Calderón Hinojosa en la UNAM existe una crítica vigorosa al poder y es motor del impulso a la sociedad.

El Rector Narro Robles se dolió sobre que la modernidad no ha traducido mejores condiciones para los excluidos de siempre, y afirmó que no es deseable que gane terreno la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado.


Celebran con procesión 100 años de UNAM
procesión

Decenas de jóvenes acompañaron al Rector José Narro en la procesión.
Foto: Miguel Fuantos
La caminata fue encabezada por el Rector José Narro

Mirtha Hernádez

Ciudad de México  (22 septiembre 2010).- Ataviados con toga y birrete, ex rectores, profesores eméritos y estudiantes de la UNAM realizaron una procesión por las calles del Centro Histórico para recordar que hace 100 años una caminata similar fue el preámbulo para refundar a la Universidad como institución nacional.

La procesión inició en la esquina de las calles Moneda y Seminario, en la Colonia Centro, donde se develó una placa conmemorativa por el centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México.



A lo largo de las calles de Moneda, El Carmen y Justo Sierra, decenas de alumnos y jóvenes de estudiantinas lanzaron vivas y gritaron goyas por la institución.

El acto fue encabezado por el Rector de la UNAM, José Narro, quien estuvo acompañado por los ex rectores Guillermo Soberón y Juan Ramón de la Fuente, por el colegio de directores, rectores de universidades públicas nacionales y extranjeras. así como por varios doctores Honoris Causa de la Máxima Casa de Estudios.

Al término de la procesión, inició en el Colegio de San Ildefonso, en el mismo centro de la Ciudad, una sesión extraordinaria del Consejo Universitario.

Ahí, el consejero estudiante de la Facultada de Ingeniería Jordi Messeger expuso que 314 mil estudiantes tienen el privilegio de estudiar en la máxima casa de estudios.

Sin embargo, dijo que 7 millones de jóvenes carecen de la oportunidad de estudiar, por lo que pidió mas recursos para la Universidad e instituciones de educación superior.

El consejero trabajador Mario González recordó que la UNAM protagonizó uno de los sucesos históricos más relevantes en la historia del País, el movimiento estudiantil de 1968.

La consejera académica y directora del Instituto de Geografía, Irasema Alcántara planteó que la instauración de la UNAM hace 100 años fue no sólo un hecho sino un ineludible derecho de formar el alma de la Nación.

Al cabo de 30 minutos culminó la sesión extraordinaria del Consejo Universitario.

Con Información de Iván Sosa


PLAZA PÚBLICACentenaria Universidad Nacional
Miguel Ángel Granados Chapa
22 Sep. 10

Hoy hace un siglo fue inaugurada la Universidad Nacional de México. La apertura de sus cursos, encabezada por el presidente Porfirio Díaz y el secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, Justo Sierra Méndez, fue la culminación de las fiestas del centenario del comienzo de la lucha por la Independencia.

La nueva institución, que reunía las escuelas de bellas artes, ingeniería, jurisprudencia y medicina, que con modalidades diversas habían sido parte del régimen colonial, y la Escuela Nacional Preparatoria, surgida al cobijo de la restauración republicana, cristalizaba un viejo proyecto de Sierra. Antes de ingresar al gabinete de Díaz en 1905, el abogado campechano había cobrado prestigio como periodista, poeta, narrador y legislador activo. En los setenta del siglo XIX había formado parte del intento de crear una universidad libre, y en 1881, en la Cámara de Diputados a que pertenecía, presentó un proyecto para crearla como institución del Estado. De esa suerte pudo convencer a Díaz de fundar la Universidad Nacional, cuya ley fue aprobada en mayo y abrió sus puertas el 22 de septiembre de 1910.

El proyecto así consumado no parecía parte de un régimen que concluiría apenas unos meses después. La universidad porfiriana no lo fue en el sentido peyorativo de la palabra. Al contrario, apareció como un renuevo, como un anticipo de tiempos nuevos. El después llamado Maestro de América dijo a los alumnos fundadores que estaban llamados a ser "un grupo en perpetua selección dentro de la sustancia popular", a los que se encomendaría "la realización de un ideal político y social que se resume así: democracia y libertad".

El primer rector fue un viejo profesor de derecho, que lo había sido del secretario que lo nombró. Joaquín Eguía Lis tuvo claro que la institución que dirigiría en los procelosos días de la caída del antiguo régimen y la incierta inauguración de uno nuevo, que la institución recién creada debía poseer "libertad absoluta respecto del poder público" y era consciente de que su deber consistía en "procurar que la universidad funcione por sí sola tan eficazmente, que su alteza y majestad sean bastantes a imponer respeto a todo gobierno, hasta que llegue a conseguir su autonomía plena".

La primera década de vida universitaria reprodujo la agitación que vivió el país a partir del alzamiento maderista, sólo unas semanas después de su nacimiento. Sufrió embates del conservadurismo, que consiguió la escisión de una parte de la Escuela Nacional de la Jurisprudencia, de la que en 1912 surgió la Escuela Libre de Derecho, mata de los gobernantes de hoy. Regida por un ideario avanzado, sólo en la etapa del rector José Vasconcelos, 10 años después de su fundación, comenzó a dar muestra de sus alcances y trascendencia para la vida nacional. Tuvo también aliento vasconceliano la autonomía alcanzada en 1929 y reforzada en el lustro siguiente con la libertad de cátedra, uno de los pilares de la institución, entonces y ahora.

Al cumplir 100 años de edad, la Universidad Nacional cumple con creces el papel que le ha asignado la sociedad mexicana, que la sostiene a través del erario. Así lo hará constar hoy mismo el Congreso de la Unión en la sesión solemne citada expresamente para el caso. Lo confirmará en las próximas semanas cuando discuta y apruebe el presupuesto federal, que incluye el subsidio a la UNAM. Cerca de 25 mil millones de pesos serán asignados a ella, la principal institución de enseñanza superior del país. Demasiado dinero, se dice desde diversos géneros de mezquindad. Apenas suficiente, puede responderse cuando se cobra conciencia de las dimensiones de la casa centenaria. Si sólo se considera su planta física, se percibe su capacidad de servicio y sus necesidades. Desde mediados del siglo XX cuenta con un predio central formidable, la Ciudad Universitaria, cuyo circuito inicial, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad conforme a las reglas de la UNESCO, se ha completado con nuevas instalaciones académicas, un circuito consagrado a los institutos y centros de investigación y el espléndido Centro Cultural Universitario, en cuya Sala Nezahualcóyotl se tocará esta tarde la Sinfonía Conmemorativa compuesta por el maestro Federico Ibarra, y que será interpretada por el Coro universitario y la orquesta filarmónica de la propia UNAM. Amén de ese enorme campus, la Universidad enseña e investiga en instalaciones dispersas en el DF, los estados vecinos y disemina su conocimiento y su espíritu en sus propios territorios, a fuer de nacional como reza su nombre, en toda la República, desde Baja California hasta Yucatán.

En sus bachilleratos, licenciaturas y posgrados reciben clases más de 300 mil alumnos, que cursan tanto las carreras tradicionales como las nuevas opciones que el progreso social y técnico requiere. El Sistema Nacional de Investigadores se compone, en casi la mitad de su nivel más alto, de miembros de la Universidad Nacional, que desarrollan 8 mil proyectos. La difusión cultural, de amplísimos alcances, atiende en sus propias instalaciones a públicos para todas las artes.

La Universidad Nacional dista de ser una institución perfecta. Pero ella misma dispone de los mecanismos de corrección de sus defectos, que lo son de funcionamiento más que de estructura. En sus cursos transmite, además de saberes, valores que han contribuido al desarrollo nacional, y en estas horas oscuras pueden ser útiles para remontar las cuitas que padece el país.

¡Feliz centenario!



Cajón de Sastre

En uno de los momentos más críticos de su historia, la agresión a la Universidad por el gobierno de Díaz Ordaz, el rector Javier Barros Sierra dijo: "Lo que más profundamente molesta a los enemigos de la Universidad es el ejercicio de las libertades democráticas de reunión, de pensamiento y de expresión dentro de nuestra comunidad. Ciertamente, la Universidad no ha dado al pueblo todo lo que debe darle, pero su marcha es ascendente y eso no sólo se dice sino que se comprueba diariamente. ¡Viva la discrepancia porque es el espíritu de la Universidad! !Viva la discrepancia porque es lo mejor para servir!". Eran los días del ataque armado a San Ildefonso, de la ocupación militar de Ciudad Universitaria, los tiempos tempestuosos de los canallescos procesos contra cientos de universitarios, de la represión indiscriminada.


miguelangel@granadoschapa.com

MILENIO DIARIO

Opina que la modernidad no ha traído mejoras para “los excluidos de siempre”

La pobreza, gran enemigo de la educación: Narro

El rector de la UNAM asegura que la institución se levanta como un puente entre el México del siglo XX y el del porvenir, pero llama a evitar que en el sector de la enseñanza se impongan los criterios del mercado.
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  • 2010-09-22•Política
José Narro, Felipe Calderón, Margarita Zavala y Alonso Lujambio en el Colegio de San Ildefonso.
José Narro, Felipe Calderón, Margarita Zavala y Alonso Lujambio en el Colegio de San Ildefonso. Foto: Jesús Quintanar
José Narro Robles, rector de la UNAM, advirtió que la educación enfrenta grandes enemigos, como la pobreza y la exclusión, pero también el pensamiento dogmático, el autoritarismo y la falta de innovación.
Durante la celebración del centenario de la máxima casa de estudios, Narro también alertó que la modernidad no ha traído mejoras para los excluidos de siempre y se manifestó por que la visión mercantilista no someta a la educación a los criterios del mercado, pues “se fallaría si se admite un desatino de tal naturaleza y magnitud”, dijo.
“Los tiempos que vivimos, influidos por una crisis económica de proporciones inusitadas y marcadas por la pobreza y la desigualdad, por la inseguridad y el debilitamiento de los valores cívicos, obligan a reforzar el compromiso de nuestra comunidad con sus tareas y objetivos”, afirmó el rector al reiterar que dicha comunidad seguirá trabajando por el país, su futuro y sus causas nobles.
Al recordar el lema universitario, Por mi raza hablará el espíritu, y durante la inauguración de la exposiciónTiempo Universitario en el antiguo colegio de san Ildefonso, José Narro también expresó un homenaje a los fundadores de la UNAM, como Justo Sierra y José Vasconcelos, y enumeró los acontecimientos más relevantes en su historia, como el reconocimiento de su autonomía en 1929, la emisión de la ley orgánica en 1945 y el movimiento estudiantil de 1968, así como los galardones obtenidos, como el premio Príncipe de Asturias.
Recordó que la UNAM fue un puente entre el siglo XIX y el México revolucionario que buscaba el progreso, la justicia y la modernidad y aseguró que “su origen ha sido destino, por ello ahora se levanta como un nuevo puente entre el México del siglo XX y el del porvenir”.
Destacó que la UNAM ha resuelto la aparente paradoja de cambiar sin perder su esencia académica, sus valores y tradiciones y así como Justo Sierra imaginó una universidad nacional laica y apartada de dogmas, la UNAM es una institución en la que se entiende que detrás de cualquier problema político o social, existe un pendiente en la educación.
“De cara a nuestro pasado, pero de frente al porvenir, podemos decirle a nuestro fundador: misión cumplida”, expresó.
Para el doctor Narro “la educación enfrenta grandes enemigos; este es el caso de la pobreza y también el de la exclusión, pero de igual forma lo son el pensamiento dogmático, la falta de innovación y el autoritarismo. Para todos esos males hay remedio: educación, ciencia y cultura.
“Debemos reconocer que la modernidad no se ha traducido en mejores condiciones para los excluidos de siempre. También, que no es deseable que gane terreno la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado. Se fallaría si se admite un desatino de tal naturaleza y magnitud”, afirmó Narro.
- Claves

Llamados al cambio
• En varias ocasiones el rector José Narro ha subrayado la incapacidad del mercado para eliminar las disparidades en el acceso a servicios básicos.
• Por ejemplo, en octubre de 2008, al conmemorar el Día del Médico, propuso replantear el modelo de desarrollo económico del país.
• Apenas en agosto pasado, el rector afirmó que en México hay 7 millones de jóvenes ninis, por lo que exigió políticas públicas para ese sector de la población.
México • Lorena López


Nunca más un poder público debe intervenir en la vida de la Universidad, subraya

Respeto a la autonomía, ofrece Calderón

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  • 2010-09-22•Política
El presidente Felipe Calderón advirtió que nunca más ningún gobernante o poder público debe intervenir en la libre vida de la UNAM y expresó su absoluto respeto a la autonomía universitaria.
Consideró que la libertad de cátedra, investigación y creación son valores irrenunciables que alimentan el espíritu de la UNAM y reconoció la contribución de esa casa de estudios a México.
Durante la inauguración de la exposición Tiempo Universitario, a la que también acudieron ex rectores, autoridades universitarias y los secretarios de educación federal y del Distrito Federal, Alon-
so Lujambio y Mario Delgado, respectivamente, el mandatario federal destacó que la máxima casa de estudios ha puesto el conocimiento universal al servicio de los mexicanos y ha ayudado a construir el país democrático y moderno que es hoy México.
El presidente Calderón también recordó el 68 y lo definió como una “absurda represión de la que fueron víctima principalmente los universitarios, hirió profundamente al país y dejó una herida abierta”.
Dijo que por una puerta cercana al antiguo Colegio de San Ildefonso, en el que ayer iniciaron las conmemoraciones del centenario de la UNAM, “entró el bazucazo de la incomprensión y la intolerancia”; aquel momento dejó en claro que México “no podía seguir tolerando el autoritarismo y el dictado de la vida nacional desde el poder”.
Además, indicó que “en esa tragedia nacional murieron cientos de jóvenes y otros vieron truncados sus anhelos, estudios y proyectos. La Universidad, sin embargo, salió adelante”, porque “con su sacrificio, la generación del 68 abrió anchas avenidas a la democracia”.
El Presidente dijo que la UNAM es una institución clave, una expresión del México moderno y un actor principalisimo en la construcción del país contemporáneo.
También contribuye, dijo, a la gestación de un porvenir más promisorio, a formar nuevas generaciones en los ideales de razón, justicia, tolerancia y democracia, y a “ejercer la crítica vigorosa al poder y el impulso a la sociedad”.
México • Lorena López


Hoy estrenarán obra en la Sala Nezahualcóyotl

La Universidad se renueva, mientras otras instituciones desaparecen

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  • 2010-09-22•Política
El compositor Federico Ibarra.
El compositor Federico Ibarra. Foto: Omar Meneses
El compositor Federico Ibarra consideró muy significativo que “mientras otras instituciones desaparecen o pierden su trascendencia, la UNAM se ha renovado a través de estos cien años, y a pesar de que ha tenido muchos problemas, sigue en pie cumpliendo con su labor educativa”.
Ibarra fue comisionado para escribir una obra orquestal para conmemorar el centenario. Sinfonía conmemorativa se estrenará hoy en la Sala Nezahualcóyotl, en un concierto al que sólo se podrá asistir con invitación.
Manifestó su gran alegría de ser comisionado para escribir esta obra que, confiesa, “no es fácil ni para escucharse ni para digerirse. Casi la mitad de mi existencia la he pasado en la Universidad y esto me ha hecho estar muy cercano de todo lo que se ha dado en la institución en los últimos 50 años.”.
Explicó que buscaba un poema que hiciera referencia a la Universidad, pero no lo encontró. “Estaba a punto de cerrar la idea de hacer una obra sinfónica coral y hacerla sólo sinfónica, cuando revisé los poemas de Justo Sierra y me quedé sorprendido. Lo conocemos como pensador, pero como poeta ni idea. Cuál sería mi sorpresa de que su poesía es muy buena. Encontré un poema que no se refiere a la Universidad, pero habla de la educación, lo que cayó muy bien a los propósitos de la obra”.
Sinfonía conmemorativa transita por muchos pensamientos en torno a la UNAM, asegura su autor. “No se trata de una obra celebratoria ni nada por el estilo, ni llena de fuegos artificiales, sino se trata de ver a una institución que ha pasado por etapas buenas, etapas no tan buenas y francamente malas, con duelos, con lutos, con toda una serie de cosas, pero
que, a pesar de todo, sigue ahí”.
El ganador del Premio Universidad Nacional en 1993 recordó que la difusión de la cultura no fue algo prioritario en la naciente institución en 1910. “Esto fue tiempo después, cuando a la Universidad se le acusó de ser elitista.
Lázaro Cárdenas estaba al frente del país y la Universidad dio la respuesta a esta idea socialista de propuestas de índole social. Entre las cosas muy importantes que propuso estuvo la promoción de la cultura. Allí fue cuando se inició la Orquesta Sinfónica de la Universidad”, señaló Ibarra.
Para las actividades musicales, Eduardo Mata fue muy importante, ya que gracias a su impulso, la Orquesta Filarmónica de la UNAM cuenta con una sede. “Esto es algo único en México, una de los grandes logros de la Universidad respecto a la música”. destacó.
México • Xavier Quirarte


Por mi raza hablarán cien años

La UNAM cumple su primer centenario. Este es un recorrido por su historia y sus aulas.
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  • 2010-09-22•Qrr

Pablo Pérez


Mi amigo el puma

En el Centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México, ofrecemos con todo cariño un compendio de las múltiples aportaciones cotorras de nuestra máxima casa de estudios a la cultura mexicana. ¡Un goya por su cumpleaños!
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  • 2010-09-22•El Ángel Exterminador

Egresados non gratos

1. Verónica Castro (Relaciones Internacionales)
2. Carlos y Raúl Salinas (Economía e Ingeniería Civil, respectivamente)
3. Flor Rubio (Periodismo)
4. Paco Stanley (Derecho)
5. Luis Echeverría (Derecho)
Las postales más choteadas

1. La de la Biblioteca Central.
2. La del Estadio Olímpico Universitario
3. La de Rectoría.
4. La del Espacio y el Paseo Escultóricos.
5. La de la playera de los Pumas.
Villamelones de los Pumas

1. Adela Micha
2. Poncho Herrera, de RBD
3. Carlos Loret de Mola
4. Gael García Bernal
5. Marcelo Ebrard
Grandes inventos salidos de la UNAM

1. La pintura antigrafiti.
2. Luis Miramontes logró en la Facultad de Química (al lado del húngaro George Rosenkrantz) la síntesis del primer componente de la píldora anticonceptiva.
3. El túnel del viento que mide la velocidad de un huracán.
4. El “Mambo universitario”.
5. Los okupas del Che Guevara.
Leyendas urbanas

1. El Jovencito (un taquero que agarraba la pastura con las uñas negras).
2. El Papirolas (hacía papiroflexia para sobrevivir).
3. El Llanero Solitito (ahí comenzó su lucha).
4. La Chica Huelga (que en el 2000 pintó su espléndido cuerpecito de rojo y negro).
5. El Brasil (de la banda de artezánganos que se decía brasileño, pero era de Tacuba).
Grandes eventos

1. Los conciertos de la trova cubana en el auditorio Che Guevara.
2. El rocazo en la cabeza a Luis Echeverría.
3. La entrada de la PFP a CU para dar fin a la huelga.
4. Los conciertos en las islas pro Ejército Zapatista.
5. El Mosh y sus secuaces violaron un mural de Siqueiros.
Lo que odian los rechazados de la UNAM

1. El “cómo no te voy querer” y la soberbia de sus porras.
2. El que no se cobren cuotas, aunque sean mínimas.
3. El que los sindicaleros del STUNAM y AAPAUNAM se vendan como democráticos.
4. A López Dóriga cantando el himno.
5. El pase automático.
Mitos geniales

1. El hombre tlacuache que asustaba doncellas
2. Que en la Facultad de Filosofía surgen cuadros guerrilleros.
3. Que los vendedores de discos venden mota.
4. Que más de la mitad de los profesores se casan con alumnas.
5. Que se aparece el fantasma de José Revueltas en Tv UNAM.
Mitos ciertos (diiicen)

1. Las chicas más feas del país estudiaban en Trabajo Social.
2. Las más biscochitos estudiaban en Sicología y en Filosofía y Lepras.3. Las mejores fiestas las organizaban los de la Facultad de Ciencias.
4. Los vestidores de la alberca eran el cuarto oscuro de estudiantes de ambiente.
5. Muchos maestros dobletean dando clases en la Ibero.
Juan Alberto Vázquez

FOTOGALERIAS
(LA AFICION)

EXCELSIOR


Calderón destaca el aporte de la UNAM a la vida democrática

Hizo un reconocimiento a la generación de universitarios del 68, víctimas, afirmó, de una "absurda represión"

Jaime Contreras
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de septiembre.- Luego de refrendar su respeto a la autonomía y libertad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el presidente Felipe Calderón expresó anoche que esta institución académica ha contribuido a construir un país moderno y democrático, así como "a ejercer la crítica vigorosa al poder".
"Hoy que finalmente vivimos en una democracia, en un régimen de derechos y libertades, el gobierno refrenda su apoyo total a la Universidad Nacional Autónoma de México y, desde luego, su respeto absoluto a la autonomía universitaria", enfatizó Calderón al inaugurar la exposición Tiempo Universitario, como parte de los festejos por los 100 años de la UNAM.
En el antiguo Colegio de San Ildefonso, el Ejecutivo federal dijo que la máxima casa de estudios "ha puesto el conocimiento universal al servicio de México y de los mexicanos".
"Ha contribuido a construir el país moderno y democrático en que hoy vivimos, a resolver muchos de sus problemas y a gestar un porvenir más promisorio para todos, a encontrar respuesta a los temas que más nos interesan, a formar nuevas generaciones en los ideales de razón, de justicia, de tolerancia y de democracia", señaló.
Nunca más habrá alguien que quiera o pueda interferir en la vida interna de los universitarios, añadió Calderón, y de ahí refrendó el respeto del gobierno federal a la libertad de expresión, de cátedra y de conocimiento que se ejerce en esa institución.
Noche de remembranzas
El Presidente también hizo un reconocimiento a la generación de universitarios del 68, cuyo movimiento, dijo, "abrió anchas avenidas a la democracia que estaría por venir en el país".
"Esta noche también recordamos a la Universidad y los tristes acontecimientos de 1968, aquella absurda represión de la que fueron víctimas, principalmente universitarios", prosiguió frente a investigadores, académicos y estudiantes.
Esos acontecimientos, a los que el mandatario federal calificó como "tragedia nacional", hirieron profundamente a México y dejaron una herida abierta, pues "por una puerta cercana a este lugar entró el bazucazo de la incomprensión y la intolerancia", .
"Aquel momento dejó en claro, también, que México no podía seguir tolerando el autoritarismo y el dictado de la vida nacional desde el poder. En esa tragedia nacional murieron cientos de jóvenes y otros vieron truncados sus anhelos, sus estudios y su proyecto de vida. La Universidad, sin embargo, salió adelante", recalcó.
Promete más recursos
Acompañado de su esposa, Margarita Zavala ambos engalanados en azul y oro, colores de identidad de la UNAM-, Calderón se comprometió a reforzar el presupuesto de esa institución educativa para 2011.
La meta, ofreció, es alcanzar 29 mil 300 millones de pesos, 52 por ciento más que la asignación correspondiente a 2006, en cuya recta final inició su sexenio.
Aprovechó para indicar que también se han creado 75 instituciones de educación superior en el país y se pusieron en marcha programas de educación abierta o a distancia de la Secretaría de Educación Pública y de la propia Universidad Nacional.
Los compromisos
El rector de la UNAM, José Narro Robles, se comprometió en nombre de la comunidad universitaria a reforzar su compromiso con sus tareas y objetivos, trabajando por el país y su futuro, sobre todo en los tiempos de crisis que vivimos, "marcados por la pobreza y la desigualdad, la inseguridad y el debilitamiento de los valores cívicos".
Narro sostuvo que la modernidad "no se ha traducido en mejores condiciones para los excluidos de siempre".
Añadió que "no es deseable que gane terreno la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado".
Al final, todos entonaron el tradicional Goya.

UNAM inicia celebraciones

Hoy se ponen en marcha las actividades para festejar el centenario de la que es conocida como la máxima casa de estudios

Luis Carlos Sánchez
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de septiembre.- Hace exactamente 100 años la Universidad adquirió su carácter nacional. En una ceremonia presidida por Porfirio Díaz y celebrada en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria, hoy el Antiguo Colegio de San Ildefonso, Justo Sierra dictaba el discurso inaugural de la institución.
Como sucedió un centenario atrás y para celebrar el nacimiento de la UNAM, el rector José Narro Robles encabezará hoy a las 8:30 de la mañana una procesión en la que participarán 500 universitarios togados que evocarán la caminata que Sierra realizó también diez décadas atrás.
Partiendo de la calle de Moneda, junto a Palacio Nacional para avanzar por Correo Mayor, los participantes llegarán a San Ildefonso.
Ahí se develará una placa alusiva al centenario y se realizará una ceremonia donde se leerán cuatro discursos: el de un trabajador, un estudiante, un profesor y un director, todo como parte de los festejos universitarios que continuarán mañana con la ceremonia de entrega de honoris causa, en el Palacio de Minería, a 16 personajes de la cultura, la ciencia y el humanismo, tanto nacionales como internacionales.
"La UNAM tiene una antigüedad que va más allá de ese centenario. Somos herederos de aquella vieja Real Universidad de México, que se estableció en 1551; sin embargo, en 1910, con los festejos del Centenario (de la Independencia) como marco, Justo Sierra alcanzó el acuerdo para que se reabriera la Universidad en su carácter de nacional, la Universidad Nacional de México", dijo el rector el 13 de septiembre pasado cuando anunció los festejos.
Las actividades que han incluido obras editoriales, la emisión de una estampilla y un timbre postal, así como billetes de lotería y boletos del Sistema de Transporte Colectivo Metro o tarjetas de Metrobús, se prolongarán hasta 2011, pero ponen énfasis en los días más cercanos a la celebración por lo que después de develar la placa en San Ildefonso las autoridades universitarias se trasladarán al Congreso de la Unión, donde se llevará a cabo una sesión solemne.
En el recinto legislativo dictarán discursos representantes de las siete fracciones parlamentarias y los presidentes de la Cámara de Diputados y de Senadores.
El día concluirá con un mensaje del rector en una ceremonia universitaria que se realizará en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario. Ahí, la OFUNAM ofrecerá un concierto y será estrenada una pieza compuesta especialmente para el centenario de la UNAM.
jueves. Mañana la celebración continuará en Minería con la investidura como doctores honoris causa de Federico Silva, Nawal El Saadawi, Noam Chomsky, Vitelmo Bertero, Mario Vargas Llosa, José Emilio Pacheco, Fernando Ortiz Monasterio, Ramón Xirau, Margit Frenk y Linda Manzanilla, entre otros. Esta ultima hablará por los mexicanos y la ceremonia cerrará con un mensaje del rector.
viernes. Algunos de los intelectuales distinguidos ofrecerán conferencias magistrales en diferentes espacios universitarios.Vargas Llosa sostendrá una charla con Sealtiel Alatriste en la Sala Nezahualcóyotl y José Emilio Pacheco charlará con Ignacio Solares en el mismo espacio, mientras que Ángel Gabilondo dictará la ponencia "La dimensión social de la educación" .

EL FINANCIERO
La academia en imágenes: entre la visión plástica e institucional
Renato Galicia Miguel
Miércoles, 22 de septiembre de 2010
  • Una mirada fotográfica en el centenario de la UNAM.

·LA UNAM, UNA MIRADA FOTOGRÁFICA
A cien años de su fundación, acaecida el 22 de septiembre de 1910, y luego de que el casco central de Ciudad Universitaria fue nombrado Patrimonio de la Humanidad, como nunca antes la Universidad Nacional se volvió un entorno para posar la mirada fotográfica. Sobre qué han forjado quienes la practican ahí diariamente desde hace tres décadas trata las voces e imágenes que registramos.

Recién iniciada la década de los noventa del siglo pasado, los reporteros gráficos de Gaceta UNAM sorprendieron a propios y extraños cuando, a manera de evaluación, presentaron álbumes donde reflejaban su quehacer creativo. Resultó que más allá del rutinario y plano re- gistro del presídium y el funcionario, su condicionamiento institucional les había gene- rado un estilo orientado a la propuesta plástica.

Aunque esta orientación se les "ha dado de manera limitada", dos décadas después -cuando que ya no toman fotos en blanco y negro con sus cámaras mecánicas y se meten a revelar al cuarto oscuro, sino que llegan con sus Nikon digitales, se sientan ante la com- putadora y descargan sus imágenes en color-, continúan conformando acervos personales con aquel estilo, al tiempo que siguen cumpliendo con el registro de la cotidianidad universitaria: miles y miles de imágenes que constituyen un gran porcentaje del material resguardado en el Archivo Histórico de la UNAM (AHUNAM).

Así explica aquella tendencia Fernando Velázquez, algún tiempo jefe del departamento de fotografía de Gaceta: dado que como integrantes de una dirección de comunicación social "no podemos ejercer el periodismo tal cual", el nuestro "debe ser un trabajo de mucha precisión que tiene que situarse en una propuesta plástica a la vez que institucional, más bien ilustrativa y de contenidos".

Porque no hay de otra, para ejercer como fotorreportero en la UNAM es indispensable ponerse la camiseta. Eso lo entienden perfectamente todos los que han hecho carrera en ese medio a partir de la década de los ochenta, entre treinta y veintitantos años "en el arte de mirar para los otros", como dice Vicente Leñero, mencionados aquí en orden de antigüedad: Francisco Cruz, Marco Mijares, Justo Suárez, Juan Antonio López y Fernando Velázquez; más los ya fallecidos Ignacio Romo y Agustín Castro; algunos que emigraron: Julio César Contreras, Rufo López, Víctor Valenzuela, Ernesto Quezada, Eduardo Sánchez y Daniel Romo, y los recientes Benjamín Chaires y Víctor Hugo Sánchez.

Vistos siempre como marginales en la profesión, invisibles en su categoría de "fotógrafos oficiales", están conscientes que "el punto central es ser institucional", expone Justo Suárez, pero también que, en comparación con los fotoperiodistas de los diarios nacionales, las demás características son iguales: la mirada andante, el observar y no pasar, la cámara lista, siempre midiendo el terreno, el dominio de la técnica.

Los de Gaceta son fotógrafos empíricos, formados a la vieja usanza. Como el mismo Justo Suárez, quien en la década de los setenta leía en el periódico de ultraderecha El Heraldo de México las "Fábulas Pánicas" de Alejandro Jodorowsky y le llamaban la atención las fotos de la sección de sociales: "Yo no sé de dónde me venía la idea de que los fotógrafos de sociales andaban todos elegantes, eran bien pagados y departían al tú por tú con la gente que registraban en sus imágenes"; pero al que el trabajo de Pedro Valtierra en el viejo unomásuno sobre los sandinistas que luchaban contra la dictadura de Anastasio Somoza allá en Nicaragua le generaron una visión de periodismo gráfico totalmente distinta, aquella con la que llegó en 1987 a la Dirección General de Información de la UNAM, más una Nikon que le prestó el mismo Valtierra; o Francisco Cruz, cuyos inicios se remontan a La Prensa, diario en el que fue laboratorista en tiempos en que para el revelado en blanco y negro todavía se usaban químicos que se sintetizaban alquímicamente con base en polvos como bórax y bicarbonato de sodio, y siguieron con sus primeras "fotos de calle" ahí y en El Heraldo, donde conoció a Nacho Romo, el cual lo llevó a Gaceta UNAM en 1981. O como Marco Mijares, José Antonio López y Fernando Velázquez, reporteros gráficos que prácticamente han desarrollado toda su vida profesional en el ámbito universitario y que estudiaron diseño gráfico, ciencias de la comunicación y música y economía, respectivamente.

Fotorreporteros hechos sobre la marcha que, ya con la experiencia a cuestas, desdeñaban los cursos de la Kodak "porque nos enseñaban que la respuesta estaba en la cajita amarilla y que la verde era mejor".

Veteranos de la lente que pasaron del mundo analógico al digital en 15 días o un mes o tres, que ahora hablan de pixeles y no de puntos, que reconocen que con la conversión tecnológica se ganó tiempo y se redujeron los costos, pero que sostienen que la película todavía no es superada y, sobre todo, no olvidan que su escuela fue el cuarto oscuro.

Cuarto oscuro

Ese cuarto oscuro que se ha vuelto parte de la leyenda periodística. Porque si de las redacciones de los diarios la periodista Rosa Montero comentó que se convirtieron, ahora, en una especie de ministerios, pues en ellas ya nadie fuma, nadie toma y nadie grita, qué no podría contarse de aquel espacio ahora que ha desaparecido con todo y su proceso artesanal. Más en estos días cuando para ver el resultado y realizar la edición de las tomas "te aíslas en la computadora y dejas de tener el acercamiento con los demás", precisa Juan Antonio López. A partir de la década de los ochenta, el laboratorio de Gaceta UNAM anduvo errante: estuvo unos meses en el piso 10 de Rectoría; luego en una casa del Pedregal de San Ángel; después en el edificio de la Dirección General de Orientación y Servicios Educativos, a un lado de Las Islas; posteriormente en la ahora sede del Posgrado de Derecho, adyacente a la antigua Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, tiempo de su época dorada; incluso en instalaciones de la Tienda UNAM ubicadas atrás del Estadio Olímpico, y finalmente en un inmueble nuevo cercano a Rectoría, donde lo desmantelaron. Fue aprendizaje al tiempo que el espacio de la "bohemia y el romanticismo tremendo, la camaradería y las fricciones, la botana, el intercambio de experiencias, a veces viendo desinteresada, disimuladamente cómo le hacía el otro, otras atreviéndote a preguntar de forma directa", recuerda Justo Suárez: sencillamente, "sin el cuarto oscuro no había nada", remata Francisco Cruz. Porque para un fotorreportero en esos años, "nada como la preparación y el olor de los químicos; la ansiedad por saber cómo te salió tu película, si había una deficiencia en la toma; el manejo de la ampliadora; la batalla a la hora de imprimir las fotos en el papel, sobre todo si no era el adecuado; la manipulación, el quemado de la imagen sombreándola con las manos; el cuidado de que los químicos no estuvieran contaminados o muy usados, y sobre todo, lo más básico, que tuvieran la temperatura adecuada, porque si estaban un poco calientes te procesaban más rápido la película, pero podías afectarla".

Si en Gaceta UNAM el fotoperiodismo no puede ejercerse en su sentido estricto por el carácter institucional del órgano de información, en cuanto al cuarto oscuro fue como el que más, de época. Hizo escuela e historia.

El cuarto oscuro era la mitad del trabajo, pero el quehacer estaba, está afuera. Más si se sabía que la UNAM era, es, un México en pequeño. El fotorreportero universitario, explica Fernando Velázquez, posee un perfil particular, distinto al de su homólogo de los periódicos, porque inevitablemente entra en contacto con el conocimiento y realiza imágenes que amalgaman esa recepción: eso lo forma y dota de un soporte que lo vuelve multifuncional.

Mirada andante

-Nosotros debemos tener la capacidad para poder recibir, traducir y mostrar lo que la Universidad genera; estamos en una posición privilegiada, no cualquiera puede tener acceso a su diversidad de contextos. Las posibilidades son tales que, aun cuando el ejercicio de nuestra actividad diaria nos da, aunque no lo queramos, cultura general, si lo deseamos podemos ir más allá. Todo lo anterior provoca que como fotógrafos seamos diferentes, que tengamos las características para crear imágenes más bien ilustrativas, de contenidos, orientadas a la propuesta plástica, independientemente que se ha dado de manera limitada.

Bajo el entendido de que, como señala Marco Mijares, la profesión "es experimentación continua" y nunca se puede decir "soy fotógrafo y domino la fotografía", porque ella te enseña a diario: un día se aprende retrato; otro, foto publicitaria, y alguno más científica o fotoperiodismo, amén de que siempre todo va cambiando. Para la mirada andante del reportero gráfico en la UNAM el entorno incluye flora y fauna, la "estrella del Pedregal", la "tigrida" y los magueyes; los mapaches, armadillos y reptiles en el exterior; los pulpos o la ordeña de una tarántula en el laboratorio; los contraluces en cualquier rincón; los edificios históricos; la armonía entre lo humano y lo arquitectónico; los estudiantes, por increíble que parezca un "tema muy descuidado durante muchos años"; el teatro, la danza, los retratos de funcionarios; la figura del científico, el filósofo, el poeta: Marcos Moshinsky atravesando en el campus y Bolívar Echeverría en alguna entrevista -ambos ya fallecidos- o Rubén Bonifaz Nuño en su oficina de la Biblioteca Central; las marchas, los mítines, las conferencias, los presídiums.

-El entorno sigue siendo el mismo, poco ha cambiado en 30 años: acaso se han sumado una docena de edificios, pero el casco central no se ha alterado, y aún así no lo acabas de apreciar, pareciera inabarcable. Porque, además, cambian las costumbres, las modas, los comportamientos, las actitudes: si se compara una foto de un mismo sitio tomada hace tres décadas con una de hoy, existe un enorme contraste.

Según Marco Mijares y Fernando Velázquez, la crónica visual colectiva de la UNAM y la conciencia de ella existe entre los fotorreporteros de Gaceta: "Si todo mi material se pudiera dividir por personajes, por ejemplo -explica el primero-, se podría ver el desarrollo y la historia de cada uno, pero como está mezclado por año, eso se pierde". El segundo aporta un planteamiento que coincide con la apreciación de Guillermo Sheridan respecto a que los verdaderos universitarios son los investigadores, porque ellos permanecen, mientras estudiantes, docentes y funcionarios entran y salen de la Universidad Nacional: "Venimos aquí a desarrollar una función, un trabajo, unos vienen y se van, otros nos quedamos y en el camino vamos dándonos cuenta de lo que se hace día con día: el retrato fotográfico de la institución. Nosotros somos los que adquirimos esa conciencia, los que asumimos el ejercicio como el registro de la historia visual cotidiana, diaria, de nuestra casa de estudios".

El material fotográfico de Gaceta UNAM lo conserva el AHUNAM, resguardado en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (ISUE). El organismo constituye "la conciencia institucional" de ese acervo. Sólo que nada más es "receptor de imágenes y no generador", aclara Fernando Velázquez, y aunque organismos como el Instituto de Investigaciones Estéticas, la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades cuentan con mecanismos de creación, "nosotros producimos fotografía de forma más amplia y diversa".

Sin duda, aclara Marco Mijares, el nuestro es "el acervo fotográfico más completo y mejor conservado" de la UNAM. De ahí la necesidad, añade Fernando Velázquez, de generar esa conciencia de que nosotros realizamos el registro de la historia visual de la Universidad Nacional, sobre todo en tiempos en los que se va acercando el relevo generacional en el departamento de fotografía y todavía no se ve quiénes que reúnan las características sustituirán a los veteranos fotorreporteros de Gaceta UNAM.

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GACETA
(RGM)
Miércoles, 22 de septiembre de 2010
  • Archivo histórico.

Almacenados en un cubículo del departamento de fotografía de Gaceta, decenas de cajones de cartón con cientos de imágenes esperan su traslado al AHUNAM, fundado en 1967 e integrado al Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), hoy convertido en el ISUE, desde la creación de él en 1976.

De acuerdo con la Guía general del Archivo Histórico de la UNAM, coordinada por Gustavo Villanueva, el acervo incluye las siguientes colecciones fotográficas: "Universidad", conformada por imágenes procedentes de adquisiciones del propio organismo, donaciones particulares y de instituciones como la Fototeca del INAH y transferencias periódicas de Gaceta UNAM, órgano de información creado en 1954. En ella, además de los "fotógrafos oficiales" de la Universidad Nacional están representados muchos otros: Héctor García, Rogelio Cuéllar o Tina Modotti. Tiene un volumen de más de 20 mil fotografías en blanco y negro que cubren prácticamente todo el siglo XX y está clasificada en las siguientes secciones: "Rectores", "Antiguos edificios universitarios", "Construcción de Ciudad Universitaria", "Funcionarios universitarios", "Movimientos estudiantiles" y "Extensión universitaria".

La colección "Universidad Nacional Autónoma de México: Imágenes de hoy", donada por la Coordinación de Humanidades, consta de tres mil 301 diapositivas en color realizadas para la edición del libro homónimo por fotógrafos como Pedro Valtierra, Rogelio Cuéllar, Francisco Mata Rosas, Javier Hinojosa, Daniel Romo, Christa Cowrie y Calderwood.

El proceso de construcción de Ciudad Universitaria a través de cuatro mil 119 negativos constituyen la colección "Carlos Lazo Barreiro" y la "Justina Lory Méndez Martínez" incluye 29 fotografías de manifestaciones estudiantiles de 1968: asambleas en la Preparatoria 1 y de alumnos de la Facultad de Medicina. También se encuentra la "Alfonso Pruneda", la cual contiene imágenes donde este rector aparece con personajes como Vicente Lombardo Toledano, Alfonso Caso y Gustavo Baz.

Otras colecciones son: la del "fotógrafo oficial de la UNAM", Raúl Estrada Disma, durante los periodos rectorales de Nabor Carrillo, Ignacio Chávez y Javier Barros Sierra; Gaceta de la Facultad de Medicina, Javier Romo Michaud, Armando Salas Portugal y Ethel Villanueva: cinco fotos en color sobre el mural que varios artistas plásticos realizaron en 1968 en la cubierta de lámina que rodeaba los restos de una antigua estatua del expresidente Miguel Alemán ubicada en la explanada de Rectoría.
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La UNAM, fundamental pilar del conocimiento
Eduardo Ortega
Miércoles, 22 de septiembre de 2010
  • Llega a su centenario con el orgullo de ser la mejor universidad de AL.
  • Gómez Morín defendió su financiamiento público.
  • En 1929, la institución alcanzó autonomía jurídica.

·CENTENARIO DE LA UNAM
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llega a su centenario con el orgullo de ser la mejor universidad de América Latina y, al mismo tiempo, entre críticas sobre su financiamiento público y su presunta falta de calidad.

De acuerdo con el QS World University Rankings, la máxima casa de estudios del país está en la cima en toda Latinoamérica, por encima de universidades de gran prestigio como las de São Paulo, Buenos Aires, la Católica de Chile e incluso el Tecnológico de Monterrey.

Sin embargo, algunos sectores la han criticado porque tiene más presupuesto (21 mil 360 millones de pesos en 2009) y personal académico (27 mil personas) que muchas secretarías de Estado, sin evaluar sus resultados.

Ante ello, diferentes estancias del gobierno federal y congresistas panistas no reconocen el carácter trascendental que tiene para el país la benemérita institución fundada por Justo Sierra, y cuestionan la importancia de dotarla de más recursos.

No obstante, no debe olvidarse que el principal legado de Manuel Gómez Morín -fundador del PAN- fue no sólo la defensa que hizo de la autonomía universitaria, sino sobre todo la defensa de su financiamiento público.

Hace exactamente cien años, en septiembre de 1910, fue inaugurada la Universidad Nacional de México como uno de los momentos culminantes de los festejos por el primer centenario de la Independencia.

Con su iniciativa y empeño, Justo Sierra convenció al entonces presidente Porfirio Díaz de que el crear una institución era más benéfico para el país que cualquier construcción arquitectónica.

Con la rectoría de José Vasconcelos (1920-1921), la Universidad se transforma en tal y como la conocemos hoy: se convierte en una institución para las clases medias, comprometida socialmente con la alfabetización y consciente de su responsabilidad culturalista y civilizadora.

Asimismo, adquiere su identidad latinoamericana con el escudo conformado por el águila mesoamericana y un cóndor suramericano, y el lema "Por mi raza hablará el espíritu"; además de que asume su posición antidictatorial y antimilitarista.

La autonomía

Para 1929 la Universidad obtuvo la autonomía administrativa, y con ello inició una larga lucha y un arduo proceso que concluyó en 1933, cuando se alcanzó la autonomía jurídica.

De acuerdo con Manuel Gómez Morín -rector entre 1933 y 1934- tan importante como la autonomía fue la defensa de la pluralidad de ideas y de pensamiento, la libertad de cátedra, investigación y creación frente a la posición oficial de aquellos años precardenistas, que buscaba imponer el marxismo como credo único.

En consecuencia, Gómez Morín es quien propone la triple misión de la Universidad, aún vigente en la Ley Orgánica: docencia, investigación y extensión de la cultura.

Y sobre todo la considera como la institución más importante no sólo del Estado sino de la nación, cuya misión -eminentemente intelectual, cultural y educativa- requiere autonomía y apoyo de recursos públicos.

En 1954, la UNAM dejó el Centro Histórico para mudarse a Ciudad Universitaria, la cual se convertiría en uno de los principales escenarios del convulso 1968.

Después vendrían el rectorado de Pablo González Casanova, la creación del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, los proyectos de Soberón, la crisis de los años ochenta y las huelgas de 1986 y 1999.

Hoy, la UNAM llega a sus cien años como uno de los principales pilares de la producción del conocimiento en nuestro país, por lo que debe seguir siendo respetada y respaldada por el Estado, para que pueda cumplir su misión trascendente para la sociedad.
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EL  ECONOMISTA

FOTOGALERIA
http://eleconomista.com.mx/multimedia/fotogaleria/2010/09/22/unam-siglo-historia



Congreso celebra centenario de la UNAM

Senadores y diputados arribaron al Palacio Legislativo de San Lázaro donde este medio día se realizará la sesión solemne para conmemorar el centenario de la fundación de la UNAM.
La sesión solemne se realiza a unos meses de que fue inscrito con letras de oro el nombre de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el muro de honor de San Lázaro.
Se prevé que el rector José Narro Robles emita un mensaje al Congreso de la Unión donde establezca los retos futuros de la máxima casa de estudios y los logros en sus primeros 100 años de existencia.
La mayoría de los legisladores vestidos de gala ingresaron al salón de plenos para la sesión solemne.
RDS
CREDITO: 
Redacción El Economista

LA RAZON
Inicia en San Lázaro sesión por centenario de la UNAM 
Asisten además del rector José Narro Robles, los ex rectores José Sarukhán, Juan Ramón de la Fuente y Jorge Carpizo
El pleno del Congreso General inició la sesión de para conmemorar el centenario de la fundación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con la interpretación del Himno Nacional se dio inicio a la sesión solemne en San Lázaro donde asisten además del rector José Narro Robles, los ex rectores José Sarukhán, Juan Ramón de la Fuente y Jorge Carpizo.
El presidente de la Mesa Directiva del Congreso Jorge Carlos Ramírez Marín dio inicio a la sesión con una asistencia de 299 diputados federales y 83 senadores.
http://www.razon.com.mx/spip.php?article47758


Celebra UNAM sus 100 años con arte 
La muestra pone de manifiesto a la máxima casa de estudios como forjadora de creadores
lizeth.gomez.razon@gmail.com
Para conmemorar el centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se presenta la exposición 100 años de pintura en la Universidad Nacional, en el Museo Universitario del Chopo. La muestra reúne cien obras del patrimonio universitario de diversas etapas a partir de 1910 y narra los movimientos y escuelas que conforman la historia de las artes visuales en México.
La exhibición colectiva, curada por Emma Cecilia García, presenta pintura abstracta y figurativa con diferentes temáticas y tendencias estilísticas desarrolladas en el siglo anterior por los grandes maestros de la plástica.
En entrevista con La razón la curadora señala: “uno de los puntos más importantes de la muestra es que se hizo una investigación en el acervo de patrimonio universitario de obra de caballete de entre cerca de mil piezas que conforman la colección de la UNAM”.
La museografía está conformada por algunas obras de la artista recién fallecida Helen Escobedo, además de Gilberto Aceves Navarro, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Dr. Atl, Luis Nishizawa, Manuel Felguérez, Mónica Mayer, Julio Galán, Carmen Parra y Arnold Belkin.
La también historiadora de arte destaca el trabajo de la institución como forjadora de talentos artísticos. “La exposición subraya la contribución de la UNAM al desarrollo de la plástica mexicana, porque en sus escuelas, institutos, facultades y recintos se difunde la obra de reconocidos artistas”, expresa.
García recordó que a lo largo de cien años ha logrado un crecimiento en galerías y escuelas de arte, lo cual ha permitido una mayor creación y exhibición.
“El concepto de la exposición no es histórico, seleccioné obras y artistas y una vez que se hizo eso se configuró un guión, un hilo conductor que permitiera al publico ver la exposición. Esta muestra es una manera de conocer lo que la universidad ha juntado como un acervo. La UNAM se ha preocupado también por crear su propia colección”, finaliza la curadora de arte.
http://www.razon.com.mx/spip.php?article47701

LA CRONICA DE HOY


Encabeza rector procesión por centenario de la UNAM 
Notimex | Nacional
Miércoles 22 de Sep., 2010 | Hora de creación: 09:01| Ultima modificación: 10:31

El rector de la UNAM, José Narro Robles, encabezó la procesión de 500 universitarios togados con la que se conmemora el 100 aniversario de que la institución fuera declarada universidad nacional.

La caminata partió de las calles Moneda y Seminario, donde una vez se ubicó parte de la Real Universidad de México, donde hoy está el Programa Universitario de Estudios de la Ciudad, y tiene como destino San Ildefonso, en cuyo auditorio, Simón Bolívar, se efectuó en 1910 la ceremonia de inauguración de esta etapa de la institución.

La procesión seguiría por Correo Mayor y Justo Sierra, acompañada por una estudiantina, la Bandera Nacional, estandartes de todas las escuelas e institutos y el gozo de todos los presentes.

Antes de partir la caminata, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) develó una placa conmemorativa alusiva a esta fecha.

La UNAM tiene una antigüedad que va más allá de este centenario, pues fue heredera de la vieja Real Universidad de México que se estableció en 1551.

Sin embargo, en 1910, para incorporarla a los festejos por los 100 años del inicio de la lucha por la Independencia, Justo Sierra alcanzó el acuerdo para que se reabriera la universidad en su carácter de nacional.

Los togados incluyen ex rectores de la UNAM, como Guillermo Soberón Acevedo, Francisco Barnés de Castro y Juan Ramón de la Fuente, además de directores de facultades, escuelas e institutos y otros personajes relacionados con la institución.
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=533460


Felicita Ebrard a la UNAM por sus 100 años 
Notimex | Ciudad
Miércoles 22 de Sep., 2010 | Hora de creación: 12:01| Ultima modificación: 12:01

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, felicitó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por sus 100 años y destacó que la máxima casa de estudios ha sido en gran medida la responsable del progreso que ha tenido el país.

En entrevista, después de supervisar la construcción de la Línea 12 del Metro, destacó que la relación entre el gobierno capitalino y la UNAM es extraordinaria, y destacó que con la conducción del rector José Narro Robles se consolidará como lo que es: una gran institución.



     

Celebra Congreso 100 años de la UNAM 
Notimex | Nacional
Miércoles 22 de Sep., 2010 | Hora de creación: 11:21| Ultima modificación: 12:43
l pleno del Congreso General inició la sesión para conmemorar el centenario de la fundación de la UNAM, con la asistencia del rector José Narro. Foto: Notimex.

Senadores y diputados arribaron al Palacio Legislativo de San Lázaro donde este medio día se lleva a cabo la sesión solemne para conmemorar el centenario de la fundación de la UNAM.

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=533474

EL SOL DE MEXICO

Celebra la UNAM sus 100 años, con una caminata

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Organización Editorial Mexicana
22 de septiembre de 2010


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Ciudad de México.- Este miércoles las calles del centro histórico de la ciudad de México fueron testigos de la caminata encabezada por el rector de la máxima casa de estudios, José Narro para iniciar los festejos por el centenario de la UNAM.

Con toga y birrete, los ex rectores, profesores y estudiantes de la UNAM realizaron un recorrido similar al que hace 100 años realizara Justo Sierra.

En las calles de Moneda y Seminario, en el centro de la Ciudad de México se develó una placa conmemorativa por el centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En la procesión decenas de alumnos y funcionarios eméritos de la UNAM lanzaron "GOYAS" que también fueron acompañadas por las estudiantinas de las diversas facultades con las que cuenta la máxima casa de estudios.

Entre las personas que acompañaron al rector Narro, destacó la presencia de los ex rectores Guillermo Soberón y Juan Ramón de la Fuente, así como por varios doctores Honoris Causa de la Máxima Casa de Estudios.

Al finalizar la procesión, en el Colegio de San Ildefonso, dio inicio una sesión extraordinaria del Consejo Universitario.

Previamente, en el antiguo Colegio de San Ildefonso, más de 500 universitarios participaron de la celebración.

La sesión solemne se realiza a unos meses de que fue inscrito con letras de oro el nombre de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el muro de honor de San Lázaro.

Se prevé que el rector José Narro Robles emita un mensaje al Congreso de la Unión, donde establezca los retos futuros de la máxima casa de estudios y los logros en sus primeros 100 años de existencia.

La mayoría de los legisladores vestidos de gala ingresaron al salón de plenos para la sesión solemne.