martes, 16 de noviembre de 2010

CASASOLA


La Fototeca Nacional, guardián del acervo, resguarda más de medio millón de negativos


El movimiento contado por el Archivo Casasola

La colección fotográfica, considerada como la más importante de la primera mitad del siglo XX, da cuenta de los hechos más importantes de México. Un vistazo a la realidad que, pocas veces, lograban transmitir los textos periodísticos.

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El 6 de diciembre de 1914, los líderes revolucionarios Francisco Villa y Emiliano Zapata se reunieron en el Palacio Nacional, donde fueron recibidos por el presidente Eulalio Gutiérrez. Fotos: Archivo Casasola

Hacia 1975, los herederos de Agustín Víctor Casasola estaban en negociaciones con un organismo estadunidense para vender su archivo fotográfico; ante esa presión, las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encabezado por Guillermo Bonfil Batalla, decidieron establecer negociaciones con Agustín Casasola Zapata para obtener dicho acervo; el acuerdo se cerró en marzo de 1976.



Con ello, se mantuvo un patrimonio histórico mexicano: imágene de la cultura del México moderno, sin las cuales faltaría un complemento para entender los sucesos de la primera mitad del siglo XX, como explica el fotógrafo e investigador Pablo Ortiz Monasterio.



“Agustín Víctor Casasola (1834-1938) fue el patriarca del clan y la fuerza central en la construcción del acervo fotográfico más importante de la primera mitad del siglo XX. El acervo está “construido” con el esfuerzo fotográfico de Agustín Víctor, pero también de su hermano Miguel y sus descendientes, que realizaron miles y miles de fotografías de una calidad que sorprende.”







Administrador de ferrocarril con cananas y armas de combate, abril de 1913 en la Ciudad de México.

La custodia del acervo fotográfico se encargó a la Fototeca Nacional, creada prácticamente al mismo tiempo de la adquisición del Archivo Casasola —se inauguró en noviembre de 1976—, donde se resguarda un amplio número de fondos, aunque sin duda el dedicado a los Casasola es considerado entre los más relevantes, con más de medio millón de negativos.



Ortiz Monasterio reconoce que en ese fondo no solo están sus imágenes, sino también muchísimas otras que adquirieron a lo largo de los años, pertenecientes a casi todos los fotógrafos en activo de la época.



“Don Agustín tuvo la visión de reunir un enorme acervo con la intención de contar la historia de México; constituyó la primera agencia fotográfica de México para lograrlo, además de iniciar una serie de publicaciones para dar cuenta de la historia de México mediante la fotografía: no solo fue un gran fotógrafo sino pionero de los libros fotográficos y de la formación de archivos visuales.”



Fotografía e historia







El 10 de abril de 1919 es acribillado Emiliano Zapata en la hacienda de Chinemeca.

Parte de las indagaciones de Pablo Ortiz Monasterio se conjugan en el libro Mirada y Memoria. Archivo fotográfico Casasola. México: 1900-1940 (Turner/Océano/INAH-Conaculta), en el cual puso énfasis a las primeras décadas del siglo XX como reflejo de los últimos años de la “paz y progreso” porfirianos, así como por la riqueza de los registros que generaron los Casasola y, también, porque ha sido un periodo estigmatizado por la historia oficial de la posrevolución.



“Las fotos de la Revolución es la parte más famosa del archivo Casasola; en realidad, comparado con el resto, es un conjunto pequeño, aunque sin duda el responsable de la fama pública del archivo, pues la revolución se convirtió en un hecho de gran importancia no solo para México, sino para el orbe entero; fotográficamente el periodo posrevolucionario es más rico y se nota la madurez de los autores y la búsqueda de un estilo moderno acorde a los tiempos.”



Las imágenes del Archivo Casasola nos permiten asomarnos a una realidad que, pocas veces, lograban transmitir los textos periodísticos, en especial porque más allá de los protagonistas de las imágenes, siempre hay algo detrás que nos deja mirar de otra forma a los hechos revolucionarios.







Grupo de revolucionarios pertenecientes a una fracción del Ejército Constitucionalista, 1915.

“Los registros fotográficos han sido fundamentales en la comprensión de la historia del siglo XX, no solamente para entender la concatenación de los grandes hechos, sino fundamentalmente para entender las circunstancias humanas que posibilitaron que aquello sucediera de la manera que pasó.”



Pablo Ortiz Monasterio pone un ejemplo, contenido por el libro: una foto a doble página, tomada en una estación de tren, en la cual se ve un grupo de unas 8 personas pertenecientes al ejército y, entre ellos, a varios niños pobremente vestidos, lo que “da cuenta de la conformación de los ejércitos que lucharon en la Revolución mexicana y, al mismo tiempo, arroja luz sobre las condiciones materiales de aquella guerra fratricida”.



México • Jesús Alejo
EN http://impreso.milenio.com/node/8865994

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